El Imam As-Sadiq (P) al final del gobierno Omeya y principios del gobierno 'Abbásida, aprovechando el desacuerdo que existía entre estas dos dinastías, se dedicó a expandir su ciencia y religión, y declaró a la ciudad de Medina el centro de aprendizaje. Fue ahí donde educó a miles de investigadores en diferentes ramas de la ciencia. La sabiduría del Imam se hizo tan famosa, que inclusive desde los países islámicos más lejanos venían a Medina y a otras de sus escuelas para adquirir estas ciencias y aprovechar de esa gran sabiduría. Incluso muchos sabios de otras religiones lo visitaban para argumentar científicamente, y las contestaciones que dio y debates que sostuvo con los diferentes sabios de diversas religiones, forman parte de las más interesantes páginas de la historia del Islam.
Al parecer, las respuestas del Imam se basaban tomando en cuenta la época y situación reinante, así también en la forma de reflexionar e interpretar del interrogador; por ello podemos observar que algunas de sus contestaciones demostraban lo falso e insignificante de la forma de pensar del demandante, y otras también estimulaban el pensamiento y reflexión del inquiridor; y claro está, en otras ocasiones, vemos que sus respuestas son completamente científicas y filosóficas.
La compilación de las respuestas y los debates que dio y sostuvo el Imam As-Sadiq (P), están registradas en un libro por separado. Nosotros aquí, nos limitamos únicamente a mencionar algunas de éstas, que se encuentran al nivel de comprensión de nuestros jóvenes:
1) En cierta ocasión se presentó un sirio ante el Imam Ya'far As-Sadiq (P) diciendo: "Soy sabio en teología, jurisprudencia y en leyes de herencia. He venido a polemizar con tus seguidores".
El Imam le preguntó: "¿Tu teología proviene del Mensajero de Dios (BP) o de ti mismo?" El sirio contestó: "En parte es del Profeta en parte es mía". El Imam replicó: "¿Entonces estás asociando al Mensajero de Dios?" "No", le respondió.
Inquirió Abu 'Abdul.lah (P): "¿Has tenido alguna revelación directa de Dios?" "No", contestó. "¿Se requiere que se te obedezca al igual que al Mensajero?" "No", contestó.
El Imam Ya'far As-Sadiq (P) se dirigió a sus discípulos y les dijo: "Este hombre se está contradiciendo a sí mismo antes de comenzar el debate".
Luego el Imam hizo que debatiera con alguno de sus discípulos. Finalmente lo hizo polemizar con Hisham, el más joven de los presentes. El sirio le dijo: "¡Oh, muchacho! Pregúntame sobre el Imamato de este hombre (el Imam As-Sadiq -P-)".
Hisham se molestó por su descortesía, pero con tranquilidad comenzó a preguntar: "¿Quien es más amable para con los siervos: Dios o ellos mismos?" "El Creador", respondió el sirio.
Hisham continuó: "¿Qué ha hecho el Creador por sus siervos?" "El Ha dispuesto una clara guía y una prueba para protegerles de las discrepancias y la desunión, estableciendo la amistad y la unidad entre ellos y aclarándoles sus deberes religiosos".
"¿Y quién es esa guía?" "El Profeta", respondió.
"¿Y tras la muerte del Profeta?" "El Libro de Dios y la sunnat del Profeta".
Hisham le preguntó: "¿Pueden el Libro de Dios y la sunnat del Profeta librarnos de la discordia actual?" "Por supuesto".
"¿Entonces, por qué estamos discutiendo, si ambos somos musulmanes? ¿Por qué has venido a polemizar con nosotros desde Siria?" El hombre se calló. El Imam le dijo: "¿Por qué no respondes?" Le contestó: "¿Y qué puedo decir? Si afirmo que no tenemos diferencias, miento. De lo contrario, estaría admitiendo que el Libro de Dios y la sunna del Profeta no son lo suficientemente claros y definidos como para disipar nuestras discrepancias. Pero podría utilizar el mismo argumento en su contra". El Imam consintió, y el sirio le preguntó a Hisham: "¿Quién es más amable con los siervos: Dios o ellos mismos?" "Dios", contestó. El sirio continuó: "¿El Ha enviado a alguien para proteger la unidad de los musulmanes, para dirigirlos y hacerles distinguir entre lo verdadero y lo falso?"
