Agencia de Noticias de Ahlul Bait (ABNA) — Después, se fundó la organización “Amigos de Israel”, impulsada por el expresidente del Gobierno español José María Aznar, y que nació con vocación internacional. Lanzó el manifiesto: “Apoya a Israel, apoya a Occidente”, que se encuentra en Internet (de todo esto daba noticia, por ejemplo, el diario español ABC el 22.06.10). En el punto 4 se dice que “Israel se encuentra en primera línea, pero nosotros somos los siguientes”.En enero de 2012, tuvo lugar en la sede de la Comunidad de Madrid la entrega de los Premios Samuel Hadas, que concede la Embajada israelí en España en reconocimiento de las personalidades que promueven los lazos entre ambos países. Llevan el nombre del primer embajador de Israel en España, de 1986 a 1987. El citado José María Aznar, uno de los galardonados, denunció «la campaña de deslegitimación internacional» contra Israel y destacó que «si cae Israel, caemos todos».Después, la entonces presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, defendió vivamente a Israel con estas afirmaciones: «La mejor prueba del aprecio que una sociedad tiene por la libertad es su toma de posición en la defensa del Estado de Israel». Es «su Estado, el único Estado democrático de Oriente Medio». Una «isla de libertad en medio de una región dominada por regímenes totalitarios».«Defender hoy el Estado de Israel, es defender nuestra libertad, es defender las bases de nuestra civilización judeocristiana, defender nuestra civilización occidental».Es cierto, que hay un gran peligro por parte de ciertos sectores de algunos grupos extremistas como Al-Qaeda, como también lo hay por parte de sectores del judaísmo fundamentalista y de otras ideologías y países. Por una parte, tenemos cosas como el terrible atentado de las torres gemelas en Nueva York; por otra, la frialdad estremecedora de los asesinatos selectivos de Israel y EE.UU. Pero cabe preguntarse si Israel es realmente Occidente y si puede ser su primera línea de combate en algo.Muchos sectores judíos en el Israel actual si son Occidente: son herederos de las grandes aportaciones intelectuales judías en la historia, se preocupan de los derechos palestinos y son críticos con los excesos en la política del régimen israelí. Pero, otros sectores judíos son el anti-occidente, en lo teórico y en lo práctico.En lo teórico, por su idea de único “pueblo elegido” y único al que Dios ha prometido una tierra concreta. Eso se opone al universalismo cristiano, ya anticipado por los profetas de Israel, que se concreta en la idea de nueva alianza en la que todos los pueblos pasan a ser elegidos, todos llamados a cumplir una plenitud. En el Islam se manifiesta, asimismo, esta idea universal. Esta concepción de igualdad de todos los pueblos ante la verdad religiosa forma parte hoy del acervo común de casi toda la humanidad, y sin ella no se explica bien Occidente.En lo práctico, también esos sectores actúan como anti-occidente. Hagamos memoria: Veamos, primero, la forma en que se estableció el Estado de Israel. El Reino Unido se comprometió, mediante la Declaración Balfour, con “el establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío”; sin realizar ninguna votación previa en la zona. Según parece, como premio al importante apoyo económico judío al esfuerzo bélico de Reino Unido, Francia y EE.UU. (cf. “Así nació Israel”, Cuadernos de Historia 16, n? 47, 1985)Los árabes no se opusieron inicialmente. No vieron impedimento para la existencia de una patria palestina, ni para la convivencia que se venía dando entre ambas étnias en Palestina. Pero, las organizaciones judías fueron realizando una inmigración masiva que alteró las proporciones de la población, buscando obtener la fuerza necesaria para proclamar un estado sólo judío. Esto va contra el espíritu de la Declaraciín Balfour: “quedando claramente entendido que nada se hará que pueda perjudicar los derechos civiles y religiosos de las comunidades no judías existentes en Palestina ..”