De acuerdo a la Agencia de Noticias de Ahlul Bait (ABNA)— “Pido al gobierno de ese país (...) proteger el derecho a la libertad de expresión pacífica y renunciar a las sanciones que lo restringen”, ha demandado Strässer.
También ha criticado al régimen de Manama por detener a los activistas, argumentando que el derecho de expresión no debe considerarse como “una amenaza a la estabilidad” de Bahréin.
Además, ha lamentado la intolerancia del régimen de Al Jalifa con el reconocido activista bahreiní pro derechos humanos Nabil Rayab, arrestado el pasado 2 de abril.
Asimismo, ha demandado un proceso “justo y transparente” para Nabil Rayab, al mismo tiempo que llama al Gobierno bahreiní a proteger los “derechos” del mencionado activista.
Rayab, director del Centro de Derechos Humanos de Bahréin (CDHB), fue encarcelado después de que llamara la atención de cientos de miles de personas, a través de las redes sociales, sobre la práctica de la tortura en la temida prisión de Yau.
Sin embargo, el 11 de abril su detención fue prolongada por 15 días más porque criticó la contribución de Manama a la agresión de Arabia Saudí contra Yemen, iniciada el pasado 26 de marzo.
Por otra parte, los bahreiníes han salido en reiteradas ocasiones a las calles para mostrar su rechazo a los ataques aéreos saudíes a Yemen, los cuales han dejado hasta el momento 3.693 víctimas, entre muertos y heridos.
Bahréin es, desde principios de 2011, escenario de protestas prodemocracia y contra la dinastía Al Jalifa. Desde esa fecha los bahreiníes protagonizan manifestaciones casi diarias contra Al Jalifa para reclamar el fin del monopolio del poder, la instauración de un sistema constitucional y un poder judicial independiente.
Las medidas represivas de Manama contra los activistas y las manifestaciones antigubernamentales han provocado duras críticas de los grupos de defensores de derechos humanos.
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