Agencia de Noticias de Ahlul Bait (ABNA) – Él dijo que el antiguo jefe del servicio de Inteligencia saudí, Bandar bin Sultan, le dijo (antes de los ataques del 11-S) en Nueva York literalmente que “el día en el que 1.000 millones de sunníes pidan cuentas a los shiítas no debería estar lejos en Oriente Medio”, en referencia a la aniquilación de estos últimos.
La hora de la muerte prometida a los shiítas por Bandar Bin Sultan ha sonado. Y ya no sólo a través de las operaciones de exterminio llevadas a cabo en todo el mundo a través de los repetidos atentados suicidas, que se han cobrado la muerte de miles de shiítas desde 2003. Arabia Saudí ha ayudado al Daesh a tomar el control del norte de Daesh, donde éste ha matado a las mujeres y los niños shiítas y yazidíes, sin contar la masacre de estudiantes de la Facultad del Aire (la base Spiker) el 10 de Junio pasado”, dijo Dearlove.
Él siguió diciendo: “En Mosul, los mausoleos y mezquitas shiítas han sido destruidos. En una ciudad turcomana próxima a Talafar, el Daesh se apoderó de 4.000 viviendas como botines de guerra. Es así que la vida de los shiítas en Iraq, de los alauíes en Siria y de los cristianos y otras minorías en esos países se ha convertido en mucho más peligrosa que la de los judíos en las regiones controladas por los nazis en 1940”.
Arabia Saudí y Qatar financian al Daesh
Según Dearlove, no existe ninguna duda en que Arabia Saudí y Qatar financian y continúan financiando al Daesh. Ellos buscan que este grupo terrorista se apodere de las regiones sunníes de Iraq. Este tipo de cosas no sucede de forma espontánea. La cooperación entre muchos sunníes en Iraq y el Daesh no hubiera podido producirse sin las directrices y fondos de esos dos países.
Contrariamente a Al Qaida, que se había concentrado en amenazar los intereses occidentales, el Daesh se ha focalizado (al menos hasta los recientes atentados de París y otras ciudades occidentales), sobre todo, en la ejecución del plan de Bandar bin Sultan para matar a todos los que no son considerados como “musulmanes” desde el punto de vista de la doctrina extremista wahabí.
“El pensamiento estratégico saudí está basado en dos pilares profundamente enraizados. Ellos creen que todo desafío a su papel como custodios de los Lugares Santos del Islam no puede ser admitido y cree que todas las otras escuelas (distintas a la secta heterodoxa del wahabismo) son heréticas y sus miembros deben ser eliminados”, señaló Dearlove.
En lo que se refiere a las alegaciones saudíes sobre su lucha contra el terrorismo, Dearlove dijo que los saudíes reprimen a los terroristas cuando vuelven a Arabia Saudí, pero les exhortan a actuar cuando se hallan en el exterior y, en especial, a matar a shiíes en función de los preceptos de la escuela wahabí.
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