De acuerdo a la Agencia de Noticias de Ahlul Bait (ABNA), AI hizo esta solicitud al considerar que el líder opositor es un prisionero de conciencia, ha informado este domingo la página Web libanesa El-Nashra.
Según la entidad pro derechos humanos, las autoridades bahreiníes deben cesar la represión contra los disidentes y respetar el derecho a la libertad de expresión, en lugar de perseguir a los activistas que se atreven a opinar libremente.
Por su parte, el pueblo bahreiní sigue reclamando en sus movilizaciones la liberación del máximo responsable de Al-Wefaq y otros presos políticos que se encuentran en las cárceles del régimen Al Jalifa.
La dinastía gobernante bahreiní acusa a Salman de promover un cambio político por medio de la fuerza, incitar de manera explícita al odio contra sectores específicos de la sociedad y al incumplimiento de la ley, así como de insultar al Ministerio del Interior.
Por otra parte, Amnistía Internacional denunció el orden de arresto del presidente del Centro de Derechos Humanos de Bahréin, Nabil Rayab, calificándolo de otro golpe a la libertad de expresión.
El destacado activista fue condenado el pasado martes a seis meses de cárcel por “insultar” al régimen de Al Jalifa en sus mensajes en la red social de Twitter.
Desde febrero de 2011, los bahreiníes protagonizan manifestaciones casi diarias contra la monarquía Al Jalifa, en su mayoría convocadas por el opositor partido Al-Wefaq, para reclamar, entre otros, el fin del “monopolio de poder” y la instauración de un sistema constitucional y un poder judicial independientes.
Todos los derechos pertenecen a la Asamblea Mundial de Ahlul Bait (P).