Así como los variados eventos tienen naturalezas diferentes, ocurre de igual manera con las rebeliones y los levantamientos sociales. A fin de obtener el conocimiento de algo, se debe prestar atención a su causa creativa, a su causa final, a su causa material, especialmente las partes que integran el conjunto, y a su causa nominal que le da sus características generales. Los siguientes puntos explican la naturaleza de un movimiento: 1) Para comprender un movimiento y su naturaleza, es necesario conocer las causas y las razones que lo han llevado a ello. Esto es lo que se llama su causa creativa. 2) ¿Qué es un movimiento y cuáles son sus objetivos? ¿Tiene él un objetivo o no? Esto es lo que se llama su causa final. 3) ¿Cuáles son los elementos y los contenidos de este movimiento, y qué actividades se llevan a cabo en él? Esto es lo que se llama su causa material. 4) ¿Qué forma ha asumido él como una totalidad? Esto es lo que se llama su causa aparente o nominal. Con respecto al movimiento del Imam Husain (P), del mismo modo, nosotros debemos averiguar si sus consecuencias han sido una explosión. ¿Ha sido como una caldera de agua hirviendo que ha concluido en una explosión?. Algunas rebeliones son explosiones. Una diferencia del Islam con las otras escuelas de pensamiento es que, por ejemplo, una escuela dialéctica confía en reforzar el antagonismo y la oposición de las cosas, en aumentar las agitaciones, profundizar las brechas y oponerse a las reformas reales, a fin de conducir a la sociedad a una revolución después de haber llegado un cierto punto de explosión, no a una revolución de la cual la gente sea consciente. El Islam de ninguna manera cree en una revolución explosiva. Sino que insiste en su existencia basada en un cien por ciento en la conciencia y la resolución. ¿Fue el movimiento de Imam Husain (P) un movimiento explosivo causado inconscientemente por grandes presiones de la época de Mu’awiah y de su hijo Iazid, de modo que el Imam Husain (P) estaba, en su impaciencia, dispuesto a arriesgarlo todo?. Nuestra respuesta es negativa, por toda la evidencia que hay al respecto, incluyendo sus palabras y correspondencias mantenidas entre él y Mu’awiah y más tarde con Iazid; y sus discursos en lugares diferentes, especialmente aquel bien conocido, pronunciado en Mina a los compañeros del Profeta y citado en Tuhfal ‘Uqul, el cual demuestra que este movimiento comenzó con plena conciencia y que no fue como una explosión sino una perfecta revolución Islámica. Al dirigirse a sus compañeros, el Imam Husain (P) no permitió que su revolución asumiera una forma explosiva. Una razón para esta afirmación es que él intentó en cada ocasión hacer que sus compañeros se fueran, y les recordó repetidamente que en ese lugar no debían esperar ningún beneficio material, sino sólo la muerte. Aún en la noche antes de ‘Ashura (la décima del mes de Muharram, cuando él (P) fue martirizado, dijo: Yo no conozco mejores compañeros y más sabios que los míos. Os doy las gracias a todos. Ellos sólo me buscan a mí, así que podéis dejarme si lo deseáis. Si ellos conocieran vuestra intención de retiraros de este campo de batalla, no os molestarían. Por lo tanto, abandonad junto a mi familia este desierto donde cada cosa es extraña para vosotros, y dejadme aquí sólo. Un líder que desea hacer uso de la ansiedad y del descontento de la gente para estimular una revolución, no hablaría de ese modo. El les enfatizaría la obligación religiosa. Pero el Imam (P) les pidió que atendieran a esta obligación religiosa con total libertad. Quería que sus seguidores se dieran cuenta de que no había compulsión sobre ellos para resistirse en contra del enemigo. Ellos podían fácilmente desaparecer en la oscuridad de la noche sin ningún inconveniente. Tampoco actuó él con la intención de un amigo que insiste en su alejamiento de allí (para evitar su muerte), sino que él