De acuerdo a la Agencia de Noticias de Ahlul Bait (ABNA), En una reunión mantenida en Manamá, capital bahreiní, con el rey Hamad bin Isa Al Jalifa, Beckett además elogió la amistosa relación multilateral entre ambos gobiernos.
Según los medios de comunicación locales, el titular castrense británico, a la cabeza de una delegación, también se reunió con Muhammad bin Isa bin Salman Al Jalifa, comandante de la Guardia Nacional de este país árabe.
Durante esa última cita, ambas partes discutieron vías para incrementar aún más la cooperación bilateral en asuntos relacionados con el sector militar.
Cabe mencionar que el diario británico Morning Star, citando al director del Programa de Armamento de Amnistía Internacional (AI) en el Reino Unido, Oliver Sprague, publicó que la corona británica vende armas a los regímenes más violentos en el mundo, mientras que no cesa de predicar sobre los derechos humanos.
Agregó que el régimen de Bahréin no solo compra armas a Londres sino también su silencio y complicidad en los crímenes de lesa humanidad que comete contra su propia gente.
Contrario a las alegaciones de las autoridades británicas acerca de tener mayor control sobre la exportación de armas en el mundo, los informes más recientes corroboran que en 2014, el país vendió armas a países que tienen el peor historial en violar los derechos humanos, entre ellos Bahréin, Catar y Arabia Saudí.
Los Comités de Controles de Exportación de Armas de la Cámara de los Comunes (CAEC, por sus siglas en inglés) revelaron esta semana que Londres, concedió licencias de venta de armas por un valor de 5 mil millones de libras esterlinas a un gran número de países violadores de los derechos humanos.
Cabe mencionar que la cooperación militar entre Manamá y Londres ha causado la indignación de la nación bahreiní. El pasado 7 de diciembre, el movimiento opositor “Coalición 14 de Febrero” de Bahréin denunció la firma de un acuerdo entre el Reino Unido y el régimen de Manama, lo cual autoriza la creación de una base británica en el territorio bahreiní, y lo considera como un “convenio negro”.
Desde febrero de 2011, los bahreiníes protagonizan manifestaciones casi diarias contra la monarquía Al Jalifa, para reclamar, entre otros, el fin del monopolio de poder y la instauración de un sistema constitucional y un poder judicial independiente.