ESTUDIO JURÍDICO Y CRÍTICO EN RESPUESTA A LOS ARGUMENTOS DE LOS TAKFIRÍES Y EL DAESH RESPECTO A LA PRIORIDAD DE COMBATIR A LOS OPONENTES AÚN SI ESTOS SON MUSULMANES
INTRODUCCIÓN
Desde épocas pasadas y aún hoy en día, uno de los métodos a los que recurrieron los enemigos de las religiones reveladas, entre sus estrategias para evitar la propagación de los conocimientos divinos, fue la tergiversación semántica de dichos conocimientos. Allah Alabado y Ensalzado sea, recuerda este método del enemigo en esta noble aleya: يُحَرِّفُونَ الْكَلِمَ عَن مَّوَاضِعِهِ “Alteran el sentido de la palabra” . En ocasiones, esta tergiversación del sentido ha tenido consecuencias entre los musulmanes, a modo de ejemplo, como fue la proclama de los jariyitas (el gobierno es de Dios) sobre lo que Amir al-Mu’minin (as) dijo respecto a este razonamiento: que se trataba de una palabra veraz con una intención falsa. causada por la tergiversación del significado.
Ciertamente, la aparición de la práctica de asesinar musulmanes acusándolos de ser kufar, fue instaurada años antes por el “sheij” Muhammad bin ‘Abdul Wahhab y hoy día todos los grupos que se remontan ellos mismos al pensamiento wahhabí, entre los cuales se encuentra el Da’esh en ‘Iraq y en Siria, se permiten esta práctica salvaje de asesinar musulmanes con la complacencia y anuencia del resto de los seguidores de las ideas anatemizantes de Muhammad bin ‘Abdul Wahhab y de igual manera se estimula (esta práctica) contra los seguidores de la Escuela sunní que no están de acuerdo con la naturaleza y realidad del Da’esh y el pensamiento wahhabí mediante las proclamas vertidas contra los shi’a y su justificación que, el seguir rigurosamente las aleyas del Noble Corán, los hadices del Profeta (swa) y las “normas humanitarias” es lo que les impulsa a combatir a los seguidores de la Familia del Profeta (as) y al resto de los musulmanes.
Las potencias coloniales en el mundo con el mandato del gran Shaytan en la época presente han contribuido exageradamente al surgimiento de estos métodos, del mismo modo que lo hicieron sus antecesores los británicos, para crear conflictos y enfrentamientos fraternales en la Umma Islámica mediante la puesta en circulación de exégesis que tergiversaban las aleyas del Noble Corán y las enseñanzas proféticas entre los seguidores de las diferentes escuelas jurídicas islámicas, para llevar a cabo sus objetivos rompiendo la cohesión y fragmentando la unidad mediante el establecimiento del principio del takfir (anatema) y la obligación de combatir a los (otros) musulmanes, resultando esto como defensa de la amenaza que les conminaría si la Comunidad Islámica unida combatiera al colonialismo y al sionismo internacional.
Los enemigos del Islam aún siguen creando, difundiendo y haciendo circular ambigüedades y errores interpretativos sobre mandatos (aplicación de reglas o preceptos a contextos distintos) contrarios a los principios de la creencia islámica como estrategia para evitar las enseñanzas del Islam genuino y ensuciar su imagen y; por este camino, pretender alejar el discurso real de la religión generando dudas mentales mediante mandatos erróneamente interpretados y logrando así sus objetivos, habiéndose creado un ambiente ralo y turbio (que impide el debate fraternal entre las distintas escuelas islámicas).
La puesta en circulación de tales errores ha sido capaz de dirigir mediante un discurso global a los jóvenes musulmanes creyentes hacia el extremismo y la violencia, así como de crear y profundizar la división entre distintos madhahib islámicos y entre las religiones.