dijo: Yo os eximo de vuestro juramento de fidelidad hacia mí, si pensáis que ello representa un deber o una obligación para vosotros. Esto quiere decir, dejarles la elección. Si ellos querían apoyar lo que era justo, podían libremente, con plena conciencia y sin ninguna ansiedad causada por él o por el enemigo, detenerse y resistirse en su favor. Esto es lo que otorga un valor más grande a los mártires de Karbalá. Por otra parte, él podía haber adoptado las mismas medidas empleadas en la guerra contra los españoles. Cuando Tariq bin Ziad conquistó España y movió sus barcos a través de ese famoso estrecho que lleva su nombre[1], ordenó a sus hombres almacenar provisiones para veinticuatro horas y quemar el resto junto con los barcos. Luego congregó a sus soldados y hombres y señalando hacia el mar, dijo: “El enemigo está frente a vosotros y el mar detrás. Si intentárais huir, no tendríais camino sino el mar que os destruiría. Tenéis comida sólo para veinticuatro horas, y después de eso, moriréis de hambre. El único camino para vuestra seguridad es la lucha y la victoria. Porque el enemigo tiene vuestro alimento”. Este fue el método utilizado por un líder político. Pero el Imam (P) nunca dijo que el mar estaba detrás y el enemigo en frente de sus compañeros; o que había una compulsión por parte del enemigo o para el amigo. Su revolución fue en todo sentido aceptada por él (P), su familia y sus compañeros. No fue explosiva en su naturaleza. Una revolución con conciencia puede tener distintos elementos, y casualmente, la revolución de Imam Husain (P) tuvo muchos factores que hacen que el movimiento tenga un carácter múltiple y no unidimensional. Una de las diferencias entre los distintos hechos sociales y naturales, es que éstos últimos son de una naturaleza particular, y no pueden, a diferencia de los eventos sociales, ser de múltiples clases. Un metal no puede al mismo tiempo poseer las propiedades del oro y del cobre. Pero el hombre, al igual que los eventos sociales, es sorprendentemente, de múltiples clases. Es por ello que Jean Paul Sartre dijo que la existencia del hombre es anterior a su naturaleza. Además un ser humano puede al mismo tiempo tener la naturaleza de un ángel, de un cerdo y de un tigre. Esto en sí mismo es un tópico con una larga historia en términos de enseñanzas y cultura Islámicas. La rebelión del Imam Husain (P), también tiene un carácter múltiple, ya que fue influida por varios factores. Un movimiento puede tener tanto naturaleza reaccionaria como naturaleza inicial. Si es de la primera forma la reacción puede ser positiva o negativa, según una u otra corriente. Todo ésto puede ser observado en el movimiento de Imam Husain (P), lo que prueba la multidimensionalidad del mismo. Uno de los importantes factores y que desde el punto de vista cronológico tal vez sea el primero, es el factor del juramento de fidelidad. El Imam Husain (P) estaba en Medina y Mu’awiah, que deseaba obtener de él la bai’ah o juramento de fidelidad para la sucesión de su hijo Iazid antes de su propia muerte, envió a tal efecto a sus agentes a Medina. Esto hubiera significado una aprobación para el Califato de Iazid, no sólo en lo que se refiere a la persona de este último en particular, sino también a la tradición que quería fundar Mu’awiah, que consistía en que “el sucesor fuera nombrado por su predecesor”. Esto significaba el rechazo de la norma que establecía que el próximo califa debía ser elegido por la gente, o, como creen los Shi’as, debía ser nombrado de acuerdo con lo dispuesto por el Profeta[2]. Por lo tanto, todo ésto no era tan sólo hacer que la gente aprobara la sucesión de un hijo por orden de su padre, sino también el establecimiento de una tradición introducida por primera vez, por Mu’awiah, razón por la cual querían obtener el juramento de fidelidad del Imam Husain (P). Esta exigencia se encontró con una