. Ya que sí se perjudicaba a la población árabe que, como la de cualquier lugar del mundo en general, no desea una división de su patria.Asimismo en contra del Libro Blanco, elaborado por el Gobierno británico, que entraba en vigor en 1939, y que afirmaba: “tras la entrada en Palestina de 75.000 judíos durante los próximos cinco años (hasta 1944), la inmigración judía debe cesar, a menos que los árabes la consientan... Se formará en el plazo de diez años un Gobierno permanente y representativo y los judíos estarán en el país en estado de permanente minoría”.Pero, la mayoría del sionismo se había decantado por la creación de un estado sólo judío, quedando arrinconadas las ideas de los revisionistas judíos, fundados por Vladimir Javotinsky, que se orientaban más al estado judeo-árabe. El Libro Blanco fue rechazado en la Conferencia Sionista Extraordinaria de 11.05.1942; en lo que tuvo mucho influjo David Ben Gurión, Presidente en ese momento del Comité Ejecutivo de la Organización Sionista.Al final, la ONU acordó el 29.11.1947 la partici?n de Palestina. A los jud?os se les daba el 56% del territorio y a los ?rabes el 44%. Cuando se fueron los brit?nicos, el 14.05.1948 se calcula que los jud?os en Palestina eran aproximadamente un tercio de la poblaci?n total.Vemos, de forma simplificada, la evolución que siguió en el tiempo la población (cf. artículo citado):Año Población total Judíos % de judíos1922 850.000 82.000 9’64 (censo oficial)1931 1.035.281 174.006 16´80 (censo oficial)1948 (proclamación del estado judío) 33 (estimación)No se había producido tan gran cambio sólo fomentando la inmigración judía a gran escala (en parte ilegal). La misma produjo una fuerte crisis en la poca desarrollada sociedad palestina. Por ejemplo, las granjas colectivas judías, los kibbutz, (en los que se compartía trabajo, comida, instrumentos y beneficios), con sus bajos costes de producción, arruinaron a muchos campesinos árabes que debieron vender sus tierras –convirtiéndose en braceros- o tuvieron que emigrar.Desde 1927 la convivencia en Palestina empeoró mucho. Al acabar la II Guerra Mundial, el terrorismo de ciertas organizaciones judías se disparó (Irgún por la derecha y Stern por la izquierda). Pero, no sólo contra los árabes: ataques a puestos de policía, cuarteles, patrullas ... buscando armas, dinero o presiín política. Con esto mostraron su nulo respeto por las atribuciones que la comunidad internacional reconocía al Mandato británico.Lo cierto es que la lucha violenta se generalizó, por ambas partes, desde 1946. Este año, el Irgún hizo volar el hotel King David, de Jerusalén, sede del Gobierno del Mandato británico y de su Estado Mayor militar. Murieron 91 personas, con 200 heridos graves. Fue en represalia al asalto británico de la Agencia Judía (a la que se consentía funcionar), en el que se tomaron documentos comprometedores. El Irgún lo dirigía, desde 1943, Menahem Begin; que sería Primer Ministro de Israel en 1977, y luego Nobel de la Paz en 1978, junto con Sadat (a raíz de los acuerdos de Camp David, alcanzados tras reunirse con Sadat (Egipto) y Carter (EE.UU.)Desde el acuerdo de partición de Palestina (29.11.47) a la proclamación del Estado de Israel existía ya una guerra indeclarada. El 09.04.48 se produjo la terrible matanza de Deir Yessin, a cargo del Irgún, aún dirigido por Begin: se quemó la aldea, previamente cercada, matando a los que huían. Hubo 254 muertos -de 300 habitantes- según la Cruz Roja Internacional.Finalmente, el 14.05.1948 se proclamó el Estado de Israel. En la Declaración de Independencia se afirma: “.. Después de ser exilados por la fuerza de su tierra (no se indica fecha o circunstancia concreta) el pueblo (judío) mantuvo la fe en ella durante su dispersión... se esforzaron en generaciones sucesivas por reestablecerse en su antigua patria. En las décadas recientes regresaron en masa…”Pero, ¿hubo realmente un exilio judío