Uno de los más importantes errores interpretativos contemporáneos que ha sido lanzado al mundo y que está secundado por indicación de las corrientes takfiríes extremistas herederas de las fitnas, combates y matanzas entre musulmanes shi’a y sunna, es la proclama “la prioridad del yihad es contra el enemigo cercano” que estos grupos extremistas interpretan está indicada en la noble aleya Nº 123 de la Sura 9 al-Tauba: يَا أَيُّهَا الَّذِينَ آمَنُوا قَاتِلُوا الَّذِينَ يَلُونَكُم مِّنَ الْكُفَّارِ وَلْيَجِدُوا فِيكُمْ غِلْظَةً ۚ وَاعْلَمُوا أَنَّ اللَّـهَ مَعَ الْمُتَّقِينَ “Oh los que creéis combatid a los incrédulos que se encuentren próximos a vosotros y que encuentren en vosotros rudeza y sabed que Allah está con los temerosos”
Esta indicación errónea, tristemente ha sido bien acogida y ha calado ampliamente entre algunos jóvenes creyentes sin instrucción de entre nuestros hermanos sunníes, que se siguen enrolando para cometer atentados suicidas secundando con ello a los planes de las corrientes takfirís de asesinar a los musulmanes oprimidos, shi’as y sunnís. La circulación de esta interpretación errónea (de la aleya indicada) se ha convertido en un factor para desviar a miles de jóvenes musulmanes del combate contra el enemigo sionista y lanzarlos a luchar contra musulmanes inocentes en Siria, ‘Iraq y otros países islámicos.
Ha sido una preocupación a nivel internacional de los seminarios académicos o Hawzat dar una respuesta de carácter científico a este error interpretativo construyéndola a partir de los principios religiosos y las fuentes del hadiz aceptadas por la escuela sunní, en conjunción con los centros especializados en el campo de la respuesta a los planteamientos religiosos mediante la metodología de la pregunta y la contestación.
MUHAMMAD HASAN ZAMAANI
ADJUNTO PARA ASUNTOS INTERNACIONALES DE LOS SEMINARIOS ACADÉMICOS
EL MANDATO ERRÓNEAMENTE INTERPRETADO
Ciertamente que las corrientes takfirÍes desviadas, con el objetivo de dirigir a los jóvenes musulmanes creyentes y combatientes de Ahl Sunna de todos los países del mundo, les han lanzado como una ola al combate contra otros musulmanes, shi’as y sunnís que no siguen el pensamiento wahhabbí. Apoyándose en una aleya del Noble Corán; han cambiado el rumbo (lógico) del combate y el yihad contra los sionistas y los Estados Unidos hacía el yihad contra sus propios hermanos shi’a y contra la República Islámica de Irán y del mismo modo contra los sunnís que combaten al sionismo.
Estas corrientes, cuando deben afrontar la pregunta respecto a porqué ellos no marchan en auxilio del pueblo de Gaza oprimido y cercado y porque no combaten contra los sionistas, alegan: “La gran respuesta está en el Noble Corán, cuando Dios Altísimo habla sobre los enemigos cercanos, y que éstos son los hipócritas en la mayoría de la aleyas del Noble Corán. Éstos son un peligro más grande que los incrédulos genuinos. La respuesta está también en Abu Bakr al-Siddiq, que dirigió el combate contra los apóstatas antes dirigirlo a conquistar Jerusalem que fue hecho por 'Umar bin al-Jattab ”.
