Agencia de Noticias Ahlul Bait (ABNA) – La Provincia Oriental es el hogar de la mayoría de los musulmanes chiítas de Arabia Saudí. Ellos representan menos del 15% de la población, y muchos dicen que son objeto de discriminación sectaria. Las protestas en Arabia Saudí comenzaron a principios de 2011, cuando los manifestantes exigían la liberación de nueve ciudadanos detenidos durante años sin juicio.
Ellos estaban envalentonados por los levantamientos árabes que barrían la región. Pero en esta monarquía absoluta, la disidencia es raramente tolerada.
En los últimos tres años de protestas 20 jóvenes han sido asesinados, y cientos más han resultado heridos o encarcelados.
Los manifestantes han documentado meticulosamente sus acciones en un esfuerzo para transmitir su mensaje.
En reuniones secretas, se hizo evidente que no había demandas unificadas, pero si todos querían ver reformas radicales.
Aunque Qatif es rica en petróleo, los activistas chiítas dicen que sus residentes han sido marginados económica y políticamente durante mucho tiempo.
Una mañana de febrero del año pasado, la periodista de la BBC Safa al-Ahmad recibió un mensaje de que las fuerzas de seguridad habían allanado las casas de dos activistas, Fadhil Al-Safwani y Morsi al-Ribh, en la ciudad de Awamiyah, pero ellos no habían logrado escapar.
"Ellos nos trataron a nosotros como terroristas. Está muy claro que ellos querían matarnos", dijo el activista saudí Al-Safwani.
"Tu estás parada ahora en los mayores yacimientos petroleros que alimentan a todo el mundo. Pero nosotros no vemos nada de eso. Pobreza, hambre, sin honor, sin libertad política, no tenemos nada. ¿Qué queda? Y después de todo esto, ellos nos atacan y tratan de matarnos".
Los manifestantes han siempre negado las acusaciones del régimen que ellos estaban utilizando armas en sus protestas.
El Ministerio del Interior saudí publicó una declaración el 5 de marzo de 2011, en la que prohíbe "toda forma de manifestaciones, marchas o protestas, y solicita que, debido a que contradice los principios de la sharia islámica, los valores y tradiciones de la sociedad saudí, y los resultados son la perturbación del orden público y perjudican a los intereses públicos y privados".
De acuerdo con Human Rights Watch, el régimen saudí "reprime rutinariamente las expresiones críticas con el régimen monárquico absoluto de la dinastía wahabí de al-Saud".
Asimismo activistas saudíes dicen que hay más de 30.000 presos políticos, en su mayoría prisioneros de conciencia, en las cárceles de todo el reino wahhabi.
Según los activistas, la mayoría de los pensadores políticos detenidos han sido arrestados por el gobierno sin juicio o cargos legítimos y que fueron detenidos por el sólo hecho de despertar sospechas.
Se informó que algunos de los detenidos han permanecido arrestados sin cargos ni juicios y condenados a penas de 16 años por tratar de incitar al público contra el gobierno y lealtad a entidades extranjeras, que son comunmente cargos fabricados contra los disidentes políticos.
Human Rights Watch dice que más de 160 disidentes han sido detenidos desde febrero como parte de la ofensiva del régimen wahhabí de Arabia Saudí sobre los manifestantes contra el gobierno.
De acuerdo con la Sociedad Human Rights First (HRF) basado en Arabia Saudí, los detenidos fueron sometidos a torturas físicas y mentales.
Por Jalil Sahurie para ABNA
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