reacción negativa por parte del Imam (P), basada en la Taqua (temor a Dios). Cada ser humano se enfrenta a veces con una serie de exigencias en su sociedad en variadas apariencias, ya sea en forma de placer, deseo por posición, amenaza o temor. El debe resistirse ante todo eso y decir ‘no’ a fin de ser virtuoso y piadoso. Ellos exigían el juramento de fidelidad. El Imam se negó. Ellos amenazaron y él (P) dijo que estaba listo para morir, pero no para jurar fidelidad. Hasta aquí el movimiento está basado en una reacción de negativa a exigencias ilegales; en otras palabras, la esencia de este acto está en la Taqua (piedad o temor a Dios). Es como expresar: La ilaha illa Allah -“No hay divinidad sino Allah”-, donde la primera parte, o sea “La ilah” (No hay divinidad...) es una negativa de lo ilegítimo, es decir, un ‘no’ con Taqua. Pero éste no fue el único factor del movimiento. Además hay otro factor que indica que la esencia del movimiento de Imam Husain (P) es de esencia reaccionaria, sólo que la reacción aquí es positiva, no negativa. Está basado en la idea de que Mu’awiah estaba destinado a abandonar este mundo un día, y que la gente de Kufa se daría cuenta de que veinte años antes de este suceso, Ali (P) había gobernado en ese pueblo donde los efectos de sus enseñanzas aún permanecían. Por supuesto, ahora muchos de sus jefes y caudillos como Huyr bin ‘Adí, ‘Amru bin Hamq Jaza’i, Rashid Hiyrí, Maisam Tammar y otros, habían sido desterrados para despojar al pueblo de las ideas y de los sentimientos de Ali (P). Pero aún quedaban efectos de sus enseñanzas. Tan pronto como Mu’awiah murió, ellos se reunieron y dijeron que no perderían la oportunidad y que no debían permitir que Iazid fuera Califa, pues tenían a Husain bin Ali (P). Ellos debían invitarle a gobernar, y estar preparados para auxiliarle y así tornar al Califato verdaderamente Islámico. Aquí hay una invitación por parte de la gente basada en que “estamos preparados con toda el alma y el corazón” y en que “nos hemos congregado para vuestra llegada”. Kufa, que siempre había sido un campo militar de los Musulmanes, envió invitaciones al Imam Husain (P). No fue sólo una persona, o dos, o diez... , sino dieciocho mil cartas, cada una de las cuales era a veces firmada por veinte personas, hasta que llegó el número a cien mil personas que le enviaron cartas. ¿Qué debía hacer el Imam ahora? No necesitaba más excusas. La petición había sido hecha, y la reacción por parte de los Musulmanes que se habían rebelado era positiva y el Imam (P) debía dar una respuesta positiva y apresurarse a su ayuda. Al principio, antes de este suceso, su deber era sólo decir ‘no’ (a Iazid) y conservarse a sí mismo puro. Por lo tanto, si él hubiera aceptado la sugerencia de Ibn Abbas y hubiera ido a vivir en las montañas del Yemen para estar a salvo del ejército de Iazid, él habría cumplido con su primera obligación desde el punto de vista de lealtad y piedad. Pero ahora un nuevo deber había recaído sobre él como resultado de la invitación de los Musulmanes, quienes se proponen una especie de ultimátum. A pesar de que el Imam (P) sabía desde el mismo comienzo de su partida que la gente de Kufa no estaba preparada adecuadamente, y que ella era temerosa y sin principios, sin embargo, ¿qué respuesta podía dar él a la historia? Si los hubiera abandonado, ¿qué habríamos dicho hoy preguntándonos por qué el Imam (P) no les dio una respuesta? Un ejemplo puede ser citado aquí: Abu-Salma Jalal fue una persona a quien en la Corte Abasida llamaban ‘el ministro de la familia del Profeta’. El riñó con el Califa Abasida, y cuando al poco tiempo éste fue asesinado, escribió rápidamente una carta al Imam Ya’far As-Sadiq (P) y simultáneamente otra a Muhammad bin Abdullah Mahd, en la que invitaba a ambos al mismo tiempo a aceptar la ayuda de él y la de Abu Muslim, quienes hasta la fecha habían servido a los