Agencia de Noticias de Ahlul Bait (ABNA) — Hay que procurar con la llegada del mes de Muharram algo de lo cual se ha hablado muy poco y sobre lo cual voy a extenderme. Es la cuestión de las conmemoraciones de duelo por el Imam Husain (P) en sí mismas, y de la virtud de rememorar los acontecimientos de ‘Ashura.
En realidad, una de las cosas que particularizan a la Shi‘ah del resto de sus hermanos musulmanes es la rememoración de ‘Ashura.
Desde que la evocación de la tragedia del Imam Husain (P) se volvió una costumbre, la espiritualidad hizo explosión en los corazones y las mentes de los seguidores de Ahlul Bait (P), cosa que sigue ocurriendo hasta hoy en día, y que seguirá mientras se recuerde ‘Ashura.
Entonces, la rememoración de ‘Ashura no consiste en la mera evocación de recuerdos, sucesos y relatos solamente, sino que su objetivo principal es la explicación y aclaración de ese suceso de tanta y extrema importancia, el cual tiene innumerables dimensiones y aspectos que han dejado huellas profundas en la vida de la comunidad Islámica a lo largo de la historia.
Entonces, la evocación de este desgraciado suceso es una acción llena de bendiciones y majestuosidad. Es por eso que el hecho de derramar lágrimas por la tragedia de Husain (P), era algo que ocupaba un lugar especial en época de nuestros Imames (P).
Que nadie piense que existiendo la lógica y la argumentación científica el llanto es algo innecesario e inútil, y que no hay necesidad de seguir una vieja costumbre de este tipo.
Pensar así sería equivocado, ya que cada una de estas cosas tiene su lugar y una participación en la construcción de la personalidad del ser humano y en su perfección: por un lado los sentimientos tienen su función y por otro la lógica y la argumentación científica desempeñan su importante papel. Existen muchas cuestiones y problemas que sólo tienen solución mediante los sentimientos y el afecto y sobre los que la lógica y el razonamiento son impotentes.
Es por eso que cuando nos referimos a la historia de los Profetas (P), vemos que al principio de su profecía se reunía a su alrededor gente cuya fe no estaba motivada principalmente por la lógica y la argumentación, ni era esa la causa por la que se congregaban a su entorno.
No encontramos en la historia de nuestro Profeta (BPD) -y es una historia detalladamente registrada y clara- que él se haya encontrado al principio de su profecía con algún grupo de incrédulos para argumentar con pruebas lógicas sobre la existencia de Allah, Su Unicidad, o la falsedad de los ídolos, por ejemplo. La argumentación del Profeta (BPD) en base a la lógica, comenzó a tener lugar después de haberse desarrollado y expandido la prédica. En cambio, en la primera etapa, la prédica se basaba en principios orientados a captar la genuina sensibilidad de las personas y ganar sus sentimientos.
Entonces no discutía con la gente mediante argumentos filosóficos sobre la existencia de Allah y Su Unicidad, sino que se limitaba a decir: “Decid «No hay divinidad sino Allah y triunfaréis»”, y aún así no explicaba las razones lógicas y filosóficas del por qué de la creencia en que «No hay divinidad sino Allah» trae aparejado el triunfo, porque tal adoración se dirige a la sensibilidad del ser humano y a sus puros y más profundos sentimientos.
Naturalmente, todo sentimiento sano y puro contiene un argumento filosófico y lógico, pero la cuestión es que cada profeta, cuando quería comenzar su prédica, no exponía tales razonamientos para la guía de la gente, sino que primeramente incentivaba sus sanos y puros sentimientos, los cuales contienen una lógica en sí mismos.
Estos sentimientos dirigen las miradas del ser humano hacia la tiranía, la persecución y la discriminación de las clases sociales, y hacia la opresión e intimidación que cometen aquellos enemigos de Allah de entre los humanos, aquellos demonios de entre la gente, contra los miembros de la sociedad. La argumentación lógica y razonable tenía lugar cuando la prédica se afianzaba y alcanzaba su curso natural.
Una persona que tiene un mayor poder de razonamiento no necesariamente tiene un estado espiritual más elevado que otra. Muchas veces los sentimientos de una persona de coeficiente intelectual medio o humilde, pueden ser más puros y sanos, y su relación con el Profeta (BPD) y lo metafísico ser más fuerte, y su amor más sincero y profundo. A tal persona le corresponde alcanzar una posición espiritual más elevada ante Allah, Glorificado Sea.
