De acuerdo a la Agencia de Noticias de Ahlul Bait (ABNA), En la provincia norteña de Saada, cerca de la frontera con Arabia Saudí, los manifestantes además de expresar su apoyo al movimiento popular Ansarolá y la declaración constitucional presentada el pasado mes de febrero para fundar un Consejo Nacional Transicional y acabar con el vacío de poder en el país árabe han pedido el fin de las políticas injerencias de los Estados árabes del Golfo Pérsico y EE.UU., en los asuntos internos de su país.
Asimismo han pedido al fugitivo presidente yemení, Abdu Rabu Mansur Hadi, respetar la voluntad del pueblo y estar al lado del pueblo yemení y su revolución popular.
También gritaron lemas contra Arabia Saudí por su decisión de transferir los diálogos nacionales yemeníes a Riad, capital saudí.
El pasado martes, Mohamad Abdel Salam, portavoz de Ansarolá, censuró el papel destructivo de Arabia Saudí en los acontecimientos de su país, incluido su apoyo a los grupos terroristas.
Ante la injerencia saudí, los combatientes de Ansarolá y las fuerzas del Ejército realizaron el jueves unos ejercicios militares cerca de la frontera con Arabia Saudí.
El jueves, los ministros de Exteriores del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG-integrado por los países árabes ribereños del Golfo Pérsico) reiteraron su apoyo a Mansur Hadi, que tras dimitir escapó a Adén (sur), donde con el apoyo de EE.UU. y Arabia Saudí, anunció el retiro de su renuncia y declaró esta ciudad como la nueva capital de Yemen.
Según los altos miembros de Ansarolá, EE.UU. y sus aliados árabes, en especial Arabia Saudí, preocupados por la creciente influencia de este movimiento popular en Yemen, traman conspiraciones en su contra desde Adén.
El movimiento popular yemení jugó un rol crucial en la revolución que, en 2011, acabó con la dictadura de Ali Abdolá Saleh y, actualmente, es el principal desafío para el grupo terrorista Al-Qaeda en el país árabe.
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