Agencia de Noticias de Ahlul Bait (ABNA) — La conversación entre los ministros se realizó el jueves 21 de marzo a puertas cerradas, contando con una escasa cobertura mediática en la prensa internacional. Los medios chilenos mencionaron escuetamente que Hinzpeter se encontraba en una “visita oficial” a Israel, sin dar mayores detalles. Al salir de la reunión, el ministro de Defensa israelí Moshe Ya’alon se dio la mano con Hinzpeter y declaró que Irán “es la fuente de inestabilidad en Medio Oriente y el resto del mundo”. Ya’alon es el sucesor del ministro Ehud Barak, quien ya había estrechado lazos con Chile en virtud de un acuerdo comercial con la empresa Elbit Systems para adquirir una serie de aviones no-tripulados (UAV) que serían utilizados en el Plan Frontera Norte. Las negociaciones se realizaron cuando Andrés Allamand encabezaba el Ministerio de Defensa Nacional en 2011. Agente del lobby israelí La relación entre el ministro Hinzpeter e Israel ha estado en el centro de la atención ciudadana por mucho tiempo. Cuando el jefe de campaña de Piñera asumió como ministro del Interior en 2010, se especuló que había hecho su servicio militar en Israel. Una columna del periodista Alejandro Kirk elucubró que Hinzpeter podía considerarse dentro de los llamados ‘sayanim’, activos utilizados por la inteligencia israelí para realizar “favores” al Estado de Israel en puntos estratégicos. Mucho antes de llegar a La Moneda Hinzpeter participaba activamente como orador del American Jewish Committe (AJC), popular entre la facción neo-conservadora de Estados Unidos. El AJC ha sido descrito como un organismo lobista que busca influenciar la política exterior estadounidense a favor de Israel. En 2006, el militante de RN participó en una cumbre organizada por el AJC en Miami. En su declaración, que contó con la firma de Hinzpeter, la organización pide que “las naciones democráticas del mundo cierren sus filas contra uno de los patrocinadores principales del terrorismo internacional”, refiriéndose en duros términos a Irán y a su eventual responsabilidad en los atentados de la AMIA en Argentina. En marzo de 2011, mientras el presidente Piñera visitaba Medio Oriente, Hinzpeter asumía la vicepresidencia del país y recibía una delegación de 18 miembros del AJC en La Moneda. El grupo fue acompañado en total reserva mediática por los embajadores de Estados Unidos, Inglaterra e Israel. Ningún comunicado oficial fue emitido sobre la reunión. El “incipiente y criollo terrorismo” El jefe de gabinete de Piñera comenzó su mandato con el pie izquierdo. En 2010, al estallar el “caso paquistaní”, Hinzpeter fue duramente criticado por seguir la línea de la embajada estadounidense en Chile. El ministro de Estado invocó la Ley Antiterrorista contra el estudiante Mohammed Sair Ur Rehman Khan y habló sobre inexactos informes de inteligencia que lo vinculaban con Al Qaeda, mapuches y el Grupo Lautaro. El consulado norteamericano se rehusó a cooperar plenamente en el caso citando la inmunidad diplomática y Khan terminó libre de todo cargo cuando el Ministerio Público abandonó su investigación por falta de pruebas. El montaje que Hinzpeter continúa negando hasta la actualidad contó con la participación del funcionario de la CIA Stanley Stoy, alojado en Chile hasta finales de 2010 luego de admitir en tribunales que había dado órdenes a la PDI para allanar ilegalmente la pensión del paquistaní, en circunstancias de que éste aún se encontraba retenido en la embajada acusado de portar trazas de explosivos. Stoy fue reemplazado rápidamente en su cargo oficial de “agregado jurídico” de la embajada por Todd Porter, agente del FBI que en 2006 dictara charlas sobre terrorismo a funcionarios de Carabineros, PDI y la ANI. Las exposiciones de Porter, realizadas en la Escuela de Investigaciones, buscaban fomentar la “creación y coordinación de una fuerza antiterrorista” en Chile. El caso paquistaní fue utilizado por el ex funcionario de George Bush en el Hemisferio Occidental, Roger Noriega, para alimentar una teoría conspirativa vagamente fundamentada sobre una eventual alianza entre Venezuela e Irán para financiar células terroristas en Latinoamérica. En un artículo del Washington Post, Noriega, recientemente denunciado como colaborador de la CIA por el presidente Nicolás Maduro, declaró: “Una fuente chilena de alto rango me informó que, antes de su arresto, Khan vivió y se asoció con personas de origen egipcio, saudita y libanés – todos los cuales cargaban pasaportes venezolanos”. La paranoia del “incipiente y criollo terrorismo”, como demuestra la visita relámpago a Israel, sigue siendo defendida hasta el día de hoy por el ministro Hinzpeter y sus amigos en Estados Unidos.
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