Tanto los sentimientos como el razonamiento tienen una función y un lugar, donde los primeros no pueden ocupar el del segundo, y viceversa.
Ciertamente que el suceso de ‘Ashura es por su esencia y naturaleza un mar tumultuoso de sentimientos sinceros, al ser este desgraciado suceso resultado de la revolución de una persona sublime e inmaculada. Una persona de quien no existe duda en absoluto de su excelsa personalidad, y sobre quien cualquier persona justa sobre la tierra puede reconocer lo altruista y correcto de su objetivo, que fue salvar a la Ummah de la opresión, la iniquidad y la agresión. El Imam (P) expuso claramente este objetivo al decir:
“¡Oh gente! Por cierto que el Mensajero de Allah (BPD) dijo: ‘Quien de vosotros vea a un gobernante tirano que declare lícitas las prohibiciones de Allah, quebrante el pacto de Allah, y trate a los siervos de Allah en forma transgresora e inicua, y no se le enfrenta con la palabra ni la acción, entonces será un derecho de Allah que le haga a aquel apropiarse de su lugar’”.
Es así que el objetivo de la revolución fue enfrentarse a la opresión y la tiranía.
El Imam Husain (P) soportó las más duras pruebas y dificultades del Yihad o lucha por la causa de Allah y la contienda contra los enemigos de Allah, en pro de este sagrado objetivo, ya que la lucha más dura y penosa es aquella que se da en la lejanía y el desamparo, y que está colmada de aflicciones y desgracias; y ésto es cuando una persona se detiene en el campo de batalla y observa que la totalidad de los miembros de la sociedad están en su contra, o no les importa auxiliarlo, o bien quieren alejarse de él, e incluso aquellos que lo apoyan en su interior no se atreven a manifestarlo.
En la tragedia de Karbalá, incluso personas como ‘Abdullah Ibn ‘Abbas o ‘Abdullah Ibn Ya’far -que formaban parte de Bani Hashim o clan del Profeta- no se atrevieron a evidenciar su apoyo al Imam Husain (P) en la Meca o en Medina.
Entonces, el Yihad en el camino de Allah de quienes están en situación de desamparo, es el más penoso y difícil, y así fue ya que todos se le opusieron e incluso sus amigos se le apartaron.
Incluso cuando el Imam Husain (P) invocó a uno de ellos para que le brindara auxilio, éste se lo negó ofreciéndole su caballo a cambio. ¿Acaso puede haber desamparo mayor que éste? ¿acaso puede haber lucha en el desamparo más penosa?
Al lanzarse en esta lucha, el Imam Husain (P) ve con sus propios ojos la muerte de sus hijos, hermanos, primos y de la totalidad de los hashemitas que lo acompañaban. Incluso presencia el asesinato de su hijo lactante de tan sólo seis meses.
Además de todo eso, sabía que después de ser martirizado, como lobos sedientos arremeterían contra su pura e inocente familia, para amedrentarlos e intimidarlos, y apoderarse de sus bienes y consecuentemente hacerlos prisioneros y humillarlos; y lo hicieron a tal punto de llegar a golpear a la hija de Amir Al Mu’minin (P), Zainab Al-Kubra (P), quien fue una las personalidades más salientes del Islam.
El Imam avanzó hacia su inflexible lucha a pesar de saber muy bien lo que acontecería. ¿Pueden ustedes imaginarse lo difícil y penoso que fue ese Yihad para el Imam(P)?
No es posible que a un ser humano no se le estremezcan los sentimientos por la tragedia del martirio de una gran persona pura e inmaculada como esa.
¿Qué persona libre que haya conocido los pormenores de esta tragedia y entendido sus objetivos, no puede sentir un vínculo afectivo con ella?
Esta fuente espiritual y afectiva, comenzó a fluir desde esa tarde en que Zainab (P) subió hacia lo que ahora se llama “la colina zainabí” y dirigiéndose a su abuelo el Mensajero de Allah exclamó:
“¡Oh Mensajero de Allah!. Que los ángeles de los cielos te bendigan. ¡He ahí que tu Husain que fue cubierto de sangre, sus miembros cortados, despojado de su turbante y vestimenta...”. De esa manera comenzó a relatar la tragedia del Imam Husain (P) en voz alta. Aún cuando quisieron callarla por lo estremecedor de sus palabras y lamentos, lo hizo tanto en Karbalá, como en Kufa, Damasco y Medina consecutivamente. Desde entonces las evocaciones de la tragedia surgieron como vertientes y así continua hasta nuestros días. Esta es la realidad de ‘Ashura.