La corriente takfirí se apoya en la lógica de que ello (la supuesta prioridad de combatir a los hipócritas) está asentado sobre la noble aleya: يَا أَيُّهَا الَّذِينَ آمَنُوا قَاتِلُوا الَّذِينَ يَلُونَكُم مِّنَ الْكُفَّارِ وَلْيَجِدُوا فِيكُمْ غِلْظَةً ۚ وَاعْلَمُوا أَنَّ اللَّـهَ مَعَ الْمُتَّقِينَ “Oh los que creéis, combatid a los incrédulos que se encuentren próximos a vosotros y que encuentren en vosotros rudeza; y sabed que Allah está con los temerosos” y que pueden hacer esto alegando que los incrédulos son de clases, un grupo de ellos son los no musulmanes que viven en regiones geográficamente remotas y otro grupo de incrédulos (como alegan los takfiríes) parecen ser musulmanes y viven en los países islámicos. Según los takfiríes, éstos son peores y más peligrosos que el primer grupo, puesto que algunos de sus principios o fundamentos se asemejan a la idolatría y la incredulidad, según consideran las corrientes takfiríes.
Alegan estas doctrinas que la aleya mencionada confirma la prioridad de combatir a estos “incrédulos” que asemejan ser musulmanes pero que según ellos no lo son; puesto que la parte de la aleya الَّذِينَ يَلُونَكُم مِّنَ الْكُفَّارِ a los incrédulos que se encuentren próximos a vosotros confirma que deben ser combatidos en primer lugar y por tanto, es posible u obligado retrasar el combate contra los enemigos lejanos. Según lo indicado, es obligado el yihad y el combate contra los “idólatras” de entre los musulmanes. Mientras que los incrédulos de verdad los judíos, cristianos, en definitiva, los sionistas y los americanos, son los siguientes en este orden de prioridades respecto al yihad.
LA RESPUESTA
Como respuesta a este alegato y error interpretativo:
1.- Lo que recuerda el texto de la noble aleya 123 de la Sura 9 al-Tawba, es respecto a los incrédulos. Es imposible que los hipócritas, siendo fieles al sentido de esta aleya, se distingan de los musulmanes. Cuando los exégetas recuerdan las causas del descenso de esta noble aleya, llegan a la conclusión que combatir a los incrédulos obliga a los musulmanes que se centren en combatir y tener precaución respecto a los kufar próximos geográficamente y a no descuidarse con ellos por causa de vigilar al enemigo más remoto. Trazar un círculo defensivo contra los incrédulos, de los más cercanos a los más remotos de una manera gradual es una indicación al combate contra los bizantinos en Sham. , como recuerda el autor del Tafsir al-Tashil sobre esta noble aleya.
Y de igual modo al-Razí, autor del al-Tafsir al-Kabir dice: “Ciertamente que el Altísimo cuando ordena combatir a los idólatras indica con suficiencia a los musulmanes, que la manera más adecuada es comenzar con los más cercanos y después los más alejados”.
Lo que es recordado en las narraciones es que la referencia al enemigo cercano, es sobre los judíos que vivían en torno a Medina como los Bani Quraida, Bani Nadir y los judíos de Jaibar. Dice otro gran exégeta y transmisor de hadiz como Ibn ‘Abbas:“…por ejemplo Bani Quraida, Nadir, Jaibar y como ellos…”.
2. No es mencionado en el Noble Corán ni una sola vez que los munafiqun o hipócritas sean el verdadero enemigo cercano o se considere que ellos sean los incrédulos próximos a los musulmanes, incluso si vivieran entre los musulmanes y tratasen de aprovechar las oportunidades para conspirar contra los musulmanes; beneficiándose de los puntos débiles de la sociedad islámica. A este respecto, muchas de las corrientes takfiríes y extremistas acusan de hipocresía a los que difieren de ellos de entre los sunnís y los shi’a seguidores de la Bendita Familia del Profeta (as), oprimiéndolos y coaccionándolos. Y sin embargo no es posible en base a las aleyas coránicas considerar (que los hipócritas) son los incrédulos próximos a los musulmanes y no está permitido el yihad contra ellos, ni asesinarlos. No hay duda que lo que llevan a cabo las corrientes takfiríes y el Da’esh, que es genocida, tengan base en la noble aleya en absoluto.
