Agencia de Noticias de Ahlul Bait (ABNA) — El hecho de que Stuxnet se haya infiltrado en el sistema informático de Chevron demuestra que este tipo de ataque informático puede causar víctimas colaterales, incluyendo en el sector de la energía de un país del que se sospecha que está detrás de su diseño.
“No creo que el Gobierno de EEUU haya entendido cómo (el virus) se ha extendido”, comentó Mark Koelmel, director de Chevron, al ser entrevistado por el diario Wall Street Journal en su edición online del jueves.
“Creo que la otra cara de lo que hicieron es peor que lo que fueron capaces de lograr”, añadió.El Stuxnet trató en el otoño de 2010 de dañar las centrifugadoras que enriquecen uranio para el programa nuclear iraní. Teherán acusó a Israel y EEUU de ser los creadores del virus.
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