Hisham dijo: "¿Te refieres a la época del Profeta o a la actualidad?" El sirio replicó: "En los tiempos del Profeta era él. Háblame de nuestros tiempos".
"En el día de hoy, es ese hombre que está sentado ahí (señalando al Imam As-Sadiq -P-), al cual vienen a verlo personas de los lugares más lejanos. El tiene las noticias del cielo y la tierra, y este conocimiento le fue delegado por su padre y así sucesivamente hasta llegar al Profeta". El sirio inquirió: "¿Y cómo puedo corroborar eso por mí mismo?"
"Ve a él y pregúntale lo que quieras", dijo Hisham. El sirio se dirigió al Imam, pero antes que le preguntara algo él comenzó a hablarle de los detalles de su viaje y una serie de datos que sólo el sirio podía conocer.
Entonces al hombre no le quedaron dudas sobre la autenticidad del Imam. Luego Ya’far As-Sadiq (P) felicitó a Hisham por su manera de polemizar.
Nota: La lógica usada en los debates tanto por el Profeta Muhammad (BP) como por los Imames, es clara e irrebatible. Ellos siempre polemizaron brindando lo mejor, llevando las mentes a la comprensión y evidenciando los errores. En los casos en que sus contrincantes eran sinceros, siempre terminaban afirmando su fe en ellos. En otros casos no era así, como el que veremos a continuación, donde el contrincante sólo polemizaba para divertirse.
2- "Abu Al-Mansur" relata: Uno de mis amigos me platicó que se encontraba sentado en la Mezquita de Al-Haram, en La Meca, junto a Ibn Abi Al-‘Afya’ y ‘Abdul.lah Ibn Muqafa‘—dos ateos de esa época—. Ibn Muqafa‘, señalando hacia donde estaban los peregrinos haciendo la circunvalación, exclamó: "¿Ven a esa gente? Ninguno de ellos merece ser llamado ser humano, a excepción de aquél que se encuentra sentado (refiriéndose al Imam As-Sadiq –P–); ¡todos los demás son bajos y animales!"
"¿Por qué entre todos estos únicamente consideras a ese hombre un ser humano?" Exclamó Ibn Abi Al-‘Afya’.
Abu Al-Mansur respondió: "Porque en él observé sabiduría, conocimiento y grandeza, que en ningún otro he observado".
Sugirió: "Esto que dices tengo que verlo y experimentarlo yo mismo".
"No lo hagas —le propuso—. Estoy seguro que si hablas con él cambiará tus ideas (o sea, que tú no crees en Dios ni en la religión y él te hará reflexionar en cuanto a esto)".
"Tú realmente no piensas así, sino que no quieres que me entreviste con él y me dé cuenta de que lo que argumentas es mentira".
"Ahora que opinas así, ve a visitarlo pero ten cuidado y no dudes, pues te rendirás ante él y medita antes de hablar, no digas algo que pueda utilizar en tu contra y después no puedas contestarle".
Ibn Abi Al-‘Afya’ fue a ver al Imam y yo me quedé solo con Ibn Muqafa‘. Cuando regresó exclamó: "¡Oh, Ibn Muqafa‘! ¡Pobre de ti! ¡Me dijiste que él es un ser humano, pero yo digo que él no es de este mundo! ¡Es único en este mundo! Cuando quiere se presenta como un espíritu puro y otras veces en el cuerpo de un ser humano. ¡Es único!"
Ibn Muqafa‘ preguntó: "¿Qué es lo que ha sucedido?"
"Fui para entrevistarme con él —respondió—, me senté y cuando todos se retiraron y me quedé solo con él, dijo: "Si la cuestión —fe y religión— fuese como ellos dicen (señalando a los peregrinos que realizaban la circunvalación) y ciertamente que así es (o sea, que existe Dios, religión y resurrección), entonces ellos han cruzado el camino de la verdad y vosotros os habéis alejado de la felicidad y estáis en la perdición. Y si la cuestión fuese como vosotros decís (refiriéndose a que no existe Dios ni el día de la resurrección) que indudablemente no es así, entonces vosotros y los musulmanes se encuentran en la misma situación (o sea, que los musulmanes que creen en la religión no cayeron en la perdición); ya que supongamos que no existiese Dios ni el día de la resurrección y fuese como vosotros decís, que cuando uno muere termina todo y no hay que dar cuenta de los actos, entonces los musulmanes no perdieron nada y se encontrarán en las mismas condiciones que vosotros".
