De acuerdo a la Agencia de Noticias de Ahlul Bait (ABNA), Voceros de la instancia que aglutina a varias organizaciones islámicas representativas de la mayoritaria población shiíta bahreiní criticaron la fuerza excesiva de fuerzas de seguridad para dispersar protestas callejeras que ayer fueron convocadas para reclamar reformas democráticas.
Cientos de personas partidarias de Al-Wefaq se movilizaron la semana pasada en la isla de Sitra, al sureste de esta capital, para marcar el aniversario de la muerte de dos activistas víctimas de la represión de las fuerzas policiales y la que recordaron como invasión de militares sauditas y emiratíes.
Las fuerzas de represión lanzaron gases lacrimógenos para desarticular la manifestación que rindió tributo póstumo a los opositores Issa al-Radhi y Jawad Ahmed al-Haawi, fallecidos como consecuencia de cargas policiales con empleo de gases tóxicos en 2011 y 2014, respectivamente.
También se registraron demostraciones de descontento con la monarquía Al-Jalifa en las aldeas de Al-Daih y Al-Musalla para exigir la liberación de prisioneros políticos, incluido el Sheij Ali Salman, secretario general de Al-Wefaq que fue arrestado el 28 de diciembre pasado.
Las autoridades han rechazado reclamos para excarcelar al clérigo y dirigente político shiita, y pedidos de libertad bajo fianza de sus abogados, e insisten en juzgarlo por supuestamente conspirar para un cambio de régimen y colaborar con potencias extranjeras, acusaciones negadas por Salman.
Opositores afiliados a Al-Wefaq se manifestaron igualmente para rendir homenaje a los muertos y demás víctimas de la severa represión que hace cuatro años lanzaron fuerzas del Gobierno bahreiní apoyadas por tropas policiales y militares de Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos.
Dichas fuerzas ingresaron a este reino a pedido del régimen Al-Jalifa y como parte de la asistencia del Consejo de Cooperación del Golfo para sofocar las revueltas populares iniciadas en febrero de 2011 al fragor de los levantamientos en otros países árabes.
Los opositores mantienen sus demandas de reformas democráticas, mayores derechos políticos y el fin del gobierno de la familia Al-Jalifa, que representa a la minoritaria población sunnita bahreiní, así como el establecimiento de un Gobierno elegido por voto popular.