Agencia de Noticias de Ahlul Bait (ABNA) - Emile Nakhleh, ex director del programa para el Análisis Estratégico del Islam Político de la CIA y autor de "Bahrein: Desarrollo Político de la Modernización de una Sociedad", sostuvo en comentarios en Financial Times que esta estrategia de EE.UU. se basa en la falsa suposición de que el mundo sunita es monolítico, y agregó que las políticas de Washington están en contra de las comunidades shiítas ya que los estadounidenses creen que las todas las comunidades shiítas árabes, recurren a Irán por orientación teológica y apoyo político.Pero en realidad, los musulmanes sunitas tienen diversos objetivos culturales, políticos y sociales y no están preocupados, como algunos gobernantes del Golfo Pérsico lo están, con la retórica de la política anti-shiíta o anti-Irán.El comentario sigue a continuación:Inventada en Arabia Saudí y Bahrein, la estrategia sunita fue presentada a Occidente como un plan de defensa contra Irán. Desafortunadamente, Washington compró esta falsa reclamación de bloqueo, por consideraciones de seguridad erróneamente concebidas.Hace algunos años, algunos líderes árabes sunitas, incluidos los de Arabia Saudí y Bahrein, advirtieron sobre un creciente "arco shiíta" en el mundo árabe, incluyendo el Golfo Pérsico. Sin embargo, mis analistas y yo, informamos a los altos responsables de las políticas de Estados Unidos que los regímenes árabes utilizaban el miedo shiíta para amordazar a su oposición interna y el papel genuino de sus quejas. En un informe sobre los "Emires" gobernantes del Golfo Pérsico se consideró que esos regímenes deberían atender las quejas de sus pueblos si es que querían sobrevivir a largo plazo. La afirmación de la “Media Luna Shiíta” era una táctica para ocultar la discriminación y la represión contra las comunidades shiítas. Bahrein es el ejemplo más claro de eso.Desde la década de 1970, el régimen de Bahrein ha acusado a la mayoría de la población shiíta de ser un frente pro Irán y urgió a los EE.UU. expandir su presencia naval en el Golfo Pérsico como un escudo protector frente a la percibida amenaza iraní. Washington aceptó la posición de Bahrein a pesar de que el movimiento prodemocracia en Bahrein, en ese period, era mayoritariamente sunita.Las demandas a favor de reformas, pedían una Constitución, elecciones libres, un poder judicial independiente y una reducción en los poderes del ejecutivo. El primer ministro, el jeque Jalifa bin Salman, y sus aliados tradicionalistas en la familia gobernante se opusieron a las reclamaciones de reformas y veían a la oposición como una amenaza hacia la dinastía. El entonces gobernante – el padre del actual rey – se mantuvo con sus aliados reformistas dentro de la facción más conservadora de la familia.Para acabar con la actual escalada de violencia y las reiteradas violaciones a los derechos humanos del régimen, se deben tomar medidas. En primer lugar, los poderes occidentales deben fortalecer la facción pro-reforma en la familia gobernante. En segundo lugar, Washington debería instar al rey para destituir de su cargo al Primer Ministro, su tío; muchos piensan que Bahrein simboliza la corrupción, la represión y la oposición inquebrantable hacia la reformas políticas. Él ha trabajado en estrecha colaboración con el príncipe heredero saudí, Nayef, para socavar el movimiento pro-democracia en el mundo árabe, especialmente en Bahrein.En tercer lugar, Estados Unidos debería enviar un claro mensaje al régimen de Bahrein para poner fin a la violencia contra los shiítas y actuar sobre todas las recomendaciones de la Comisión Independiente de Investigación. Washington también debería empezar a retirar su Quinta Flota Naval de Bahrein.La enorme presencia naval de EE.UU. en Bahrein no ha mejorado la seguridad occidental en el Golfo Pérsico, tampoco no ha alterado el comportamiento de Irán y, más importante, no ha silenciado a la oposición anti-régimen en el Golfo Pérsico y en otros países árabes. Tampoco se ha pronunciado legitimando al régimen al-Jalifa y a otros regímenes sunitas. En cambio, se podría decir que su presencia ha aumentado el muro de defensa de Irán y teniendo en cuenta los regímenes sunitas, entre ellos y Bahrein, la falsa impresión de que Washington les ha dado licencia para matar a su propio pueblo.Moviendo la presencia militar de EE.UU. en Bahrein “hacia el horizonte” sería una clara señal de que las dictaduras árabes ya no serán toleradas.Eventualmente la carrera de Fórmula Uno está siendo realizada en Bahrein, pero los llamados por reformas se han convertido en cánticos por el cambio de régimen. Un régimen ofuscado no será capaz de silenciar las demandas de justicias y el derecho a vivir libre por siempre.© 2005-2011 AhlulBait News Agency. Todos los derechos reservados. Se autoriza la reproducción de esta noticia citando la fuente ABNA.ir------112
Fuentes : ABNA
lunes
23 abril 2012
19:30:00
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Ex Director de la CIA Pide a EE.UU. que Retire su Flota de Bahrein
WASHINGTON, EE.UU. (ABNA) - La estrategia sunita de EE.UU. en el Golfo Pérsico permite a la dinastía gobernante al-Jalifa de Bahrein continuar con la represión de sus ciudadanos; oponiéndose a las fuerzas prodemocráticas en la región; y alineando las políticas sectarias contrarrevolucionarias de Washington-Riyad. La estrategia es miope, socava la posición de EE.UU. en la región y está destinada al fracaso, ha dicho un ex director de la CIA.