El artículo publicado, que cita a fuente diplomáticas occidentales, insistió en que las conversaciones de paz sobre Siria no serían más que una pérdida de tiempo sin la presencia de Irán y Arabia Saudita, como las principales potencias de la región.
Precisó que la ejecución de Al-Nemr fue un intento de Riad para reanimar a los líderes religiosos wahabitas.
El pasado domingo, el gobierno de Al Saud anunció la ruptura de las relaciones con Irán, pretextando las enérgicas críticas de Teherán por la ejecución del prominente clérigo chiita y el asalto a sus sedes diplomáticas en el país persa.
Con el fin de evaluar los recientes acontecimientos, el enviado especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para Siria, Staffan de Mistura, tiene previsto realizar visitas a Irán, Arabia Saudí y Siria.
En esta jornada, trascendió que varios medios de prensa recogieron preocupaciones de organizaciones de DD.HH., las que revelan que entre los ejecutados por Riad se encontraban varios enfermos mentales.
Entre ellos estaba Abdulaziz al-Toailié, que según asegura su compañero de celda, sufría de severos problemas mentales, ya que hablaba con los insectos, corría y gritaba mientras estaba desnudo y consumía sus propios deshechos corporales.
Por ora parte, miles de personas se manifestaron este domingo en Nueva Zelanda ante el consulado saudita, en la ciudad de Auckland, por la ejecución de Al-Nemr.
Durante el acto de protesta, los manifestantes exigieron al primer ministro del país, John Key, ante los actos violadores de los derechos humanos de los Al Saud y pidieron anuncie una ruptura de relaciones con Riad.
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