La indiscutible realidad es que Allah, Glorificado y Exaltado Sea, preguntará al ser humano en el Día de la Resurrección acerca de las gracias que le confirió, y ciertamente que una de las gracias divinas más sublimes es la de evocar y rememorar la tragedia de ‘Ashura del Imam Husain (P).
Lamentablemente, nuestros hermanos musulmanes que no son shi’as se privan a sí mismos de esa gracia majestuosa y cuyos frutos podrían aprovechar si quisieran, como es el caso en muchos lugares.
La pregunta que aquí se plantea por sí misma es la siguiente: “¿Qué es lo productivo que se puede obtener de esas evocaciones y reuniones? ¿cuál es la manera de agradecer esa gracia?”
La respuesta a estas y otras preguntas similares corresponde que ustedes se la contesten a sí mismos.
Esta gran gracia es la que vincula directamente al corazón con las vertientes de la fe en Allah y lo metafísico, y es lo que hizo que los tiranos a lo largo de la historia temblaran de temor por ‘Ashura y por la tumba del Imam Husain (P). Este temor comenzó en la época de los Omeyas y ha llegado a nuestros días.
Ustedes mismos fueron testigos de un claro ejemplo de ese temor en momentos de nuestra bendita revolución, cuando llegaba el mes de Muharram; el régimen imperial ateo y corrupto no podía hacer nada por enfrentar ni dominar eficazmente a ninguna oposición.
Informes oficiales que permanecen de aquel período y que fueron emitidos por el régimen anterior, indican claramente que, con la llegada del mes de Muharram, su gobierno se perturbaba y desconcertaba, y su accionar se entorpecía y escapaba de las manos a lo largo y ancho del país.
Nuestro desaparecido Imam Jomeini, ese hombre sabio, prudente y de una profunda observación, supo como aprovechar los días de ‘Ashura precisamente para concretar uno de los sublimes objetivos del Imam Husain (P).
El mes de Muharram es el mes del triunfo de la sangre sobre la espada. Partiendo de esta premisa es que nuestro desaparecido Imam logró con sus delineamientos que, por la gracia y bendiciones de Muharram, la sangre triunfara sobre la espada en el Irán de Islam.
Entonces, necesariamente, tanto los sabios como la gente en general deben juntos sacar frutos de esta gracia divina en forma completa y constructiva. La gente en general puede hacerlo realizando y participando activa y seriamente en reuniones de duelo, y extender este último a todos los aspectos posibles.
Entonces, los integrantes de la comunidad islámica deben conocer el real valor y gran importancia de esas reuniones, así como de la participación concienzuda en ellas, disponiéndolas como un medio para profundizar el vínculo afectivo y personal con el Imam Husain (P), la familia del Profeta (BPD) y el espíritu del Islam y del Corán.
Esto es lo que respecta a la gente sobre la manera de aprovechar estas reuniones. En cuanto a lo relacionado con los sabios religiosos, el asunto es más complejo, ya que las reuniones de duelo se realizan sobre la base de la congregación de un determinado número de personas y la participación de algún disertante que asuma la conducción de las mismas para que la gente saque provecho de ella. Pero, ¿cómo deben ser realizadas estas reuniones de duelo? Esta es una pregunta dirigida hacia todos aquellos que sienten responsabilidad hacia esta cuestión.
En mi opinión, hay tres cosas que deben caracterizar a estas reuniones:
Primero: afianzar el amor y cariño hacia Ahlul Bait (P) en los corazones, ya que el vínculo afectivo es un vínculo firme y muy valioso. Es deber de ustedes que se incremente en los corazones de los participantes el amor hacia Husain Ibn ‘Ali (P) y hacia la gente de la familia del Profeta (BPD), y se consolide cada vez más su vínculo con las fuentes del conocimiento divino. Pero si encuentran una actitud en estas reuniones que -Allah no lo permita- no lleve a intensificar el amor a Ahlul Bait (P) en los corazones de los oyentes que estén presentes o fuera del recinto, sino que sólo -Allah no lo permita- cause su alejamiento o rechazo a dichas reuniones, entonces en verdad que éstas estarán perdiendo su mayor provecho y objetivo, y se tornarían en algunos casos perjudiciales.
