Cuando los hipócritas vienen a ti (O Muhammad), dicen: Damos testimonio de que en verdad tú eres el mensajero de Dios. Y Dios sabe que tú eres en verdad Su mensajero, y Dios da testimonio de que los hipócritas hablan con falsedad. (Corán, 63:1)
El Imam Ya'far as-Sadiq (a) dijo: "Quien se relaciona con los musulmanes con una doble cara y una doble lengua, en el Día del Juicio vendrá con dos lenguas de fuego."
[Al-Kulayni, al-Kafi (Ajundi), vol. 2, p. 343]
Hipocresía (nifaq)
La hipocresía o doble cara es el rasgo negativo de una persona que adquiere una apariencia exterior y simula un comportamiento que son contrarios a su estado interior. Por ejemplo, cuando se da la impresión de amistad y afección y se pretende ser sincero y simpático, o se muestra externamente que se sigue una fe o un credo, mientras se cobija en el corazón un sentimiento opuesto. Tal persona muestra simpatía y amistad en frente de la gente, pero es diferente en su ausencia. Las enseñanzas islámicas consideran la hipocresía como un grave
vicio moral. Aquí presentamos varios tipos y grados de hipocresía, sus efectos y tratamiento.
Tipos básicos de Nifaq
Nifaq de Comportamiento:
Cuando la apariencia externa de una persona es amistosa, dando la impresión de simpatía, apoyo y sinceridad, cuando en realidad el corazón guarda lo opuesto.
Nifaq Verbal:
El estado de la doble lengua cuando una persona alaba y exhalta a otra persona en frente de ella, pero la denuncia o habla de ella con difamación en su ausencia.
Tipos básicos de Nifaq
Nifaq de Comportamiento:
Cuando la apariencia externa de una persona es amistosa, dando la impresión de simpatía, apoyo y sinceridad, cuando en realidad el corazón guarda lo opuesto.
Nifaq Verbal:
El estado de la doble lengua cuando una persona alaba y exhalta a otra persona en frente de ella, pero la denuncia o habla de ella con difamación en su ausencia.
Grados y formas del Nifaq
Una forma de nifaq, de doble cara y doble lengua, es el nifaq con Dios Todopoderoso, el Proveedor y el Sustentador. Una persona puede sufrir este mal en este mundo sin percatarse. La persona declara tener fe en la Unidad de Dios durante su vida, profesando ser musulmán y un genuino creyente, e incluso realizando apasionadas declaraciones de Su amor. Sin embargo, su naturaleza interior no coincide con su apariencia y sus expresiones externas.
El nifaq puede ser en relación con la religión de Dios, a veces respecto a virtudes, a veces respecto a buenas obras y ritos sagrados, y a veces respecto a ocurrencias de la vida diaria y cortesías comunes.
A veces también alguien puede actuar con nifaq respecto al Profeta (Bpd) o a los Imames (as), o a veces respecto a los awliya’ [amigos de Dios], a los sabios y a los creyentes.
A veces puede practicarse el nifaq con los musulmanes y a veces con las criaturas de Dios que pertenecen a otras comunidades o credos.
El nifaq puede tomar diferentes formas dependiendo del rango de la persona que presenta la enfermedad. Para una persona común, puede observarse como el alardear sobre la fe en el Islam, de sinceridad de la fe y de piedad. En el caso de los ulama [sabios] y juristas, se traduce en la pretensión del más alto grado de sinceridad (ijlas) y la exhibición de lealtades a la wilayah y a la jilafah del Profeta (Bpd). Para los sabios de la filosofía y de las ciencias racionales, el nifaq se exhibe en el aparentar sostener verdadera fe y conocimiento basados en pruebas deductivas. Para los místicos, se exhibe en el aparentar poseer conocimiento místico, éxtasis de amor, estados de aniquilación en Dios y de subsistencia a través de Él (fana’ fi Allah, baqa’ bi Allah) y Sus representantes (wilayat al- amr), mientras que el estado interior en todas las situaciones no se relaciona con lo que se atribuye la lengua y el comportamiento de la persona.
Algunos signos y devastadores efectos de Nifaq
Atribuirse el derecho de hostigar y herir a los subordinados, y no vacilar en causarles inconvenientes o problemas, dañándolos no solo en el actuar sino también con el puñal de la lengua, utilizando un lenguaje despectivo en su presencia o en su ausencia, revelando sus secretos, difamándolos o levantando falsas acusaciones en contra de ellos.
Así, como un musulmán cuyas manos y lengua debiesen proveer seguridad a otros musulmanes, la pretensión de esa persona de adherir al Islam contradice su realidad, y el estado de su corazón y sus acciones es opuesto a pretender ser musulmán.
Someterse frente a otros. Idolatrar y considerar a otra gente como de mayor riqueza, más poderosa, y más influyente que Dios. Esto contradice la pretensión de que Dios es Todopoderoso y de solo adorar a Dios. Si el estado exterior reflejase su realidad interior, no se dejaría influenciar por las riquezas o el poder de otros, y no temería a otra deidad más que a Dios.
Ser humilde, temeroso y sometido frente a todo fenómeno externo, pero negligente hacia el realmente Poderoso Dios, la Causa Primera. Y sin embargo asegurar fe en la Unidad de Dios bajo tal estado mental. En este él, una persona es una extranjera en la comunidad de los creyentes, y pertenece al grupo de hipócritas y de los mentirosos, y será resucitada con ellos.