"¡Dios perdone tus pecados! —Le dije— ¿Qué diferencia hay entre mis palabras y las de ellos? Entre sus creencias y las nuestras, no hay discrepancia alguna".
"¿Cómo puedes asegurar que decís lo mismo? —Argumentó el Imam— Cuando ellos tienen fe en el Día del Juicio, la recompensa y el castigo; creen en Dios, creador de los Cielos y el Universo, y en que todo lo que existente en estos fue creado por Él. ¡Mientras que vosotros creéis que no hay existencia en el Universo!"
Aproveché el momento en que el Imam hablaba de Dios para expresar mis ideas y dije: "Si es así como ellos aseguran, pues ¿por qué su Dios no se aparece ante ellos y los invita a que Lo adoren para que así no se creen confusiones? ¿Por qué se esconde de ellos y envía a sus Profetas? ¡Si viniese, para la gente sería más fácil creer en Él!"
"¡Oh, que desdichado! —Exclamó el Imam— ¿Cómo es posible que no puedas ver la fuerza que puso en ti al crearte? Te dio vida a pesar de que no existías. Te hizo crecer después de haberte creado pequeño. Te dio fuerza y poder después de haberte hecho endeble, y después de darte salud te dio enfermedad, y después de la enfermedad te otorgó salud; felicidad después de una desgracia, y desgracia después de una felicidad; te sosegó después de una preocupación, y te dio preocupación después de sosegarte; amistad después de enemistad, y enemistad después de amistad; constancia después de la volubilidad y debilidad, y éstas después del firme propósito y la perseverancia; agrado después de un enfado, y enfado después de un agrado; ambición y apetencia después de la indiferencia y apatía, y abnegación y desinterés después del deseo y aspiración; esperanza después de la desesperación, y pesimismo después del optimismo; conocimiento después de la equivocación y te hizo olvidar aquello que tenías en mente…"
Y cuando habló de la muestra del poder y obra de Dios que existen en mí mismo, no pude negarlo; mientras que el Imam continuaba numerando cada una de estas, yo sentí en ese momento que Dios estaba presente".
3) Un grupo de "Zadiqs" (materialistas o ateos) se hallaban en la Ka’ba durante los rituales de la Peregrinación. Abu 'Abdul.lah (P) se encontraba entre la gente dando decisiones legales, explicando el Corán y respondiendo a sus preguntas. Entonces algunos de ellos le plantearon a Ibn ‘Alí al Awja si podía hacer que el Imam fuese puesto en ridículo, preguntándole algo que no pudiese responder. Este se acercó al Imam As-Sadiq (P) y le pidió permiso para preguntarle algo.
El Imam Ya'far As-Sadiq (P) se lo concedió, y él le preguntó: "¿Por cuánto tiempo vosotros habéis transitado este piso desgastado y habéis dado vueltas alrededor de esta piedra? ¿Por cuánto tiempo vosotros habéis adorado esta Casa hecha de ladrillos y barro, deambulando a su alrededor como un camello asustado? Cualquiera que meditase esto, advertiría que se trata de la acción de un hombre sin inteligencia ni intelecto. Así que explícalo, tú que eres el principal exponente de esto, siendo tu padre (el Profeta) su fundador y su base".
El Imam respondió: "Aquellos a los que Dios extravía y aquellos cuyos corazones son enceguecidos por El, encuentran que la verdad es dañina, y nunca prueban su dulzura, el demonio es el amigo y señor de tales hombres. El los conduce a las fuentes de la destrucción y nunca les permite regresar de ellas. Esta es una casa donde las criaturas de Dios buscan adorarlo y manifestar en forma evidente su obediencia al llamado. Por eso El las Ha urgido (refiriéndose a sus criaturas) a magnificarla y visitarla, la Ha establecido como el lugar de Sus profetas y la dirección de la plegaria de quienes Le rezan. Ella es una parte del Paraíso y un camino que conduce a Su Perdón. Fue establecida como cima de la perfección y punto de reunión de la Majestad y la Gloria. Dios la creó dos mil años antes que la tierra fuese establecida. Y el más Digno de ser obedecido en lo que ordena y veda es Dios, el Creador de todas las almas y todas las formas".