Abasidas, pero ahora querían estar al servicio del Imam, y dijeron que si él estaba dispuesto, ellos destruirían a los Abasidas. En primer lugar, cuando una misma carta es escrita a dos personas es señal de que no hay sinceridad; en segundo lugar la carta fue escrita después de que él había cortado sus relaciones con el Califa Abasí al darse cuenta este último de que le era deshonesto. El Imam Ya’far As-Sadiq (P) leyó la carta y la quemó en presencia del mensajero que preguntó qué respuesta él daría. El Imam (P) dijo: “Esta fue mi respuesta”. Antes de que el mensajero regresara, Abu Salma había sido asesinado. Pero nosotros imaginamos que la gente se preguntó por qué el Imam (P) no envió una respuesta positiva y dio una negativa a Abu Salma. Fue porque, en primer lugar, no tenían sinceridad, y en segundo lugar, no se llevaba bien con el Califa, quien lo mató como sospechoso de deshonestidad. Con todo ésto, si el Imam Husain (P) se hubiera rehusado a dar una respuesta positiva, el mundo lo habría criticado y hubiera dicho que si él hubiera aceptado la invitación, Iazid y sus seguidores hubieran sido aniquilados por la valiente gente de Kufa. Kufa había sido un campo militar de los musulmanes y esta gente valiente había sido gobernada por Ali (P) durante cinco años. Allí, la voz de Ali (P) y de las viudas y huérfanos que habían sido mantenidos por él, aún podían ser oídas. Ellos habrían dicho que el Imam Husain (P) no fue porque estaba asustado, y que si hubiera ido a Kufa, comenzaría una revolución. Por lo tanto, él consideró un deber decir: “Yo estoy listo, si vosotros lo estáis”. Hay además un tercer punto de vista al cual nos referiremos luego. Ahora veamos cuál de estos dos factores tuvo prioridad. ¿Se negó primeramente el Imam (P) a la lealtad y luego fue invitado por la gente de Kufa, o fue al revés?. Fue definitivamente lo primero, ya que la exigencia de jurar fidelidad fue hecha inmediatamente después de la muerte de Mu’awiah. Cronológicamente, la cuestión de la lealtad se desarrolla primero, ya que el mismo hombre que hizo llegar las noticias de la muerte de Mu’awiah al gobernador de Medina, le llevó a él otra carta en la cual el asunto de obtener la lealtad del Imam Husain (P) y de algunas otras personas, era mencionado. A estas alturas, Kufa no podría haber estado informada de la muerte de Mu’awiah, y de acuerdo a la historia, el Imam Husain (P) fue requerido para jurar lealtad, él se rehusó, y pasaron varios días hasta que el Imam (P) partió de Medina el 27 de Rayab, bajo presión, llegando a la Meca seis días más tarde, el 3 de Sha’ban. El llamado de la gente de Kufa le llegó el 15 de Ramadán, es decir, alrededor de un mes y medio después de serle exigido el juramento de fidelidad y del posterior rechazo del Imam (P). Por lo tanto está claro que la invitación llegó después de su negativa a jurar fidelidad. El (P) había dicho: Me rehuso a jurar fidelidad, aún cuando ningún lugar me fuera dejado sobre la Tierra para vivir. El otro factor fue su obligación de ordenar lo bueno y prohibir lo malo. El partió de Medina con esta consigna. No fue una cuestión de al
27 noviembre 2011
* En este artículo el autor discute la rebelión del Imam Husain (P) como un legítimo sucesor al Califato, en contra de los entonces gobernantes, el Califa Mu’awiah y su hijo Iazid. El autor demuestra que esta rebelión fue generada por varios factores, primeramente como un acto de defensa al negarse a jurar fidelidad a Iazid, quien era considerado una innovación contraria a las tradiciones Islámicas. En segundo lugar, toma la forma de auxilio a los seguidores del Imam en Kufa, después de su pedido explícito. En tercer lugar, asumió la forma de ataque en contra de un sistema inmoral por el principio de “ordenar lo bueno y prohibir lo malo”, un factor que fue el más importante de todos como un eterno mensaje para el mundo entero en todos los tiempos.