Al menos 20 iraquíes murieron, entre ellos policías y miembros de las fuerzas populares, en múltiples atentados suicidas y con bomba, algunos de ellos reivindicados por el grupo terrorista Daesh.
Funcionarios de seguridad y de salud anunciaron, además, que otras 60 personas resultaron heridas en los ataques de este lunes, sin precisar el lugar exacto de los incidentes.
Según informes, diez personas murieron en tres atentados suicidas, dos de ellos contra reuniones de las fuerzas populares, conocidas como Al-Hashad al-Shabi: una en el norte de Bagdad y otra en un restaurante en la ciudad de Nasiria, al sureste de Bagdad.
Un tercer atentado suicida fue realizado contra un puesto de control policial en el norte de Bagdad.
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