Agencia de Noticias de Ahlul Bait (ABNA) - El problema es que estas mismas organizaciones, que dicen luchar 'contra' la Islamofobia, al mismo tiempo, promueven la Shiafobia.
Los oradores de las principales conferencias islámicas en Suecia habitualmente se burlan de los shiítas y los llaman por el término despectivo de 'rafidah'.
En abril de este año, una organización juvenil islámica en la ciudad de Gotemburgo, invitó a un predicador a hablar de Islamofobia y la forma de tratarla. Hubiera estado bien, pero el orador resultó ser él mismo un Islamófobo, es decir ¡un Shiafobo!.
El nombre del predicador es Bilal Philips, un canadiense converso a la secta wahhabo-salafi, que está llena de rencor hacia toda otra escuela de pensamiento musulmán, sobretodo los shiítas. La persona que iba a hablar contra la Islamofobia ¡era él mismo un Islamófobo!.
La secta wahhabi fue fundada por Muhammad Abd al-Wahhab en el siglo 18 en la actual Arabia Saudí. Los wahhabíes consideran a la mayoría de los musulmanes del mundo ser herejes. Insultan a ambos eruditos Sunníes y Shiítas, y lanzan acusaciones absurdas contra ellos, como por ejemplo afirmar que "adoran las tumbas".
De hecho no sólo los shiítas, sino también los tradicionales sunnítas no-wahhabies son perseguidos en Arabia Saudí.
Si estas organizaciones están realmente preocupadas por la Islamofobia, entonces no pueden tolerar la Shiafobia, que propaga el odio contra una quinta parte de los musulmanes del mundo.
Los wahhabíes se mantuvieron como una pequeña secta durante más de un siglo, hasta que se descubrió petróleo en la península arábiga, lo que actualmente se conoce como el reino wahhabí de Arabia Saudí. Desde entonces Arabia Saudí, aliado de EE.UU., ha estado financiando escuelas wahhabíes, mezquitas y otras instituciones en todo el mundo, tratando de convertir a los sunníes tradicionales en wahhabíes. La Shiafobia ha sido también promovida por el wahhabismo.
En Suecia, a los jóvenes se les ofrecen becas para estudiar en la Universidad wahhabí de Medina, en Arabia Saudí. A su regreso asumen de inmediato, y se esfuerzan, en la predicación de la Shiafobia, que parece ser el sexto pilar del wahhabismo. Bilal Philips consiguió su educación religiosa en Medina.
Arabia Saudí es el principal productor y exportador de Shiafobia en el mundo. Wahhabismo y Shiafobia son los únicos productos 'intelectuales' de Arabia Saudí, que son famosos en el extranjero.
El verdadero propósito de la Shiafobia es aislar y debilitar a la República Islámica de Irán mediante la creación de la sospecha y la duda en las mentes de los musulmanes sencillos. A diferencia de la tierra estéril, cultural e intelectual, en Arabia Saudí, Irán es una tierra de poetas, de grandes pensadores, artistas y místicos. Y es esta fuerza cultural e intelectual la que, a largo plazo, constituye la mayor amenaza a la cultura secular occidental, no el estúpido y superficial wahhabismo.
La secta wahhabí nunca será capaz de crear un Estado Islámico moderno e inevitablemente decaerán a una subcultura marginada similares a los amish en Estados Unidos. A pesar de que la Shiafobia es la peor forma de la Islamofobia, todavía es un fenómeno desconocido. Nadie habla de esto.
En estos días estamos siendo testigos de los terribles efectos de años de propaganda Shiafóbica: La Masacre de Bahrein. Demonizar a los shiítas no es sin cosecuencias. Tarde o temprano, cuando el odio llega a un clímax, la gente pasa de las palabras a la acción.
El reciente ataque incenciario contra la Mezquita Imam Ridha (a.s.), de Bruselas, y el martirio de su Imam, Huyyatulislam Sheij Abdullah Dadouh, fue tambien un producto de la propaganda Shiafóbica materializado por un fanático wahhabi-salafí en el corazón de Europa.
Los dos principales críticos de la Islamofobia en Suecia, Mattias Gardell, profesor de Religión en la Universidad de Uppsala, y el periodista Andreas Malm, nunca han alzado sus voces en contra de las formas más severas, vulgares y horribles de la Islamofobia en el mundo contemporáneo: La Shiafobia. Gardell ha escrito un libro entero sobre el tema de la Islamobofia, sin siquiera mencionar la Shiafobia. Asimismo Andreas Malm, ha escrito un libro de 700 páginas, "El odio hacia los musulmanes", sin tampoco tocar el odio hacia los shiítas.
Esto puede sonar extraño, pero el partido Islamofóbico 'Demócrata Sueco' (SD), el equivalente del Partido de la Libertad de Geert Wilders en Holanda, es de hecho menos Islamófobo que el régimen wahhabí de Arabia Saudí.
Los 'demócratas de Suecia' ha iniciado un "Fondo de Anti-Islamización" con el fin de luchar contra lo que perciben como la "islamización" de la sociedad sueca. Mi consejo para ellos es : ¡Dadles ese dinero a los wahhabíes!. Ellos harán mejor el trabajo de destruir el Islam. Su objetivo es exterminar del Islam todo lo que no sea wahhabi, lo que significa a todos los grandes pensadores, místicos y eruditos de la historia del Islam. No quedará nada excepto fanáticos violentos, que es exactamente lo que quieren los Islamófobos.
La Shiafobia está entrelazada con el wahhabismo. Dondequiera que haya Wahhabismo hay Shiafobia. Los problemas con la Shiafobia no se pueden resolver sin resolver el problema del wahhabismo.
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