Observen pues como actúan ustedes que concertan estas reuniones, y ustedes que disertan en ellas, para fortalecer día tras día la relación afectiva de la gente con Husain Ibn ‘Ali (P) y la Gente de la Casa del Profeta (BPD) como resultado de la participación en dichas reuniones.
Segundo: las reuniones de ‘Ashura deben tener la característica de que los fundamentos del levantamiento sean expuestos y explicados claramente a la gente, y que reunirse en duelo por Husain Ibn ‘Ali (P) no debe ser meramente subirse al púlpito para dar una disertación sin objetivos, ya que a estas reuniones concurren personas que se distinguen por pensar, razonar y reflexionar en los asuntos, ¡y qué cantidad que son en nuestra sociedad, por gracia de nuestra revolución islámica, tanto personas mayores como jóvenes, y tanto hombres como mujeres!; y es gente que se pregunta a sí misma: ¿para qué vinimos a esta reunión y lloramos por el Imam Husain (P)? ¿cuál es el fondo del asunto? ¿por qué el Imam Husain (P) fue a Karbalá y dio pie a que eso sucediera?
Estas preguntas deben ser respondidas en las reuniones de ‘Ashura de modo tal que el conocimiento del oyente se incremente respecto a ‘Ashura y su fundamento.
Si en los púlpitos, las disertaciones y explicaciones, ustedes no se refieren a estos aspectos y significados, ni siquiera mediante alguna reseña o pequeña indicación, entonces las reuniones pierden uno de los tres pilares a los que hice referencia. En tal caso, es posible que no sólo no se logre el provecho que se quería procurar de la reunión, sino que incluso -Allah no lo permita- podría ser perjudicial.
Tercero: Algo sobre lo cual deben basarse las reuniones de ‘Ashura es el incremento del conocimiento y fe religiosa. Por eso es necesario que se hable en las reuniones de alguna materia religiosa, de forma que se refuerce la fe del oyente y su conocimiento de Allah, Exaltado Sea. Así también es indispensable la exhortación religiosa y que se trate algún noble hadiz que sea de una cadena de transmisión confiable, una narración histórica de lo cual se pueda extraer alguna enseñanza, se discuta el tafsir o exégesis de alguna aleya del Generoso Corán, o bien se transmita algún tema sobre el que se haya explayado alguno de entre los grandes sabios y pensadores islámicos.
El asunto no debe ser tal que el disertante se suba al púlpito por el sólo hecho de hablar sin reflexión ni propósito, o para mencionar algunos hadices clasificados como débiles, cosa que aparte de no llevar a que se incremente la fe del creyente, solamente la debilite. Si sucede de esta última forma, nunca se llegará a los objetivos procurados de estas reuniones.
A veces sucede que hay un tema o asunto que alguien escuchó de otra persona y lo transmite sin tener en cuenta su corrección o confiabilidad de la transmisión, o bien es algo que se sacó de un poema donde fue expuesto como metáfora y alguien se apresuró a difundirlo por figurar en un libro que llegó a las manos de casualidad. Nosotros no debemos propalar temas que no están demostrados ni son confiables para el oyente, especialmente si éste se caracteriza por ser perspicaz, inteligente y analiza detalles de los asuntos. No es necesario decir todo lo que uno haya aprendido o leído sin pensar ni reflexionar, ya que hay muchas cosas que están escritas en los libros que algunas veces son correctas y otras no.
En nuestra sociedad de hoy en día, los aspectos de mayor importancia de los temas culturales, se relaciona en su mayor parte a los jóvenes, y no sólo me refiero a los estudiantes universitarios, sino a todos los jóvenes en general, aunque también abarca a los que no se cuentan entre éstos, como muchos hombres, mujeres, adolescentes, y todos aquellos quienes su mente es abierta y observan con una mirada reflexiva e investigadora, que rechazan las ambigüedades y que quieren comprender los asuntos con discernimiento.
Las cuestiones culturales en nuestros tiempos presentan muchas ambigüedades provocadas por los enemigos del Islam, quienes las propagan, aunque no sólo éstos lo hacen sino también aquellos que no aceptan nuestras ideas. Es obvio que no es posible acallar a quien no concuerda con nosotros, pero el tema es que entre éstos hay quienes fraguan ambigüedades, las difunden y provocan dudas.
