Agencia de Noticias de Ahlul Bait (ABNA) — Al menos 80 personas murieron este viernes en la explosión de dos bombas lanzadas contra un centro de entrenamiento de la policía en el noroeste de Pakistán, país que vive una ola de atentados cometidos por los talibanes aliados de Al Qaeda, según un nuevo balance de la policía pakistaní.
Este nuevo ataque se produce 11 días después de la muerte de Osama Bin Laden, ejecutado por un comando de las fuerzas especiales de Estados Unidos en el norte de Pakistán.
Los talibanes pakistaníes, que prometieron lealtad a Al Qaeda en 2007, de inmediato juraron vengar su muerte e intensificaron sus ataques contra el gobierno pakistaní y sus fuerzas de seguridad, que consideran cómplices de Washington, y contra de los intereses norteamericanos.
La primera bomba fue activada por un terrorista suicida, dijo a la AFP Nisar Khan Marwat, jefe de policía de Charsadda, donde ocurrió el ataque.
Cadetes en la mira
El atentado apuntaba a los cadetes de un centro de entrenamiento de la Frontier Constabulary, una fuerza paramilitar encargada de controlar las fronteras y dependiente del ejército.
Los jóvenes reclutas salían del campamento y se preparaban para tomar el autobús para 10 días de permiso.
Unas "80 personas murieron, 65 de la policía paramilitar y cinco civiles", dijo Marwat.
El atentado del viernes en el distrito de Charsada es el más sangriento registrado en el mundo desde el 2 de mayo, cuando las fuerzas estadounidenses mataron al líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, en Abotabad, Pakistán. Varias milicias habían prometido vengar la muerte del cabecilla terrorista.
Al menos una de las explosiones, en la puerta principal del centro de entrenamiento, fue provocada por un dinamitero suicida. El funcionario policial Nisar Jan dijo que casi todos los muertos eran reclutas en el centro.
El atentado apuntaba a los cadetes de un centro de entrenamiento de una fuerza paramilitar encargada de controlar las fronteras y dependiente del ejército. Los jóvenes reclutas salían del campamento y se preparaban para tomar el autobús para 10 días de permiso.
Talibán se adjudica ataque
Una célula del Talibán en Pakistán asumió el viernes la responsabilidad de un par de detonaciones en un centro de entrenamiento de fuerzas paramilitares que causó la muerte de al menos 80 personas, en su mayoría reclutas.
Liaqat Ali Khan, oficial de policía, dijo que el número de muertos en el par de explosiones en el noroccidente de Pakistán subió a 80, y especificó que 66 de las víctimas eran reclutas de las fuerzas fronterizas.
El grupo extremista dijo que el ataque fue orquestado en venganza por la muerte de Osama bin Laden.
Ahsanullah Ahsan, un vocero del Talibán en Pakistán, confirmó vía telefónica a The Associated Press que sus combatientes efectuaron el ataque en el centro de entrenamiento en Shabqadar, en el noroeste de Pakistán, en represalias por la muerte de bin Laden.
El ataque fue un despiadado recordatorio de la cuota que están cobrando los grupos guerrilleros en Pakistán pese a que el país enfrenta la sospecha a nivel internacional de que elementos en sus fuerzas de seguridad podrían haber estado ocultando a bin Laden.
Anunciaron amenaza
El miércoles la red Al Qaeda había amenazado a Estados Unidos con "pagar el precio" de la muerte de su líder Osama bin Laden, cuyos hijos rompieron el silencio al denunciar su "arbitrario asesinato" y el "trato humillante" recibido con el lanzamiento de su cuerpo al mar.
En un texto publicado por Al-Fajr Media Center, principal sitio de propaganda de Al Qaeda, le red afirmó que la eliminación de su jefe fue "un grave error" y "un gran pecado", y que el presidente estadounidense Barack Obama llevó a su pueblo a un gran "desastre".
Bin Laden fue abatido en Pakistán por un comando especial de las fuerzas estadounidenses el 2 de mayo en Abbottabad, norte de Pakistán, donde se cree que vivió durante varios años.
La noticia sorprendió al mundo, sobre todo al saber que el hombre más buscado de la Tierra, arquitecto de los ataques contra Estados Unidos del 11 de setiembre de 2001, vivía cómodamente en una enorme residencia fortificada en una ciudad tranquila y turística de Pakistán.
Qué dijeron
"Ahora Obama ha repartido la sangre de nuestro mártir. Somos una Uma (nación islámica) que no se queda silenciosa frente a la injusticia, así que ahora no nos culpen en adelante. Ustedes lo escogieron y pagarán el precio. Obama está protegido por ejércitos, pero ¿quien le protegerá de nuestro asalto?", advirtió la red.
"Es necesario vengarse del asesinato del Jeque de la Yihad y del León del islam, de una forma que hará olvidar a Estados Unidos el placer de su felicidad y le hará llorar sangre", agregó el mensaje, tras denunciar la decisión estadounidense de lanzar su cuerpo al mar.
En tanto, en un comunicado entregado a The New York Times, los hijos de Bin Laden se preguntan por qué su padre "no fue detenido y juzgado de modo que los pueblos del mundo conocieran la verdad".
El texto, atribuido a su hijo Omar bin Laden, de 30 años, pide asimismo que las tres esposas del jefe de Al Qaeda, que fueron detenidas en el operativo, sean liberadas.
"Sostenemos que este asesinato arbitrario no es la solución a los problemas políticos", agrega el comunicado.
También se refiere a la cuestión "de la legalidad de ese asesinato", que "violó descaradamente el derecho internacional".
Funcionarios paquistaníes dijeron que tres de las esposas de Bin Laden estaban en la casa de Abbottabad (a 50 km de Islamabad) en el momento del operativo norteamericano, así como 13 de sus hijos.
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