3. A pesar que en vida del Profeta (swa) hubo numerosos hipócritas y habiendo descendido a Sura 63 al-Munafiqun o los hipócritas condenando sus acciones, el Profeta (swa) no estableció nunca que debieran ser combatidos. Matarlos no es algo que estuviera en su noble tradición jamás, más aún, su noble método (para enfrentarlos) fue señalarlos y poner en evidencia sus planes. Y en base a esto, el asesinato de lo que las corrientes takfirís consideran como “hipócritas” (musulmanes no wahabitas) no es legal ni se apoya en la tradición del Profeta (swa) jamás en absoluto.
4. Al contrario de lo que muestra la visión de las corrientes takfiríes y el Da’esh, ciertamente que Allah Alabado sea, indica en la Sura al-Tawba la prioridad del yihad contra los incrédulos, precediendo éste al combate contra los hipócritas, cuando dice : يَا أَيُّهَا النَّبِيُّ جَاهِدِ الْكُفَّارَ وَالْمُنَافِقِينَ وَاغْلُظْ عَلَيْهِمْ ۚ وَمَأْوَاهُمْ جَهَنَّمُ ۖ وَبِئْسَ الْمَصِيرُ “ “¡Oh Profeta!, combate a los incrédulos y a los hipócritas y sé rudo con ellos, su morada será el infierno, ¡qué mal destino!”. El texto de la Noble aleya muestra y aclara que combatir a los incrédulos tiene precedencia sobre combatir a los hipócritas y la teoría del Da’esh se opone por tanto al texto y a lo que manifiesta la aleya.
5. La palabra yihad, es empleada y repetida reiteradamente en el Noble Corán como la manera de tratar con los incrédulos y sin embargo no se recuerda su empleo ni una sola vez en referencia a los musulmanes desviados. Se emplea una sola vez referida a los hipócritas y sin embargo, los exégetas han consensuado que el propósito de este yihad es cultural y no militar. Por ello, la gente de conocimiento y los exégetas coinciden en que no se permite el yihad contra los hipócritas; mientras que la interpretación de la noble aleya يَا أَيُّهَا النَّبِيُّ جَاهِدِ الْكُفَّارَ وَالْمُنَافِقِينَ وَاغْلُظْ عَلَيْهِمْ “Oh Profeta, combate a los incrédulos y a los hipócritas y sé rudo con ellos” muestra la obligación del yihad contra los hipócritas. No obstante, la tradición del más Noble de los Profetas (swa) nos demuestra que está prohibido combatirlos (militarmente) y que el propósito del mandato es combatirlos y enfrentarlos intelectualmente. Por tanto es preciso trasladar el sentido de yihad en esta aleya, al yihad mediante la palabra u otro modo similar.
Y esto es lo que confirman las narraciones correctas, cuando al-Tabari en su obra de exégesis Compendio de aclaraciones en la interpretación del Corán y de los Hadices, en el capítulo respecto a esta cuestión cita: “De Ibn ‘Abbas sobre el dicho del Altísimo: (يَا أَيُّهَا النَّبِيُّ جَاهِدِ الْكُفَّارَ وَالْمُنَافِقِينَ وَاغْلُظْ عَلَيْهِمْ “¡Oh Profeta!, combate a los incrédulos y a los hipócritas y sé rudo con ellos”. Ha ordenado Allah el yihad contra los incrédulos mediante la espada y contra los hipócritas mediante la lengua y el desacuerdo con ellos” y ahonda en la aclaración, mostrando que la orden “combate” es para los incrédulos y “sé rudo con ellos” se refiere a ser rudo con los hipócritas mediante la palabra.
Se asienta sobre esta aclaración, que la noble aleya de la Sura al-Tawba no permite a ningún musulmán combatir a sus hermanos incluso si difieren en entendimiento, sino que la aleya proclama la obligación del yihad contra los incrédulos o kufar, que por su proximidad a los musulmanes constituyan un peligro para estos, y ésta es la opinión de la inmensa mayoría de los sabios.
