Respecto a tener una programaciَón exacta en la vida, dijo:
El creyente deberá dividir su día y noche en tres partes: un tiempo para adorar y suplicar a Dios, otro para trabajar, y
otro tiempo para satisfacer al alma de los placeres permitidos que provocan la belleza. La persona prudente es aquella que
ande en busca de tres cosas: ingresos permitidos para saciar sus necesidades de la vida, dar un paso en el sendero de la
otra vida (culto y adoración) o aprovechar de los placeres permitidos.