De acuerdo a la Agencia de Noticias de Ahlul Bait (ABNA), “Es un derecho de la nación bahreiní participar en las protestas pacíficas para exigir la liberación de todas las figuras reformistas del país que se encuentran detenidas en cárceles del régimen de Al Jalifa”, reza un comunicado emitido este martes por el Sheij Qasem.
La nota agrega que la nación bahreiní “reclama también la liberación de todos los presos políticos, la consecución de la democracia y la justicia”, entre otras demandas.
La alta figura religiosa chií ha dejado en claro que el movimiento reformista continuará las protestas hasta conseguir todos los derechos de la nación.
El clérigo shi’ah Sheij Ali Salman es acusado por el régimen bahreiní de promover el cambio político por medios ilegales, incitar de manera explícita al odio contra sectores específicos de la sociedad y al incumplimiento de la ley, y de insultar al Ministerio del Interior.
El pasado 28 de diciembre, Al-Wefaq comunicó que Salman, de 49 años, había sido arrestado después de 10 horas de interrogatorios por la Policía de Bahréin.
El lunes, la Fiscalía General de Bahréin anunció su decisión de ampliar 15 días más el periodo de detención del líder opositor.
Esta medida del régimen de Al Jalifa ha provocado una gran ola de condenas tanto a nivel nacional como regional e internacional. Las Naciones Unidas, la Unión Europea (UE) y numerosos organismos y países del mundo han demandado la inmediata puesta en libertad de esta gran figura política y religiosa de Bahréin.
Desde principios de 2011, los bahreiníes protagonizan manifestaciones contra la monarquía Al Jalifa, en su mayoría convocadas por Al-Wefaq, para reclamar el fin del “monopolio del poder”, así como la instauración de un sistema constitucional y un poder judicial independiente. Sin embargo, casi todas las protestas son reprimidas por las fuerzas bahreiníes.
Otras fuentes locales han hablado también de una represión violenta contra los manifestantes en Wedian, en la isla de Sitra, por parte de las fuerzas de seguridad.
Todos los derechos pertenecen a la Asamblea Mundial de Ahlul Bait (P).