6. Los enemigos incrédulos más próximos a la Comunidad Islámica geográficamente hablando a día de hoy, son los sionistas usurpadores que ocupan parte de varias naciones islámicas (Palestina, Jordania, Egipto, Siria y Líbano) en pleno centro de Dar al-Islam (término jurídico que hace referencia a las tierras dónde el Islam es mayoritario).
¿No es acaso, hoy día, el yihad contra los sionistas usurpadores una obligación asentada sobre el mismo texto de la noble aleyaقَاتِلُوا الَّذِينَ يَلُونَكُم مِّنَ الْكُفَّار “...combatid a los incrédulos que se encuentren próximos a vosotros”, sobre la cual hacen referencia los takfiríes?
¿Acaso la mayor parte de estos grupos de jóvenes musulmanes activos y revolucionarios de las naciones islámicas y no islámicas no debieran priorizar y dirigir sus iras contra los crímenes del sionismo y hacer de ellos mismos bombas de rabia listas para estallar contra la usurpadora entidad israelí, en lugar de asesinar a sus hermanos musulmanes en países islámicos, que es el mayor servicio que pueden hacer para garantizar (en continuidad) a la entidad usurpadora israelí y de la criminal América? Es sabido que esta disputa y guerra civil entre dos facciones de jóvenes musulmanes, celosos, revolucionarios, que debieran enfrentarse a los sionistas, es lo que hace que éstos últimos puedan estar tranquilos.
¿Acaso no nos advirtió Allah sobre este gran peligro y la destrucción de la Umma Islámica mediante un conflicto interno y el enfrentamiento entre hermanos cuando hace una prohibición diciendo وَلَا تَنَازَعُوا فَتَفْشَلُوا وَتَذْهَبَ رِيحُكُمْ “Y no disputéis pues os haríais fracasar y se disiparía vuestra disposición” , prohibiendo esta disputa que es la que presenciamos en nuestros días?.
7. Ciertamente que Allah Altísimo ha prohibido el takfir (anatema) contra quien manifiesta adhesión al Islam en el Noble Corán cuando dijo: يَا أَ
يُّهَا الَّذِينَ آمَنُوا إِذَا ضَرَبْتُمْ فِي سَبِيلِ اللَّـهِ فَتَبَيَّنُوا وَلَا تَقُولُوا لِمَنْ أَلْقَىٰ إِلَيْكُمُ السَّلَامَ لَسْتَ مُؤْمِنًا تَبْتَغُونَ عَرَضَ الْحَيَاةِ الدُّنْيَا فَعِندَ اللَّـهِ مَغَانِمُ كَثِيرَةٌ ۚ كَذَٰلِكَ كُنتُم مِّن قَبْلُ فَمَنَّ اللَّـهُ عَلَيْكُمْ فَتَبَيَّنُوا ۚ إِنَّ اللَّـهَ كَانَ بِمَا تَعْمَلُونَ خَبِيرً “¡Oh aquellos que creéis!, cuando marchéis de expedición por la causa de Allah, discernid y no digáis a quien os diga -Salam- “no eres creyente” buscando las ganancias mundanas pues junto a Allah hay botín abundante , así erais antes y Allah os favoreció, discernid, pues ciertamente Allah está informado de lo que hacéis”.
