Algunas semanas antes, durante una conferencia en el Instituto de Estudios de Seguridad Nacional de Tel Aviv, el líder del partido, Isaac Herzog, expuso su punto de vista de reducir el contacto con el mayor número posible de palestinos y en todos los detalles de la vida posibles, pero sin aceptar los derechos del pueblo palestino a la recuperación de sus tierras y a la libertad.
"Vamos a erigir un gran muro que nos separará. Ésta es la única opción de coexistencia posible por el momento. Ariel Sharon no terminó el trabajo. Es a nosotros a quienes corresponde finalizar la barrera de separación", señaló.
Sin embargo, tal separación no significa la retirada israelí de los territorios palestinos, sino que se trata más bien de otra forma de continuar la empresa colonial.
La hipótesis subyacente de Herzog es que, en las condiciones actuales, una solución basada en dos estados es imposible. Sin embargo, él se muestra totalmente opuesto a la solución basada en un solo estado, que permita a judíos y palestinos vivir juntos en pie de igualdad. Su objetivo es elaborar un plan que garantice la "perpetuidad del Estado judío" con unos cinco millones de palestinos viviendo en guettos dentro de su territorio.
Él afirma que, por un lado, Israel no debe tomar medidas que debiliten aún más la solución de los dos estados puesto que esta última es un punto crucial para bloquear la ruta hacia la alternativa: un solo estado democrático entre el Valle del Jordán y el Mar Mediterráneo, donde palestinos y judíos disfruten de una plena ciudadanía e iguales derechos. Sin embargo, él afirma, al mismo tiempo, que la solución de dos estados ya no es una opción.
De este modo, lo que Herzog propone no es otra cosa que un régimen de apartheid.
Apartheid efectivo
No se puede decir que los detalles del Plan que el Partido Laborista sean nuevos, pero el hecho de que sean plasmados por escrito constituye otra etapa crucial para la legitimación de un régimen del apartheid en Israel.
El plan aboga desvergonzadamente por la creación de unos guettos o bantustanes palestinos. Herzog afirma que los palestinos podrían adquirir más autonomía en la gestión de su vida cotidiana en las zonas A y B, que constituyen alrededor del 40% de la Ribera Occidental. “Los palestinos disfrutarán de una libertad total con respecto a las cuestiones civiles y no militares. Podrán construir nuevas viviendas y ampliar las que ya existen y desarrollar la industria y la agricultura”.
A fin de asegurar la consolidación de la división de la Ribera Occidental en archipiélagos, el plan subraya la importancia de finalizar la barrera de separación que rodea los bloques de asentamientos en la Ribera Occidental, puesto que estos bloques, estima Herzog, permanecerán bajo soberanía israelí y “formarán parte de la solución permanente”.
Además, él propone separar varios pueblos palestinos de Jerusalén (Al Quds) mediante el muro.
“Issawiya no forma parte ni lo hará nunca de la capital eterna de Israel. Lo mismo hay que decir del campo de refugiados de Shuafat. Vamos a separarnos de ambos. Nosotros construiremos un muro allí”, afirmó.
Según Herzog, el Ejército israelí debe continuar controlando toda la Ribera Occidental, sin excepción.
En lo que respecta a Gaza, Hamas, según los propios términos de Herzog, "no estará al abrigo ni se beneficiará de ninguna inmunidad. Cada ataque suscitará la más dura de las respuestas. El precio a pagar será muy caro y esto no significa bombardeos ficticios contra regiones vacías".
Herzog criticó al gobierno de Netanyahu al que juzgó “demasiado blando y clemente” hacia los palestinos. Él afirma que el gobierno del Likud no bombardea realmente a los palestinos de Gaza, sino más bien zonas vacías".
Él afirmó que aplicará una política de "puño de hierro", que incluirá el cierre de las estaciones de radio y televisión palestinas y el corte de la conexión a Internet y los servicios de la telefonía móvil.
El antecedente sudafricano
Al examinar de cerca el plan de los laboristas, es necesario constatar su total similitud con el sistema del apartheid en Sudáfrica, que, dicho sea de paso, fue hasta su caída uno de los mejores aliados de Israel. Cabe señalar que los ciudadanos de color sudafricanos estaban encerrados en bantustanes considerados "autónomos" y no disponían de la nacionalidad sudafricana ni de los derechos políticos más fundamentales.
Además, como era imposible desarrollar una economía viable en los bantustanes, estas zonas eran mantenidas a flote por subvenciones masivas del gobierno sudafricano.
Del mismo modo, los palestinos están sostenidos financieramente en la actualidad por la Unión Europea, EEUU y otros países.
El régimen racista del apartheid en Sudáfrica, que preconizaba la supremacía blanca, buscó concentrar a grandes segmentos de la población africana en los bantustantes. Es lo mismo a lo que aspira hacer Herzog con los palestinos.
El Partido Laborista, considerado como la única alternativa viable al actual gobierno del Likud, es visto por muchos en el interior de Israel y en el exterior, como una especie de reemplazo progresista al actual ejecutivo. Sin embargo, su plan para los palestinos habría sido aplaudido por el régimen del apartheid sudafricano, que estuvo considerado durante décadas como un paria internacional hasta su definitivo hundimiento.
Teniendo en cuenta esta realidad, parece poco probable una solución equitativa al calvario de los palestinos venga del interior de la entidad sionista. En efecto, en este periodo de la historia, la presión internacional es el punto vulnerable de Israel y la única esperanza de los palestinos para recobrar algún día sus derechos legítimos.
Partido Laborista de Israel, Ha‘Avoda en hebreo מפלגת העבודה הישראלית cuyo actual presidente es Isaac Herzog, fue fundado en 1968, alineado con la ideología de la Socialdemocracia y afiliado al llamado sionismo laborista. Tiene una posición de centroizquierda, una afiliación internacional a la Internacional Socialista y afiliación regional al Partido Socialista Europeo.
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