forzoso masivo en su día?. Shlomo Sand, profesor de Historia de Europa, en la Universidad de Tel Aviv, publicó “The Invention of the jewish people” en 2009 (salió una edición española en 2011); las citas que siguen traducidas son de dicha edición. El libro recoge ese texto de la Declaración de Independencia y acredita afirmaciones de interés al respecto.Con relación a la revuelta judía contra Roma, que culmina en el año 70 E.C. (= era comuún) con la destrucción del templo de Jerusalén (pág. 130 ss.), enfatiza que los romanos nunca deportaban pueblos enteros. Y que, si bien en países del Mediterráneo occidental, comunidades locales de granjeros fueron desplazadas para asentar a soldados romanos, esa política excepcional no se aplicó en el Oriente próximo.Considera que Flavio Josefo, historiador judío de esa revuelta zelote, iniciada en el 66 EC., tiende a exagerar las cifras, “como todos los historiadores antiguos”, y reduce la cifra de 97.000 cautivos de Josefo a unos 70.000. Esto no significa que Tito expulsase “al pueblo judío”. “En ninguna parte de la abundante documentación romana hay mención alguna a deportación de Judea”. Ni se han encontrado rastros de grandes poblaciones de refugiados cerca de las fronteras de Judea, tras el levantamiento, como se darían de haberse producido una huida masiva. Afirma que, al final de ese primer siglo, la cultura judía en el país entraba en uno de sus más impresionantes y fructíferos períodos.En relación a la revuelta del apodado Bar Kojbá (hijo de la estrella) del 132 EC, cita al historiador romano Cassius Dio; y dice que, si bien éste agranda las cifras de la devastación y la mortandad, no menciona deportaciones. Aplastada la revuelta, los romanos cambiaron el nombre de Jerusalén por el de Aelia Capitolina, y se impidió por cierto tiempo a los circuncisos entrar en ella. El nombre Provincia Judea se cambió por el de Provincia Syria Palestina (después por Palestina).Pero, afirma Sand: “las masas judías no fueron exiladas en el 135 EC”. La cultura en el país alcanzó lo que vino a ser considerado como su edad de oro en el tiempo de Rabí Judá ha-Nassi, y en el 220 EC se completaron y ordenaron las seis partes de la Mishn?*.Se pregunta el autor: “¿Cuál fue, entonces, el origen del gran mito sobre el exilio del pueblo judío que siguió a la destrucción del templo?”. Según Sand, parece que dicho origen está en los escritos de (San) Justino Mártir que, en la segunda mitad del siglo II EC, ligó la expulsión de los circuncisos de Jerusalén, tras la citada revuelta de Bar Kojbá, con un castigo divino colectivo. Sería seguido por otros autores cristianos, que vieron la presencia de judíos fuera de Palestina como castigo por el rechazo y crucifixión de Jesús. El mito del exilio fue lentamente apropiado por la tradición judía.Menciona a la comunidad judía que existía en Babilonia desde el siglo VI antes EC, originada a raíz de la deportación de Judea que realizó Nabucodonosor (que habría afectado a las élites culturales y a sectores de la administración) y dice que aún durante el poderoso reino judío Hasmoneo no buscó, dicha comunidad, “retornar” a Sión (pág. 134).Afirma que, cuando los centros culturales judíos en Babilonia decayeron, los judíos emigraron a Bagdad, no a Jerusalén, pese a que ambas ciudades estaban regidas por el mismo califato. Sigue: “los judíos deportados de España emigraron a ciudades por todo el Mediterráneo, pero sólo unos pocos escogieron ir a Sión”. “En la época moderna, con sus feroces progroms y el surgir de un nacionalismo agresivo en la Europa del Este, masas de gente Yiddsh emigraron hacia el Oeste, principalmente a EE.UU.”. Dice que sólo al cerrarse las fronteras americanas en los años 1920, y de nuevo tras las masacres nazis, números significativos emigraron hacia Palestina.Proclamado, por tanto, el Estado de Israel, a la una de la madrugada del 15 de mayo, abandonó Palestina el alto comisario británico. Antes del amanecer, comenzó la guerra con el ataque de varios países árabes contra Israel. Deben tenerse presente varias cosas al respecto:-Como se ha dicho, se ha violado, por parte sionista, la idea inicial del hogar judío en una Palestina unificada.