Según la Agencia de Noticias Ahlul Bait (P) ABNA - Poco a poco van apareciendo versiones sobre el hecho de que la DGSE fue avisada al menos 24 horas antes sobre la amenaza terrorista. De acuerdo con estos informes hechos públicos se supo que la inteligencia iraquí puso en aviso a su par francés sobre el inminente ataque contra una nación europea por parte del DAESH. Según esta versión, la inteligencia de Irak envió un despacho diciendo el líder del grupo, Abu Bakr al-Baghdadi, había ordenado un ataque a países de la coalición que luchan contra ellos en Irak y Siria, así como en Irán y Rusia, a través de atentados u otros ataques en los días venideros, según destacó AP. Aparentemente, la DGSE no tomó en cuenta dicha alerta y no adoptó medidas al respecto, lo que posibilitó que los terroristas actuaran con total impunidad.
Por su parte fuentes de seguridad fiables plantean que otros servicios como el FSB ruso y el DMI israelí también informaron a la DGSE francesa, 24 horas antes, sobre el ataque terrorista perpetrado en París. Ampliando al respecto, dicha fuente se refiere a que 6 días antes, el día 7 de noviembre pasado, el Centro de Inteligencia Conjunta (JIC), en Bagdad, creado a instancias de Rusia, Iraq, Irán y Siria, había recibido un alerta urgente proveniente de la Dirección israelí de Inteligencia Militar (DMI), en el cual se establecen los peligrosos movimientos de importantes dirigentes del DAESH.
Se supo que la fuente de esta información era el asesor de Seguridad Nacional israelí, Yaacov Amidror, que la semana anterior había estado en la reunión de Washington DC con los jefes de espionaje de los Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña. Según este sitio este fue el lugar posible donde se generó esta operación de bandera falsa.
Resulta inaudito que las informaciones provenientes de Irak, Rusia e Israel hayan sido descalificadas por la DGSE y no se tomaran en cuenta para evitar la masacre del viernes 13. Tampoco se tomaron en cuenta las advertencias que presentaban a Paris como objetivo central del ataque y las informaciones que poseía la DGSE sobre los movimientos de Salah Abdeslam, encargado de supervisar una célula del DAESH en Francia y cuya residencia se encontraba en Bélgica. También es condenable, a la par que sospechoso, que ninguno de los servicios de EEUU, Gran Bretaña y Francia hayan advertido a sus ciudadanos sobre el inminente ataque y la amenaza denunciada en tiempo real por Rusia, Irak, Egipto, Israel e Irán sobre el mismo. Cabe destacar que el aviso de la DIM israelí se libró, en última instancia, para proteger la vida de ciudadanos de ascendencia judía que pudieran ser atacados en París. Lo mismo ocurrió al contactar la DMI al representante francés de estos en Israel, Jonathan-Simon Sellem, sobre el inminente ataque. Empero, poco hicieron las autoridades francesas notificadas para impedir tal acción terrorista.
De nada vale que la inteligencia francesa se escude en el hecho de que la información de los iraquíes no daba detalles sobre el país en que se efectuarían los ataques, ni fecha precisa al respecto. Ante tal amenaza es cuerdo tomar urgentes medidas preventivas.
Tanto la DGSE como los servicios de inteligencia de EEUU hicieron caso omiso ante tal amenaza. Ni la CIA, ni el FBI, ni la DHS, mostraron conocimiento con respecto al inminente ataque. Parecían desconocer cualquier información –en apariencia– sobre la posible masacre cometida en Francia.
Se ha podido determinar que las advertencias de la inteligencia iraquí señalan, al menos, que los organizadores y ejecutores del ataque lo habían planeado en la ciudad de Raqqa, en Siria, cabeza territorial del DAESH, donde los ejecutores fueron entrenados con el plan de enviarlos a Francia para perpetrar tan condenable acción. Los informes también dejan entrever la complicidad de una célula durmiente en Paris en los ataques, encargándose la misma de los detalles de logística y la planificación. El total, los involucrados fueron 24 personas: 19 atacantes directos y 5 de apoyo.
Se sabe que el personal de apoyo también se encargó del estudio de los sitios en que se realizarían dichos ataques: un estadio, una sala de conciertos y cafés de París, los que provocarían posteriormente 132 muertos, 352 heridos -99 de ellos de gravedad-. Otras fuentes señalan que los 19 atacantes se dividieron en tres equipos. La primera parte del plan se ejecutó con la explosión de una bomba por parte de un terrorista suicida sobre 9 y 20 de la noche en las puertas del estadio de futbol y culminó sobre las 12 y 20 de la madrugada del sábado 14, cuando tres atacantes, uno portando fusiles ametralladoras AK-47 y otros con explosivos adosados a sus cuerpos, realizaron una virtual masacre en el centro nocturno Bataclan, dejando un número cercano a los 90 muertos.
The New York Times dio elementos posteriores con respecto a los atacantes. Se supo por este medio que, al menos uno de los mismos había obtenido el pasaporte sirio en la isla de Leros, el 3 pasado de octubre, muriendo su portador –de 25 años de edad– en el estadio. Otro atacante fue identificado como residente en Courcouronnes, a unas 20 millas al sur de París, y se le identificó como Ismaël Omar Mostefai.
The NYT cita al respecto: “La búsqueda de posibles cómplices de los terroristas ganó vapor el sábado. Funcionarios en Bélgica anunciaron tres detenciones, una de ellas vinculada a un coche de alquiler se encuentra en París. En Alemania, la policía estaba investigando si un hombre que arrestó la semana pasada con las armas en su coche y su set navegador GPS para París estaba vinculado a los ataques. Pero no quedó claro cómo una parcela de tal sofisticación y letalidad podría haber escapado a la atención de las agencias de inteligencia, tanto en Francia como en el extranjero.”
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