Agencia de Noticias de Ahlul Bait (ABNA) — Así lo ha indicado Alonso en declaraciones a Europa Press, coincidiendo con la celebración en Kazajstán del IV Congreso Mundial sobre libertad religiosa que este año ha reunido a líderes religiosos de todas las ramas del cristianismo, el Islam, el Judaísmo y el Budismo, entre otras confesiones.
Según ha explicado, Kazajstán, donde estuvo como miembro de la misión de observación electoral de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), es un país con una extensión cinco veces mayor que la de España en el que viven 16 millones de personas, y en el que conviven 130 etnias y más de 40 confesiones religiosas, y es todo un "ejemplo" de protección de la libertad religiosa.
Así, ha apuntado que, a parte de garantizar la libertad de culto, para construir centros religiosos y para predicar, "penaliza cualquier comportamiento que implique un odio contra las religiones". Asimismo, ha destacado que esta protección legal se observa en la promoción de la construcción de mezquitas y templos y en la "voz" que se da a los líderes religiosos en los medios de comunicación.
Desde el punto de vista de la población civil, ha subrayado que también se respeta esta libertad porque existe "una amplísima tradición nómada". "Quien quiere tiene religión y quien no, no, es algo que corresponde a la decisión de cada cual. Y en una misma casa pueden convivir una rusa ortodoxa con un musulmán kazajo o tártaro. Es un modelo de convivencia y de tolerancia religiosa muy interesante", ha asegurado.
FUNDAMENTALISMO RELIGIOSO
Sin embargo, Kazajstan está ubicado en una zona con las fronteras "muy porosas" donde en materia de libertad religiosa es "todo lo contrario" y casi lindando por el Sur con países con "situaciones muy difíciles" como las que se viven en Afganistán y Pakistán. "Entonces --se pregunta-- ¿por qué el fundamentalismo islámico no ha penetrado en Kazajstan?".
Alonso ha explicado que si el fundamentalismo no ha llegado allí es porque el marco legal garantiza que eso no se de y porque tradicionalmente o culturalmente la gente "tampoco lo acepta" ya que están conviviendo en su día a día con personas de otras confesiones y ven que son "normales". "Eso les ayuda a quitarse el fanatismo religioso de su horizonte", ha añadido.
Por ello, considera que el mundo y Europa, en particular, donde la religión tradicional ha sido el cristianismo y donde en los últimos 30 años se ha recibido una "fuerte" inmigración musulmana, deben aprender de este país, para saber resolver casos como el del velo islámico o la construcción de minaretes.
MODELO PARA ESPAÑA
Asimismo, ha destacado que es un modelo para España que, a su juicio, no se ha esforzado en diseñar una política de inmigración que integre. No obstante, ha indicado que gracias al carácter "abierto" de los españoles, tampoco surgen muchos problemas de Islamofobia y racismo, al contrario que en otros países como Francia o Alemania.
"Hasta hace poco vivíamos una cierta homogeneidad étnica y cultural y ahora tenemos que habituarnos a este modelo del multiculturalismo y a convivir pacíficamente con otras religiones, culturas o etnias", ha apuntado.
El Congreso, que se celebra cada tres años desde 2003, tiene como finalidad sentar a la misma mesa a representantes de las distintas religiones para hablar sobre libertad religiosa y darse cuenta "de que hay más cosas que les unen que les separan". Entre otros temas, se han tratado en estos encuentros el papel de las religiones en el desarrollo sostenible y el papel de la mujer o de la juventud en la religión.
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