El Profeta Muhammad (s.a.w.) recomendó realizar una oración especial albriciando el perdón de muchísimos pecados.
Asimismo dijo: “Todo aquel que realice esta oración, al fallecer, en la primera noche que pase en su tumba, Dios, el Altísimo le enviará la recompensa de esta oración que se le corporizará en un bello ser, de rostro resplandeciente y de habla elocuente, que le dirá:
‘¡Oh, amado mío! te doy las albricias de que estás a salvo de toda preocupación’.
El difunto le preguntará: ‘¿Quién eres? Juro por Dios que jamás he visto
alguien tan bello, ni he oído una voz tan dulce ni he olido ningún perfume mejor que el tuyo’.
Le dirá entonces: ‘Yo soy la recompensa de aquella oración que realizaste la noche de aquel mes, de aquel año. He venido junto a ti para observar tu derecho, acompañarte en tu soledad y alejarte del temor.
Estaré a tu lado para darte sombra el Día del Juicio Final, cuando la trompeta sea tañida. ¡Alégrate, pues, que el bienestar te acompañará por siempre!’.”
Modo de realizar la oración:
El primer jueves de este mes de Rayab se ayuna y llegada la noche se realizan doce ciclos de oración —entre las oraciones del ocaso y la noche—.
En realidad son seis oraciones de dos ciclos cada una.
Cada ciclo consta de:
- La lectura de la Sûra Al Fâtihah una vez,
- Sûra Al-Qadr (nº97) tres veces,
- Sûra Al-Ijlâs (nº111) doce veces.
Al término de la oración, decir setenta veces:
اللھم صل علی محمد النبي الامي وعلی آلہ
Al·lahumma sal·lî ‘alâ muhammadin an-nabîil ummî ua ‘alâ âlihi.
¡Dios nuestro! ¡Bendice a Muhammad, el profeta iletrado, y a su descendencia!
Luego, prosternarse y repetir setenta veces:
سبوح قدوس رب الملائکۃ والروح
Subbûhun quddûsun rabbul malâ’ikati ua-r rûh
¡Glorificado, Santísimo, es el Señor de los ángeles y el Espíritu!
A continuación, en posición de sentado, decir setenta veces:
رب اغفر وارحم وتجاوز عما تعلم انک انت العلي العظم
Rabbi igfir uarham ua tayâuaz ‘ammâ ta’lam innaka antal ‘alîi-ul a’dzam.
¡Señor! ¡Perdóname y ten misericordia de mí! ¡No consideres lo (malo) que
sabes de mí! ¡Ciertamente que Tú eres Altísimo, Majestuoso!
Volver a prosternarse y decir setenta veces:
سبوح قدوس رب الملائکۃ والروح
subbûhun quddûsun rabbul malâ’ikati ua-r rûh
¡Glorificado, Santísimo, es el Señor de los ángeles y el Espíritu!
Tras ello, pedir a Dios lo que se desee, e insha Allah, nos será concedido.
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