Recuerdan los exégetas las causas del descenso de esta aleya: “Envió el Enviado de Dios (swa) una partida al mando de Usama Bin Zaid hacia Bani Damrat y en esta tribu se encontraba un hombre llamado Mirdas Bin Nahik ,que tenía una oveja y un camello rojo y cuando les vió, huyó hacia una gruta de la montaña. Usama le siguió y cuando Mirdas hubo escondido la oveja, se dirigió a Usama y su grupo y dijo: “al-Salam ‘aleikum, atestiguo que no hay más Dios que Allah y que Muhammad es el Enviado de Allah” y Usama corrió hacia él y le mató por causa del camello y de la oveja. El Profeta (swa) había querido, al enviar a Usama al mando, distinguirlo y preguntar respecto a él a sus compañeros. Cuando volvieron no les preguntó y el grupo habló con el Profeta (swa) y dijeron: “¡Oh Enviado de Allah si hubieras visto a Usama! Un hombre se le acercó y dijo “¡No hay más Dios que Allah y Muhammad es el Enviado de Allah,y él lo mató! “Y el Profeta (swa) se opuso (a lo que decían) y cuando fueron más los que le insistían, alzó su cabeza hacía Usama y dijo: “¿Cómo tú( hiciste eso) juro que no hay más Dios que Allah? y Usama respondió: “Oh Enviado de Allah, ¡lo dijo por temor, buscando ampararse en ello! Y el Enviado de Dios (swa) le dijo: ¿”Acaso le abriste y miraste su corazón? Que Allah acepte vuestro arrepentimiento”. Y Usama juró que no combatiría a ningún hombre que dijera “No hay más Dios que Allah” después de esto.
Desde esta perspectiva, que el Da’esh y los takfiríes consideren la hipocresía de un musulmán como lo peor, sea sunní o shi’í, no tiene base. Puesto que el sentido de la hipocresía es aparentar exteriormente Islam e interiormente ser incrédulo; la situación de los sunníes (que discrepan del Da’esh y los takfiríes) e igualmente la de los shi’a, es que exteriorizan su adhesión a los dos testimonios de fe (shahadatain) y creen en ellos de corazón, así como sus acciones están llenas de fe y firmeza respecto a los fundamentos islámicos y utilizan estos fundamentos en sus libros de exégesis y de jurisprudencia; haciendo referencia a dichos principios mediante pruebas lógicas y tanto los shii’a como los hermanos de Ahl sunna igualmente creen en la intermediación, la intercesión y en seguir el ejemplo de los awliya' y no hacen disimulo respecto a estas cuestiones debatiendo y defendiendo estas cuestiones, ante los wahabbíes en voz alta.
8. Es obligado para todo musulmán deducir el conocimiento de quién es incrédulo y quién es musulmán a partir de los hadices del más grande de los Profetas (sws) que dijo: “¿Acaso sabéis lo qué es la fe en Allah, El Único? Dijeron “Allah y Su Enviado saben más” y dijo sws. Atestiguar que no hay más Dios que Allah y que Muhammad es el Enviado de Allah, y hacer el salat, y dar el zakat y ayunar en Ramadán y que entreguéis de vuestras ganancias el quinto…..”
Este noble hadiz aclara que quien atestigua la Unidad de Dios, Poderoso y Majestuoso y la profecía del Enviado (swa), realiza la oración, da el zakat , ayuna y paga el quinto, es musulmán y es obvio que los sunníes que difieren de los takfiries y los shí’a seguidores de la Gente de la Casa del Profeta (swa) creen en estos principios, y de manera particular los seguidores de Ahl al Bayt as. creen en los fundamentos del Islam y actúan según sus mandatos legales.
9. Mirando la primera página de las recopilaciones de hadiz Sahih de al-Bujarí y de Muslim; podemos ver el hadiz en el que el más grande Enviado (swa) prohíbe combatir a los musulmanes contra la gente si manifiestan adherirse a los dos testimonios de fe, hacen salat, ayunan y entregan el zakat. Dijo (swa):“Se ha ordenado combatir a la gente hasta que atestigüen que no hay más Dios que Allah y que Muhammad es el Enviado de Allah y realicen el salat y entreguen el zakat y si hacen esto, sus vidas y sus bienes estarán protegidas, salvo por el derecho del Islam y sus cuentas con Dios (si cometen crímenes).
Y en otro hadiz narra al-Bujarí de Anas bin Malik, que dijo el Enviado de Dios (swa):“ Quien rece nuestra oración, se dirija a nuestra qibla y coma sacrificando como nosotros, ése es musulmán bajo la protección de Allah y de Su Enviado. No menosprecies la protección de Allah”.
