Agencia de Noticias de Ahlul Bait (ABNA) — El libro Wiki Media Leaks, de los autores argentinos Martín Becerra y Sebastián Lacunza, aborda las relaciones de la embajada de EE.UU. con los medios de prensa, periodistas y elites políticas de distintos países de Latinoamérica, constatándose a través de las filtraciones de Wikileaks la circularidad que existe entre medios de comunicación y política.
Se da cuenta en el texto de las tensas relaciones de las embajadas con los países considerados adversarios o de políticas diferentes a las de EE.UU., en los cuales se actúan como verdaderos articuladores de la oposición política de los gobiernos. Sobre todo en Argentina y Brasil, se cuenta de las reuniones entre políticos, medios, periodistas y autoridades de la embajada, los cuales en una constante alteración de roles entre información, medios y fuentes, producen informaciones oficiales en base a operaciones de objetividad tercerizada: modelo endogámico que no hace sino elevar márgenes de error en la información que se entrega a las personas en los medios oficiales.
A diferencia de Argentina y Venezuela, Chile es considerado, junto a Perú y Colombia, un país “amigo” al que no se le hacen importantes críticas. En los primeros comunicados del embajador Kelly a Condoleza Rice sobre nuestro país el año 2006, Kelly informa de un país de prensa conservadora para los estándares internacionales, que posee medios competitivos, modernos, numerosos y libres.
Para los autores, los comunicados de la embajada norteamericana son pocos rigurosos en su diagnóstico del ambiente mediático nacional, pues omite e ignora los altos niveles de concentración de la propiedad de los medios y la convergencia de estos con la derecha política del país. Los autores encuentran en la concentración de la propiedad la causa de medios homogéneos y poco pluralista, y en cambio el embajador Kelly lo atribuya al “perfil sicológico” de los periodistas chilenos, quienes, a su juicio, tienen gran respeto por la autoridad, y todavía trabajan con el “fantasma” de la dictadura, lo que los hace ser menos osados y tendientes a evitar roces y enfrentamientos por medio de la aplicación de la autocensura.
El error central en el diagnóstico del embajador Kelly, según Becerra y Lacunza, sería creer que “gran cantidad de diarios” es lo mismo que “pluralidad”. Los autores hacen un seguimiento de los dos principales grupos de la prensa gráfica, Copesa y El Mercurio, desde sus inicios: el apoyo a la dictadura de Pinochet y su legitimación en democracia, donde se estructuró el escenario concentrado que existe hoy, el cual se extiende a la TV y radio. Se destaca en el libro la preocupación de los presidentes Frei, Lagos y Bachelet por la concentración de los medios nacionales y la falta de pluralidad y diversidad de la información, pero la nula capacidad y voluntad por intervenir el mercado de medios en favor de más pluralidad, y la falta de debates acerca de la regulación de los medios como sí ocurrió en Argentina.
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