De acuerdo a la Agencia de Noticias de Ahlul Bait (ABNA), “Tradicionalmente, los defensores de (el régimen de) Israel han sido realmente imparciales a la hora de apoyar a los candidatos de ambos partidos (…) pero ahora los demócratas están abofeteando a los amigos israelíes”, ha explicado Wilson a la agencia estadounidense de noticias ‘Associated Press’.
De acuerdo con Wilson, miembro del Comité de Servicios Armados del Senado, la oposición de la Casa Blanca y los demócratas al discurso del primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, en el Congreso de Estados Unidos es un “error catastrófico”.
Estas declaraciones de Wilson tienen lugar horas después de que el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunciara que no asistirá al discurso de Netanyahu ante una sesión plenaria del Congreso el 3 de marzo.
Este anuncio del también presidente del Senado del país norteamericano se suma a los anuncios de varios otros representantes demócratas del Congreso, como John Lewis, G.K. Butterfield y Earl Blumenauer, sobre su ausencia en esa sesión.
Asimismo, el presidente estadounidense, Barack Obama, ha hecho público que no se reunirá con Netanyahu por la proximidad de los comicios israelíes.
La decisión de Netanyahu de intervenir en el Congreso estadounidense, que según la oposición israelí empeorará las relaciones entre Washington y el régimen de Tel Aviv, se produjo el 21 del pasado enero, un día después de que Obama reiterara su decisión de vetar nuevas sanciones contra Irán.
En un claro desafío a Obama, y sin consultar con él, el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, propuso a Netanyahu intervenir en una sesión plenaria del Congreso.
Desde hace tiempo, Obama y Netanyahu mantienen una tensa relación, fundamentalmente por la situación de los diálogos nucleares entre Irán y el Grupo 5+1 (EE.UU., el Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania).
Netanyahu aboga por el desmantelamiento total del programa de energía nuclear iraní, en lugar de lo que considera “un mal acuerdo”, y cuenta con el respaldo de sus aliados en el Congreso de EE. UU. para que endurezcan las sanciones antiraníes.
El régimen israelí se opone a un Irán con acceso a energía nuclear, mientras mantiene almacenadas, según estimaciones, entre 200 y 400 ojivas nucleares y es el único en la zona que nunca ha permitido a los inspectores de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) revisar sus instalaciones nucleares y, además, siempre se ha negado a firmar el Tratado de No Proliferación (TNP).
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