Este hadiz y de igual modo otros miles indican que no está permitido hacer referencia a incredulidad o idolatría sobre quienes manifiestamente se adhieren a los dos testimonios de fe (Unidad Divina y profecía de Muhammad (swa) y que no se puede actuar en contra de sus vidas ni sus propiedades bajo ningún pretexto, sino que por el contrario, manifestar la adhesión a los dos testimonios supone encontrarse bajo la protección del Islam y ser tratado como musulmán, con la vida, el honor y las propiedades a salvo.
10. Sobre la base de la Ley Islámica incluso los incrédulos, se encontrarán a salvo si no realizan acciones hostiles o tratan de expulsar al Profeta (swa) y a los musulmanes de sus casas: no está permitido combatirles. Si miramos con atención la Sura al-Tawba, podemos entender que el contexto general de dicha sura bendita es el combate a los idólatras que siempre habían manifestado hostilidad, conspirado y guerreado contra el Islam. Son estos según la concepción legal, quienes se asimilan a combatientes hostiles. El propósito de la sura no se extiende más que a este grupo, cuando dice Allah: أَلَا تُقَاتِلُونَ قَوْمًا نَّكَثُوا أَيْمَانَهُمْ وَهَمُّوا بِإِخْرَاجِ الرَّسُولِ وَهُم بَدَءُوكُمْ أَوَّلَ مَرَّةٍ ۚ أَتَخْشَوْنَهُمْ ۚ فَاللَّـهُ أَحَقُّ أَن تَخْشَوْهُ إِن كُنتُم مُّؤْمِنِينَ “¿Acaso no combatiréis al grupo que incumple sus promesas e intentan expulsar al Enviado e iniciaron las hostilidades? ¿Acaso les teméis? Allah tiene más derecho a que le temáis si es que sois creyentes” . En la aleya precedente, Allah ordena el combate contra la falsedad (tagat) de los incrédulos, puesto que el yihad y el combate contra ellos traerá la seguridad y el resguardo para los creyentes que son hostilizados por la opresión de los kufar.
Sobre lo que nos es recordado anteriormente en el contexto general de la Sura al-Tawba y desde su principio, es la palabra respecto a la falsedad, a los combatientes incrédulos y no respecto a los incrédulos e idólatras que se encuentren en situación de paz con los musulmanes, pues éstos tienen derechos singularizados y el Noble Corán no permite combatirlos: إِلَّا الَّذِينَ عَاهَدتُّم مِّنَ الْمُشْرِكِينَ ثُمَّ لَمْ يَنقُصُوكُمْ شَيْئًا وَلَمْ يُظَاهِرُوا عَلَيْكُمْ…”Salvo aquellos idólatras que hayan suscrito acuerdos con vosotros y no los hayan violado en nada y que se manifiesten contra vosotros” . El error del Da’esh y de los takfiríes es no saber distinguir entre estos dos tipos de aleyas; cuando conjeturan que el Corán nos autoriza (a los musulmanes) a combatir a cualquier persona a la que consideremos incrédula, siendo esta interpretación errada y alejada del sentido manifiesto del Noble Corán cuando Allah Alabado sea dice: وَقَاتِلُوا فِي سَبِيلِ اللَّـهِ الَّذِينَ يُقَاتِلُونَكُمْ وَلَا تَعْتَدُوا ۚ إِنَّ اللَّـهَ لَا يُحِبُّ الْمُعْتَدِينَ Combatid por la causa de Dios a aquellos que os combatan pero no seáis agresores, ciertamente Allah no ama a los agresores”.
