Agencia de Noticias de Ahlul Bait (ABNA) —El hecho de que también Rusia se vea bajo sanciones conduce a un acercamiento de posiciones respecto al programa nuclear iraní, la guerra de Afganistán o el problema de Oriente Medio.
Pero en el mundo suscita incluso mayor atención el desarrollo de la cooperación comercial y económica de los dos países.
Los expertos sostienen que Rusia comprará petróleo a cambio de sus mercancías y servicios.
Se supone que Rusia revenderá el petróleo iraní a otros países. Estados Unidos y la Unión Europea, que impusieron sanciones contra Irán, no le compran crudo.
Al mismo tiempo, el acuerdo ruso-iraní supone que a raíz de esta operación Rusia no se verá castigada por las sanciones occidentales, por cuanto no suministrará a Irán las mercancías prohibidas, pero sí metales, equipamiento para estaciones eléctricas, camiones, artículos agropecuarios, etcétera.
La revistas norteamericana Time indica que tal vez los acuerdos con Rusia le permitan a Irán suavizar parcialmente las consecuencias de las duras sanciones occidentales y los esfuerzos orientados a impedir el programa nuclear iraní no conducirán a nada.
Las negociaciones para impedir que el programa nuclear iraní pueda rendir resultados militares se llevan a cabo desde hace ya ocho años.
Rusia siempre se caracterizó por una posición más suave que la de los socios occidentales respecto a Irán.
Moscú, al igual que Pekín, aboga por que Irán pueda desarrollar la parte de su programa nuclear que apunta al desarrollo de la energética.
La reciente reunión de los cancilleres de Rusia e Irán dejó patente la proximidad de posiciones respecto a los sucesos en Siria e Iraq.
Rusia destacó que Irán hace su aporte a la lucha contra el extremismo y debe participar en el arreglo de la situación en ambos países.
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