-Ya hacía mucho que los árabes se habían puesto a la defensiva contra la invasión. Nació el Alto Comité Árabe, -presidido por el Muftí de Jerusalén, jefe espiritual y político de los palestinos- que desarrolla una acción notoria desde 1929 (huelgas, desórdenes, así como acciones violentas).En Febrero de 1946 realizaron una huelga general en Palestina. En mayo, jefes de Estado árabes reafirmaron en Egipto el carácter árabe de Palestina. En junio, la Liga Árabe, reunida en Siria, tomó acuerdos contra los intereses británicos y de EE.UU., en sus respectivos países, si no se atendían sus reivindicaciones sobre Palestina.-Los países árabes votaron en contra de la partición el 29.11.1947, cuya distribución territorial es injusta, como se ha dicho.-La Declaración de Independencia de Israel, se realiza en el día antes de la invasión. En la misma, se confirma que Israel es un “Estado judío” (no binacional) que tiene también “habitantes árabes”.*Ley de RetornoEn 1950 se promulgó la Ley de Retorno que <.. otorga a todo judío, quien quiera que sea, el derecho de venir a Israel en condición de Olé (judío que inmigra a Israel) y adquirir la ciudadanía israelí..> (NOTA del autor: Olé es literalmente “elevado”, el judío sube a Jerusalén y por extensión a todo el país al regresar.). Véase en la Web del Ministerio de Asuntos Exteriores israelí “Ley de Retorno”, apartado “Adquisición de la nacionalidad ..”.Según el mismo: . (Comentario: Por ejemplo, el hijo ateo de un padre judío -ahora ya padre o madre- entra en la LR).¿En que país del mundo occidental se acepta esta concepción de retorno, por motivos étnicos, que sólo favorece a una parte de la población?Son significativas las cifras que esta política produjo hasta 1996. Dentro del Ley de Retorno, en el apartado “Aliá” (relacionada con Olé) tenemos:Inmigrantes porContinente1948-1996Europa 58%África 18%Asia 15%América y Oceanía 8%Desconocido 1%Inmigrantes por año de inmigración1948-19961948-51 688.0001952-59 272.0001960-69 374.0001970-79 346.0001980-89 154.0001990-96 737.000Estamos ante una grave incongruencia: que judíos que para nada son descendientes de los que salieron de allí hace siglos (que en su mayoría no fueron expulsados; véase la gran diáspora que ya había por el Mediterráneo en tiempo de Jesús y antes, con el caso notorio p.e. de Alejandría) puedan ir a vivir a Israel, mientras que se niega el retorno a cientos de miles de palestinos. Un cierto número de los cuales puede ser, según expertos, descendiente de la población judía de comienzos de nuestra era, sólo que cristianizada o islamizada. (véase la citada “The invention of de jewish people”, de Shlomo Sand).No se tiene esto presente cuando se dice que Israel es prácticamente la única democracia de la región. ¿qué diríamos de un país occidental en que los detentadores del poder expulsasen a buena parte de la oposición, y trajesen a vivir, en cambio, a extranjeros de sus mismas ideas?Prueba también del “democrático” actuar de importantes sectores israelíes lo da el vergonzoso rechazo del Tribunal Supremo de Israel a declarar inconstitucional la llamada ley de Ciudadanía, aprobada en 2003 y que había sido recurrida ante los tribunal
Fuentes : Irna | ABNA
martes
11 junio 2013
19:30:00
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(ABNA) — Así puede verse en el discurso pronunciado a comienzos de 2010 por Geert Wilders, Presidente del Partido de la Libertad de Holanda, en Nueva York, presentando una “Alianza de Patriotas” y anunciando una Conferencia en Jerusalén para hacer frente a la Jihad: “Israel es nuestra primera línea de defensa.....la guerra en contra de Israel no es en realidad una guerra contra Israel, sino una guerra en contra de occidente..”.