Agencia Noticiosa Ahlul-Bait (P)

Fuentes : ABNA
martes

14 junio 2011

19:30:00
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El Privilegio de Ser Alí (P.)

En la época del Profeta Muhammad (B.P.) había mucha gente, como por ejemplo Abu Bakr, Ibn Abbas, Alí, etc., que poseían en sus casas dos puertas: una de ellas comunicaba a la calle, la otra a la casa de su vecino y así sucesivamente hasta llegar a la puerta de la Mezquita. La finalidad de esta última era abreviar el tiempo, de tal modo que al escuchar el Adhán (llamado a la oración), llegasen rápido a la mezquita.

Para ese entonces, descendió del cielo el Arcángel Gabriel, quien se presentó ante Muhammad (B.P.) informándole que, por orden divina, las personas que tuviesen las puertas de sus casas comunicadas entre sí, deberían clausurarlas, a excepción de Muhammad (B.P.) y Alí (P.).Al comunicar este último mensaje a los creyentes, Alí (P.) fue el primero en ejecutar la disposición; fue entonces, cuando Muhammad (B.P.) especificó que él no debía cerrar la puerta. Ante esto, la gente comenzó a murmurar respecto de Alí y la preferencia que tenía el Profeta para con él.A raíz de esta situación, el Mensajero de Dios contestó que él no hacía nada por deseo propio, sino que sólo cumplía un mandato divino.En otra oportunidad preguntaron al hijo de Omar acerca de Alí (P.), y él respondió que no debían  hablar mal de él, porque posee privilegios que ningún otro posee. Estos privilegios son: 1. La puerta de su casa se comunica directamente con la mezquita.2. Está casado con Fátima (P.).3. Constituyó el factor  de triunfo  en la batalla de Jaibar. Junto a este mensaje descendió la segunda aleya de la sura Naym que dice: «...QUE VUESTRO CAMARADA NO SE EXTRAVÍA NI SE DESCARRÍA. NI HABLA POR CAPRICHO». Esta aleya quiere significar que Muhammad (B.P.) no hablaba nunca por interés, ni tampoco por algún sentimiento que lo vincule. Una prueba más de ello es el siguiente relato:Cierta vez,  una persona  se acercó al Profeta (B.P.) con la intención de pedir la mano de su hija Fátima (P.), prometiéndole colocar una hermosa alfombra desde la puerta de su casa hasta la de su hija. Muhammad dijo que él no podía responder por las acciones de su hija, sino que la responsabilidad de ello sólo estaba en manos de Dios. Fátima (P.), finalmente, se casó con Alí (P.), que tan sólo contaba con un camello, una espada y un escudo. Para poder casarse con Fátima, Alí (P.),  vendió aquel escudo.Por tal razón no se puede pensar que Muhammad ( B.P.) escondía algún interés de por medio. Todos los profetas, para poder recibir el mensaje de Dios, deben tener el alma desprovista de todo apego o dependencia. Los profetas no hacen nada por su propia voluntad, sólo la voluntad de Allah rige sobre ellos.

Al Final / 112