De acuerdo a la Agencia de Noticias de Ahlul Bait (ABNA), “Estamos felices esta mañana. Es un logro de la política israelí”, ha declarado el ministro de inteligencia y asuntos estratégicos del régimen israelí, Yuval Steinitz.
Además ha calificado la postura de Obama como una oportunidad para que el Congreso estadounidense “evite un mal acuerdo o, al menos, para mejorar el acuerdo y hacerlo más razonable”.
El Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estado Unidos aprobó el martes por unanimidad un proyecto de ley, ideado por los republicanos, que da autorización al Congreso a poner en marcha una revisión de un eventual pacto con Irán sobre su programa nuclear.
El proyecto de la ley que obtuvo el visto bueno de 19 legisladores estadounidenses y ahora tiene que pasar al pleno del Senado, establece un período de revisión en el Congreso durante 30 días.
En este contexto, Steinitz ha alegado que el discurso del primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, ante el Congreso estadounidense el pasado mes de marzo, “ha sido decisivo para alcanzar esa legislación”.
El 3 de marzo, Netanyahu cuestionó en el Capitolio los diálogos nucleares entre Irán y el G5+1 (Estados Unidos, el Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania).
Entre tanto, varias figuras del partido Likud (de Netanyahu) alertaron de las consecuencias del polémico discurso de Netanyahu en su contra al tiempo que afirmaron que no podría afectar el posible acuerdo nuclear entre Irán y el Sexteto.
El régimen israelí lanza tales acusaciones en contra del programa de energía nuclear iraní, mientras tiene en sus arsenales más de 200 ojivas nucleares, se niega a adherirse al Tratado de No Proliferación (TNP) y tampoco permite inspecciones a sus instalaciones nucleares.
El pasado 2 de abril, Irán y el Sexteto llegaron a un principio de acuerdo sobre el programa de energía nuclear de Irán en la ciudad suiza de Lausana, y ahora tienen de plazo hasta el próximo 30 de junio para definir los detalles del pacto y llegar a un acuerdo definitivo.
Según este principio de acuerdo entre las partes, se deben levantar todas las sanciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU), de EE.UU. y de la Unión Europea (UE) contra Irán, a cambio de una serie de restricciones voluntarias aceptadas por el país persa en sus actividades nucleares.