Agencia de Noticias de Ahlul Bait (ABNA) — El microvehículo aéreo dispone de una extraordinaria capacidad de navegación y cartografía en tiempo real y es capaz de cumplir misiones de reconocimiento en espacios abiertos y dentro de edificios, permitiendo a los soldados una visión más amplia de sus objetivos sin arriesgar la vida.
De hecho, en el futuro cada soldado tendrá su propio 'espía' robótico.
Tampoco se descarta que los robots voladores se equipen con armas para eliminar o neutralizar a los enemigos.
El operador tendrá que hacer solo dos cosas: introducir en la memoria del aparato los datos de su ubicación y los del objetivo.
En el diseño de este nuevo dispositivo los ingenieros de Pasadena usaron un cuadricóptero (helicóptero con cuatro rótores) de medio metro de diámetro y un sistema de navegación autónomo. El operador sólo marca dos puntos: el lugar de partida y el del destino, el resto lo realiza el software y la cámara con capacidad para llevantar un plano tridimensional del terreno. Como resultado, el drone evita los obstáculos, entra por ventanas y puertas, se suspende por encima del objetivo y elige un adecuado lugar de aterrizaje.
Una alternativa noruega
Un sistema similar tiene el aparato militar de reconocimiento más pequeño del mundo: el PD-100 Black Hornet (en la foto), creado por la empresa noruega Prox Dynamics desde el 2008. Mide solo 20 centímetros de largo y pesa 15 gramos.
Este sistema robótico tiene una autonomía de 25 minutos y es capaz de alejarse a un kilómetro de distancia, moviéndose sin operador y orientándose solo por un GPS con la ruta programada. No obstante su peso, resiste un viento lateral de unos 5 metros por segundo.
En las próximas décadas, los microrobots se usarán ampliamente en combates en ciudades y en un terreno accidentado.
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