Ustedes afirman la necesidad de enfrentar las ambigüedades y evitar su difusión, mientras otros suben al púlpito sin percatarse de esa grave responsabilidad y pronuncian palabras que no sólo no solucionan cuestión alguna en la mente del oyente, sino que aumentan sus problemas complicándolos más todavía. Si uno de nosotros sube al púlpito y pronuncia palabras que provocan dudas acerca de la religión en la mente de diez, cinco, o hasta de un sólo joven presente que después sale de la reunión y no lo conocemos, ¿como podríamos remediar ese daño y eliminar las dudas? ¿acaso sería posible remediar eso? ¿acaso Allah nos lo perdonaría?
Entonces, las tres cosas que deben caracterizar las reuniones de ‘Ashura son: 1- intensificar el amor a Husain Ibn ‘Ali (P) y a la Gente de la Casa del Profeta (BPD) y fortalecer la relación y el vínculo afectivo con ellos, 2- dar al oyente una clara imagen del suceso de ‘Ashura, y 3- incrementar en el oyente el conocimiento religioso y las raíces de la fe en Allah, Glorificado y Exaltado Sea. Eso será suficiente si es que se concreta a un nivel lo más cercano a ésto.
Hay cosas que acercan a la gente hacia Allah y fortalecen su aferramiento a las enseñanzas religiosas; entre ellas están las reuniones de ‘Ashura y lo que nuestro desaparecido Imam nos aconsejaba a este respecto, como sentir lamento y llegar a llorar sinceramente por la tragedia del Imam Husain (P), ya que es eso lo que hace que se fortalezca y conmuevan los sentimientos por Ahlul Bait (P).
En oposición a estas cosas hay otras que alejan a algunos de la religión. Cosas que -lamentablemente- se han observado a través de los últimos tres o cuatro años y que son fomentadas por ciertos sectores. Estos fomentan actos como esos en nuestra sociedad que hace que en las mentes de quienes presencian tales cosas se plantee un signo de interrogación. Por ejemplo, en épocas pasadas durante un período de tiempo era costumbre atarse el cuerpo con candados para las ceremonias de ‘Ashura, acción de la cual los grandes sabios se desentendieron y rechazaron, por lo que esta costumbre después cayó en el olvido. Sólo que eso ha reaparecido en los últimos tiempos, e incluso he escuchado que eso fue realizado durante algún desfile de ‘Ashura. Eso es un grave disparate que realizan algunos, y lo mismo va en relación a quienes se lastiman la cabeza con espadas u objetos cortantes y que se da en llamar Tatbir. Eso se considera un acto ilícito para la Shari’ah o ley islámica.
Sé que algunos dirán que no es adecuado que fulano hable sobre el Tatbir y que se entrometa en eso, sino que debería dejarles lastimarse las cabezas si así lo quieren. ¡No!. El asunto no es de esa manera. Si esa acción de lastimarse las cabezas con espadas hubiera surgido cuando el Imam Jomeini estaba vivo, como sucedió en estos últimos años después de finalizar la guerra, se hubiera enfrentado a eso, ya que es una grave falta. Además, ¿qué logran con derramar su sangre de esa manera? ¿cómo se podría considerar eso como ceremonia de duelo? Una cosa es la señal de golpearse el pecho con las manos, pero que algunos se lastimen a sí mismos, se provoquen cortes en la cabeza con metales cortantes y derramen su sangre, ni aunque hubiera acontecido la peor de las desgracias es permitido, sino que eso es innovación en la religión (bid’ah), e indudablemente a Allah eso no le complace.
Los antiguos sabios que no se enfrentaron a este tipo de acciones, tenían sus manos atadas al respecto, pero hoy, que estamos en la época del gobierno islámico donde el verdadero Islam se ha propagado, es necesario que no realicemos acciones que deformen a la sociedad islámica que se particulariza por el amor a Ahlul Bait (P), sino que se enorgullezca de procurar bendiciones mediante el sagrado nombre del ‘Señor de la Época’ (el Imam Al-Mahdi) -que nuestras almas se sacrifiquen por él-, por el nombre del Imam Husain (P) y por el de Amir Al-Mu’minin (P).