El ateo replicó: "¡Oh, Abu 'Abdul.lah! Tú sólo has hablado y te has referido a alguien que no está presente".
El Imam As-Sadiq (P) le contestó: "¡Avergüénzate! ¿Cómo puede Aquel que está más cerca de sus criaturas que sus propias venas yugulares, que escucha sus palabras y conoce sus secretos, ser alguien que no está presente?"
El ateo preguntó: "¿Acaso el está en todo lugar o no? Si Él está en el cielo, ¿cómo puede estar en la tierra? Si Él está en la tierra, ¿cómo puede estar en el cielo?"
El Imam dijo: "Tu descripción se refiere a algo que está creado, que cuando se mueve hacia un lugar, ocupándolo, el primer sitio queda vacío, y luego de llegar a un sitio desconoce lo que ocurre en el lugar que abandonó. Pero para Dios, el Poderoso, el Dignificado, el Soberano, el Juez, no es así. No hay lugar sin Él, ni lugar ocupado por Él. Él no está más cerca de un lugar que de otro. De esta forma, las señales de Sí Mismo que Él da son testigos Suyos, y Sus acciones Lo evidencian. Aquel a quien Él Ha enviado con signos precisos y pruebas claras, Muhammad (BP), nos ha traído esta forma de adoración. Si tú tienes alguna duda sobre alguna de sus descripciones, pregunta y te explicaré."
Ibn ‘Alí Awaj no supo qué decir, y se marchó de su lado. Sus compañeros le recriminaron por haberse dejado humillar, y él les dijo: "El sólo es el hijo de un hombre que rapó la cabeza de estos que ven reunidos aquí".
4- "Hisham" argumentó: Una de las preguntas que Zandiqi realizó al Imam As-Sadiq (P) fue: "¿Qué es Dios?"
El Imam le respondió: "Él es algo diferente a cualquier otra creación. Utilizo esta palabra sólo para dejar clara esta pregunta; y cuando digo algo quiero decir que es algo y existe, pero no tiene cuerpo ni figura; no es visible ni palpable, ni se puede sentir con ninguno de los cinco sentidos; uno no puede imaginar como es; Él no tiene fin ni se extinguirá ni tampoco el tiempo puede cambiarlo".
"¿Puede ver y oír?" Cuestionó Zandiqi.
"¡Sí! Él puede ver y puede oír a pesar de no tener órgano para ello; puede ver sin contar con el medio para hacerlo. Su esencia misma es la que oye y ve; cuando digo: su esencia misma es la que oye y su esencia misma es la que ve, no me refiero a que Él sea una cosa y su esencia otra, sino que utilizo esta expresión para que me entiendas, por lo tanto digo que Él con toda su existencia oye y cuando digo toda no quiero decir que está hecho de partes, sino quiero que tú comprendas mi intención que es sólo hacerte entender que Él oye, Él ve, Él es Consiente y Sabedor, y entre su Esencia y Poder no existe discrepancia".
"¿Pues que es él?"
"Él es ‘El Señor’ y ‘El Todopoderoso’, ‘El Reverenciado’, Él es ‘Al.lah’; nuevamente te repito que mi intención no es pronunciar cada una de sus letras, sino que describir Su virtuosidad y esencia, que han creado todas las cosas y Él es su creador. Lo mismo es cuando lo llamo ‘El Compasivo’, ‘El Misericordioso’, ‘El Poderoso’ y otros muchos nombres, y Él es Dios Todopoderoso, El Honrado, El Glorioso".
"¡Pero no podemos imaginar una cosa a menos que haya sido creada!" Agregó Zandiqi.
"Si fuese así, desaparecería nuestra obligación moral hacia el monoteísmo, ya que hacia algo que no puede uno imaginarse no tiene uno ningún deber; pero nosotros decimos que cualquier cosa que entre por medio de los sentidos a nuestra mente, y se limite a nuestros sentidos, y tenga una imagen en nuestra mente que podamos relacionarlo con esto, a esto le llamamos creado; por lo tanto cuando queremos probar al Creador de las cosas, debemos no acreditarle a Dios dos razones, una "la negación" que rehusarlo es invalidarlo y denegarlo, y la otra "la afinidad" ya que si tiene parecido a algo será del grupo de los creados que se manifiestan y están compuestos de partes combinadas; después de probar al Creador y Dios Todopoderoso es inevitable que los que fueron creados por Él, necesitan de Él, y todo fue creado por Él y el Creador de todo es diferente a ellos mismos y no tiene parecido alguno a ninguno de ellos, ya que si fuese como ellos, sería igual que ellos; o sea, estaría hecho de partes combinadas y compuestas y se simularía a ellos ya que antes no existía y ahora es, y pasó de ser pequeño a grande, y de la oscuridad a la luz, y de la fuerza a la debilidad, y no es necesario que te explique más la situación de otras de sus creaciones existentes".
