Agencia de Noticias de Ahlul Bait (ABNA) —Hadi al-Musavi, responsable de la oficina de las libertades y los derechos humanos en Al-Wifaq hizo estas declaraciones el jueves, al margen de la 27ª sesión del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, del 8 al 26 de septiembre, en Ginebra (Suiza).
Igualmente, transmitió su esperanza para que Al-Husein pudiera continuar el gran trabajo que hizo Navi Pillay cuando ostentaba este cargo.
Al-Husein, quien sustituyó el pasado 1 de septiembre a la sudafricana Pillay, es la séptima persona en ocupar este puesto y el primer asiático, musulmán y árabe.
A su vez, Yusef Rabea, del Centro para los Derechos Humanos de Baréin (BCHR, por sus siglas en inglés) criticó en esta cita los esfuerzos del régimen de Al Jalifa para encubrir la represión que practica en contra de la oposición.
Según el opositor bareiní, el régimen de Manama evita la supervisión internacional, posponiendo la visita de Juan Méndez, relator especial sobre la tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes a este país árabe, en un intento por evitar la divulgación de las violaciones que comete contra su propia gente.
A este evento acudieron además varias Organizaciones No Gubernamentales (ONG), así como representantes de misiones internacionales como la de Dinamarca e Irlanda.
Desde febrero de 2011, Baréin es escenario de manifestaciones casi diarias, que son reprimidas por las fuerzas de seguridad secundadas por las milicias de Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos (EAU), con el apoyo logístico de países occidentales, principalmente de Estados Unidos.
La libertad de los presos políticos, la retirada de las fuerzas saudíes del país y el fin de la monarquía, en el poder desde hace más de 40 años, figuran entre las principales demandas de los manifestantes.
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