No debemos realizar acciones por las que los miembros de esta sociedad se supongan sumergidos en la superchería en vez de ser lógicos y razonables ante el resto de los musulmanes y no musulmanes del mundo. En realidad, mientras más lo pensaba más encontraba que debía advertir a los miembros de nuestra querida comunidad sobre este tipo de manifestaciones que en realidad son innovaciones en materia de religión y contrarias a las enseñanzas religiosas, de una forma que las rechace.
Yo estoy en desacuerdo con quienes se lastiman la cabeza. Aún cuando el número de personas que hacen eso se elevara a miles que portando espadas se estuvieran hiriendo la cabeza, la acción sin lugar a dudas, sería ilícita, y el Imam Husain (P) no estaría conforme con eso. No entiendo de dónde surgió eso y cómo llegó a nuestra sociedad islámica.
Hay innovaciones extrañas que fueron generadas recientemente como aspectos en la forma de realizar las ziarat o visitas a las tumbas de los Imames. Ustedes saben que todos los Imames (P) visitaban el sepulcro del Santo Profeta(BPD) y los de los Imames anteriores, en Medina Irak e Irán, pero ¿acaso escucharon que alguno de los Imames o de los grandes sabios se haya arrastrado sobre su pecho desde la puerta del santuario hasta el sepulcro en momentos de la visita? Si hubiera sido preferible dicha acción o bien considerada, nuestros grandes sabios la habrían realizado, pero ellos nunca hicieron algo como eso. Incluso se cuenta que el fallecido Aiatollah Buruyerdi, ese erudito sabio muytahid y combativo, prohibió besar el umbral de la puerta de esos lugares. Tal vez el Aiatollah Buruyerdi prohibió eso para que no se piense que es un tipo de prosternación mediante lo cual los enemigos pretendieran justificar sus calumnias contra la Shi’ah.
No es correcto que un número de personas entre súbitamente al puro santuario del Imam ‘Ali Ibn Musa Ar-Rida (P) arrastrándose sobre el pecho desde una distancia de doscientos metros hacia la tumba. ¡Por supuesto que no lo es! Es un error y una burla para la religión y el respeto por la visita. ¿Quién fomenta este tipo de cosas entre la gente? ¡Que se abstengan de realizar eso, ya que proviene de los enemigos!
Es deber de ustedes aclarar estas realidades a la gente de manera que se despabile su mente. El Islam es una religión basada en la lógica, y la concepción shi’ita del Islam es la más lógica. Nadie puede acusar a la Shi’ah de falta de razonamiento, ya que los grandes teólogos de la Shi’ah fueron cada uno como soles deslumbrantes en sus respectivas épocas, ya sea que hayan sido contemporáneos de los Imames como At-Taqq y Hisham Ibn Al-Hakam, o quienes vinieron después como los sabios de la familia Nubajt, el Shaij Mufid y otros, o bien de entre los más recientes de entre los sabios Shi’as como el gran sabio Al-Hilli y otros.
Los Shi’as son la gente del razonamiento y la argumentación lógica. Los libros particulares de la Shi’ah están repletos de fuertes argumentos lógicos, como los libros del fallecido Saiid Sharafud Din y el libro Al-Gadir del fallecido gran sabio Al-Amini de entre los contemporáneos.
Eso es el Shi’ismo y no aquellas acciones que no tienen fundamento alguno. ¿Por qué se fomentan esas acciones? Ese tipo de manifestaciones constituye uno de las más graves faltas y corresponde a los sabios religiosos que hagan que se terminen.
He mencionado que habrá quien diga, partiendo desde un aspecto sentimental, que lo mejor hubiera sido que fulano no se ocupe del tema en el presente, pero el asunto no es así. Era mi obligación tratar esta cuestión ya que me encuentro en una posición donde mi responsabilidad es mayor que la de otros, y asimismo los demás deben advertir acerca de realizar esas acciones.
Nuestro desaparecido Imam Jomeini se enfrentaba con toda su fuerza a cualquier brecha por la que percibiera algún aroma a desvío, y si esas acciones se hubieran difundido de esta forma en su época, indudablemente las hubiera confrontado.
Este asunto es una responsabilidad muy grande que portan los sabios y disertantes en general donde sea que estén. Las reuniones de duelo por el Imam Husain Ibn ‘Ali (P) deben ser de esas reuniones que son origen del conocimiento y que deben estar caracterizadas por poseer los tres puntos a los que hice referencia anteriormente.
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