"Cuando quieres evidenciar a Dios, en realidad lo estás limitando". Agregó Zandiqi.
"¡No! –Respondió el Imam– De ninguna manera, no lo limito, simplemente quiero demostrar Su existencia y entre negarlo y probarlo no existe relación alguna".
"¿Acaso él existe?"
"¡Sí!, cualquier cosa prueba su existencia cuando es".
"¿Acaso cuenta también con calidad y forma?"
"¡No! Ya que la calidad y forma son parte de las cualidades; y por medio del conocimiento completo de algo, podemos expresar sus atributos y propiedades. Pero cuando queremos demostrar la existencia de Dios Todopoderoso, debemos abstenernos de "negarlo" y "asociarlo"; ya que aquél que Lo niegue, Lo está denegando e invalida Su providencia; y aquél que Lo asocie con algo o alguien, en realidad Lo está relacionando con las cualidades de lo creado que no son dignas del Todopoderoso. Y debemos decir que Sus cualidades son exclusivas de Él, y sólo existen en Él, y únicamente Él tiene completo conocimiento de éstas, y nadie a excepción de Él sabe como son".
"¿Es que Él mismo supervisa las cosas y lleva a cabo algún trabajo?"
"Él es superior a eso; ya que eso es una cualidad de los creados que tienen contacto con las cosas y las supervisan (llevándolo a cabo con su cuerpo y las partes de éste); y el deseo y determinación de Dios Todopoderoso, son buenos y todo lo que Él quiere se lleva a cabo por medio de Su decisión".
5- "‘Abdul.lah Disani" que era uno de los incrédulos, fue a ver al Imam As-Sadiq (P), y después de pedir permiso, entró, se sentó y manifestó: "¡Oh, Muhammad Ibn Ya‘far! Preséntame a tu Dios".
"¿Cómo te llamas?" Le preguntó el Imam.
Disani guardó silencio, se levantó y salió de la habitación. Cuando sus amigos se enteraron de lo sucedido, preguntaron asombrados: "¿Por qué no dijiste tu nombre?"
"Si hubiese dicho me llamo ‘Abdul.lah –manifestó Disani– hubiese cuestionado inmediatamente ¿quién es ese del cuál eres hijo y servidor?"
"Regresa y dile que sin preguntar tu nombre te guíe hacia su Dios" –Propusieron sus amigos.
Disani regresó a donde se encontraba el Imam y le dijo: "¡Prueba para mí que existe Dios, sin preguntar mi nombre!"
Imam le dijo: "¡Siéntate!"
El hijo más pequeño del Imam se encontraba presente, jugando con un huevo. El Imam tomó el huevo en sus manos y dijo: "¡Oh, Disani! Ésta es una fortaleza completamente cerrada, compuesta por una cáscara dura, después de esta cáscara le sigue otra pero suave. Su parte dorada es soluble y su parte plateada es líquida, pero nunca se mezclan la una con la otra. No sale de ella su provecho ni hay nada que nos indique que goza de buena salud; nada que le perjudique puede entrar a ella ni nos puede decir que está en buen estado o no; no existe señal alguna de que lo que se encuentra dentro de esta fortaleza sea femenino o masculino. Luego se rompe su cáscara y sale de ella un polluelo con plumaje de diferentes colores. ¿Acaso para poseer tantas maravillas no necesita de un diseñador y creador?"
Disani guardó unos minutos de silencio mientras pensaba, entonces levantó la cabeza y dijo:
"¡Soy testigo de que no hay divinidad más que Dios Único y no tiene socio alguno! ¡Atestiguo que Muhammad es Su enviado y servidor, y atestiguo que vos sois el merecedor del califato! ¡Estoy arrepentido por haber pensado así e imploro a Dios que me perdone!".