Agencia de Noticias de Ahlul Bait (ABNA) — Desde que la ocupación sionista de 78% de Palestina en 1948 y la subsecuente ocupación de Jerusalén y el resto de Palestina en 1967, hemos sido testigos de los crecientes intentos de judaizar Jerusalén y colonizar Palestina. Estos crímenes contra la humanidad se realizan bajo la protección política y el pleno apoyo de los sucesivos gobiernos estadounidenses y reforzados por su veto en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
El objetivo del sionismo es obligar a los residentes palestinos a abandonar Jerusalén y el resto de Palestina mediante actos de terrorismo de Estado, presiones económicas, restricciones legales y descaradas expulsiones. Netanyahu, otro de los dirigentes sionistas, que abiertamente afirma que Jerusalén es innegociable, llama falsamente a la ciudad santa de Jerusalén ‘la eterna capital de Israel’. Tales declaraciones y acciones similares llevadas a cabo por el ente sionista están en absoluta contradicción con todas las resoluciones de relevancia de Naciones Unidas sobre Jerusalén y es contrario a la legalidad internacional.
La posición dominante dentro del liderazgo israelí político, militar y religioso es que Israel tiene derecho a ocupar toda la Palestina histórica. La “solución final” como la idearon los sionistas es completar la limpieza étnica de todos los palestinos en la Palestina histórica y, mientras tanto, aplicar un sistema de apartheid.
Sin embargo, Jerusalén es nuestra herencia común cultural lo que implica que es adorada por los seguidores de todas las religiones monoteístas. Esta importante ciudad histórica y reliquia de la antigüedad se venera en todo el mundo por que adorna la herencia de toda la humanidad.
La ciudad de Jerusalén ha sido siempre un enclave de emancipación y esperanza frente a la opresión. Ha simbolizado la unidad y la igualdad de la creación de Dios y el mensaje de amor, piedad y compasión. Millones de personas que quieren a Jerusalén están preocupadas por la seguridad y la santidad de la mezquita de al-Aqsa, la mezquita de la Cúpula de la Roca, la iglesia del Santo Sepulcro y otros edificios sagrados que se hallan en el punto de mira del plan sionista de cambiar y desmantelar la estructura de la sociedad de Jerusalén, eliminar su identidad árabe y modificar el carácter de la ciudad.
Jerusalén y del resto de Palestina necesitan liberarse, redimirse y volver a ser la tierra de la libertad y la coexistencia entre las personas del mundo de distintas las religiones y culturas.
Como parte de este movimiento y a invitación de los palestinos hemos decidido organizar una marcha global a Jerusalén (MGJ) con el propósito de concienciar al mundo sobre la amenaza mortal que se cierne sobre Jerusalén y toda Palestina a mano de los sionistas y ayudarnos a estar más cerca del día de la libertad.
El 30 de marzo de 2010, desde todos los continentes convergeremos y nos reuniremos a lo largo de las fronteras con Jordania, Egipto, Siria y Líbano, y con la participación de las delegaciones que desde cada país del mundo lleguen marcharemos pacíficamente hacia Palestina.
Por todo ello, pedimos a todos los pueblos de conciencia que se unan a nosotros.
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