El gustar de escuchar alabanzas hacia uno mismo, como la fama de ser una persona de talento, y expresar júbilo cuando alguienn dice algo así, y sentirse triste cuando lo opuesto ocurre. Si una persona cree y proclama realmente que toda alabanza es para Dios, el Todopoderoso, y que todas sus cualidades son bendiciones de Dios depositadas en ella, entonces tal actitud contradice su pretensión, y carece de sinceridad hacia Dios, tanto Creador como Proveedor. Ansias de estar en compañía de los reyes, de los gobernantes, de los nobles y de los adinerados, y tener un sentimiento opuesto de estar en compañía de los pobres y necesitados. En tal estado, el monoteísmo y la piedad de una persona no son genuinos. Su piedad y abstinencia son por fines mundanales, y no se encuentra sinceramente consagrado a Dios.
El mal del Nifaq – Un diálogo
¡Oh tú que pretendes fe en Dios, en Sus profetas y en la Otra Vida! Si fueses un verdadero creyente, no habrías encontrado paz por un solo momento en este mundo, y habrías invertido cada momento en la construcción de una vida en la eternidad. Te habrías refugiado del mundo y de sus tentaciones. Si creyeses realmente en los tormentos, la oscuridad, y la gravedad de lo que tenemos por delante y lo que aguarda a los que aman lo mundanal, entonces ¿por qué no te apartaste del velo de los meros dichos y declaraciones? ¿Por qué tus acciones han contradicho tus palabras y apariencia? ¿Por qué no consideraste el viaje de la muerte, tan lleno de peligros? Tus días se han consumido sin que hayas apagado tu lujuria ni tus deseos. El tiempo de tu muerte se acerca, y sigues enredado en tus obras viciosas y entrampado en tu conducta indecente.
Oh Dios, despiértanos de este hechizo prolongado de sueño profundo, y devuélvenos a nuestros sentidos desde este estado intoxicado e inconsciente.
Ilumina nuestros corazones con la luz de la fe y ten misericordia de nosotros.
Somos criaturas humildes y débiles. Tú Mismo nos endulzas y nos libras de los talones del Diablo, por el bien de Tus siervos elegidos, Muhammad (Bpd) y su incorrupta progenie, las bendiciones de Dios sobre todos ellos.
El tratamiento del Nifaq
Al verse afectada por esta enfermedad, la persona debiese primero pensar sobre los daños causados por ella, tanto en este mundo como en la Otra Vida.
Debiese pensar que va completamente en contra de la naturaleza humana creada por Dios, el ser un hipócrita. Debiese considerarse que si uno se vuelve conocido en este mundo por tener el mal hábito de la hipocresía, será degradado a los ojos de sus semejantes y se volverá infame entre el resto de los seres humanos. Evitarán su compañía y se le privará de la amistad.
Una persona con nifaq no logrará conseguir ningún mérito ni alcanzar sus altas metas. Así, es necesario que un hombre de honor y dignidad, dotado de la conciencia se purgue a sí mismo de esta causa de vergüenza que consume el honor y el respeto, y es necesario que no sea atrapado en sus desgracias.
En la Otra Vida, donde los secretos que permanecían escondidos de los ojos de la gente no serán ya secretos, allí se presentará como una deforme y odiosa criatura con tan solo dos lenguas de fuego y castigada junto a los hipócritas y demonios. Por tanto, es responsabilidad del hombre sabio, que no ve virtud en ello sino daño, repulsión, y abominación, el deshacerse de este vicio.
La persona afligida por la enfermedad debiese ser en extremo atenta sobre sus actos y dichos, y debiese actuar con prudencia contra sus deseos básicos, librar una lucha abierta contra su ego interior y debiese tratar de mejorarse a sí mismo interior como exteriormente, tanto en acciones como en palabras.
Debiese juzgar correctamente su amistad y su enemistad. Debiese evitar la afectación, la coquetería y y la falta de abalce en la práctica, e implorar la ayuda y la asistencia del Todopoderoso a lo largo de este período, para darle la ventaja sobre su ego negativo y sobre sus deseos, y para guiarlo y acompañarlo en esta empresa. Su misericordia y gracia hacia Sus criaturas no tienen límites, y quienquiera se enfrenta a Él con el deseo de reformarse a sí mismo, Él extiende Su apoyo y lo salva.
Si se persevera en este ejercicio por varios días el alma se purificará y el óxido de la hipocresía y la doble cara serán removidos. El espejo de su corazón y de su ser interior se limpiarán de este vicio, y se encontrará preparado para recibir los favores y las bendiciones del Proveedor .
[Adaptado de, Imam Jomeini, Cuarenta Hadices, capítulo 9, p. 187-96]
Conclusión:
El Profeta Mohammad (s): “Tres signos hay que al ser encontrados en alguien, se sabe un hipócrita aún cuando ayune, ofrezca oraciones y se crea Musulmán: Cuando se confía en él, es dishonesto; cuando habla, miente; y cuando hace una promesa, la rompe.”
[Al-Kulayni,al-Kafi, vol.2, p. 290, hadiz 8]
Jalil Sahurie para ABNA
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