Según la Agencia Noticiosa Ahlul Bait (ABNA) – En Londres, Ian Sinclair, activista por la paz británico, relató algunos de los desastres humanitarios en Iraq durante los años 90 que ocurrieron a causa de las sanciones efectuadas por Gran Bretaña y Estados Unidos, que fueron respaldados por la ONU.
En este artículo Sinclair se refiere a una cita de “Un tipo de guerra diferente”, un libro escrito por Hans Von Sponeck, ex coordinador de Asuntos Humanitarios de la ONU para Iraq. “Ningún país jamás había sido sometido a sanciones económicas más amplias por las Naciones Unidas que Iraq”.
Este pacifista británico se refiere al Programa Petróleo por Alimentos del año 1996 que fue creado por las Naciones Unida con el fin de contrarrestar algunos de los peores efectos de las sanciones, lo que permitía a Iraq vender petrókeo a cambio de alimentos, medicinas y otros bienes. Sin embargo, según el libro de 2006 de Hans Von Sponeck “En ningún momento durante los años de sanciones económicas generales se hayaron recursos suficientes para satisfacer las necesidades mínimas para la supervivencia física o mental humanas, ya sea antes o durante el Programa Petróleo por Alimentos”.
Ian Sinclair, pacifista británico
En 1998/99, cada iraquí recibía una asignación alimentaria de $49 (27 centavos de dólar al día) durante un período de seis meses. Por el contrario, los perros que la ONU utilizaba para desminar Iraq, cada uno recibía una asignación alimentaria de $ 160.
Según Sinclair, Denis Halliday, el coordinador humanitario de la ONU para Iraq que dirigía el régimen de sanciones señaló que las sanciones estaban causando la muerte de hasta 5.000 niños al mes. Halliday también sin rodeos declaró: “Estamos en el proceso de destrucción de toda una sociedad. Es tan simple y aterrador como eso. Es ilegal e inmoral”.
Más tarde, en una entrevista Halliday admitió, “Se me dio instrucciones para poner en práctica una política que satisfaga la definición de genocidio, una política deliberada que ha matado efectivamente a más de un millón de personas, niños y adultos”.
Denis Halliday, coordinador humanitario británico de la ONU para Iraq año 1997-98
Dos años más tarde el sucesor de Halliday, Von Sponeck renunció en protesta, pidiendo en su carta de renuncia: “¿Cuánto tiempo debe la población civil de Iraq estar expuesta a tal castigo por algo que nunca han hecho?”
Los informes muestran que, aparte de unas pocas excepciones, la respuesta de la clase política británica y los medios de comunicación eran, o bien ignorar o descartar las sanciones que de hecho estaban matando a los iraquíes en una escala masiva.
Ian Sinclair cree que en un mundo de la cultura de noticias de 24 horas, la élite gobernante, asistidos por unos medios de comunicación dóciles han logrado eficazmente enterrar los cuerpos de cientos de miles de iraquíes que murieron como resultado directo de la política exterior británica.
Jalil Sahurie para ABNA
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