11. Entre las tradiciones del Profeta (sws) en las guerras y aún en la guerra contra los incrédulos y los agresores, está que él (swa) se conformaba únicamente con combatir y matar a los soldados atacantes y no se enfrentó a gente indefensa nunca. En este contexto, vemos que él (swa) cuando enviaba expediciones a combatir a los idólatras, como la expedición de ‘Abdul Rahman bin ‘Auf para combatir a la tribu de Kalb en el año sexto de la Hégira, les aconsejó: “En particular que tuvieran temor de Dios y el bien para quien estuviera con él de entre los musulmanes, y seguidamente les dijo que atacaran en el nombre de Allah y que por la causa de Allah combatieran a quienes fueran incrédulos, que los acometiesen pero que no fueran vengativos, ni pérfidos, ni actuaran del mismo modo que ellos, que no mataran niños y que según dijo (swa): “cuando se aproxime el enemigo de entre los idólatras, ofrécele tres oportunidades o ventajas (para que depongan su actitud hostil) y según sea su respuesta acéptala y confórmate, seguidamente invítalos al Islam y acepta lo que te respondan y confórmate, seguidamente reitera la invitación casa por casa (El Profeta (swa) le está indicando a su Comandante que en ningún caso realice un ataque general y que sea absolutamente selectivo).
Del mismo modo el consejo de Abu Bakr a los comandantes de las tropas explica: “No seáis vengativos ni actuéis pérfidamente y no os excedáis ni corrompáis las tierras” y de igual manera les aconsejó no matar a las mujeres ni a los niños ni a los ancianos , “y no taléis los árboles frutales”.
Como ‘Umar bin al-Jattab aconsejó a sus ejércitos cuando se disponían para el combate: “Combatid por la causa de Allah a quien descrea de Él...no seáis como ellos en la fuerza ni os excedáis manifiestamente, ni matéis a los ancianos, ni a las mujeres ni a los niños...” . Entonces surge la pregunta, ¿acaso las acciones de esos extremistas, takfiríes y Da’esh que matan mujeres, ancianos, bebés y gente indefensa que se encontraban en sus casas y que nunca se presentaron al combate, son conformes y acordes a los consejos del más grande de los Enviados (swa) y de los califas bien guiados del madhhab sunní?
12. Ciertamente el apoyo (la base jurídica) del Da’esh y los takfiríes , en el combate de Abu Bakr contra los apóstatas no es exacto y es extremadamente débil. Pues como manifiestan los propios takfiríes, Abu Bakr combatió a los renegados que salieron del Islam (abiertamente) y no combatió a quienes rezaban o a quienes eran apóstatas (ocultamente) por su hipocresía entre la gente de Medina. El primer califa combatió a aquellos que proclamaban ser profetas, como Masilma el Mentiroso, o Aswad al-‘Ansa que no se islamizaron nunca, diremos incluso que su apostasía es posterior al Islam, pues ellos se consideraban a sí mismos asociados a la Profecía del más grande de los Enviados (swa) en vida de este y él (swa) envió a combatirles al final de su noble vida, pues ellos dos, ejemplificaban el más importantes peligro para los musulmanes. Y si la indicación de los takfiríes y el Da’esh sobre la obligación de combatir al enemigo próximo (según ellos, primero el hipócrita y luego el káfir) fuera correcta, hubiera sido obligatorio para Abu Bakr combatir a los hipócritas de Medina antes que combatir a los apóstatas y los incrédulos como Taliha o Masilma (falsos profetas), pues no hay duda que los hipócritas después de la muerte del Enviado de Dios (swa) existían y su número había aumentado. Abu Bakr combatió a los apóstatas en lugar de tratar de averiguar la identidad de los hipócritas y matarlos. Incluso en el asunto de combatir a quienes se negaron a pagar el zakat, Abu Bakr no inició el combate contra ellos hasta que le informaron que habían hecho apostasía y habían negado la profecía del Enviado de Allah (swa) y si no le hubieran llegado las noticias sobre esta apostasía no hubiera empezado a combatirles.
13. Es preciso que el Da’esh, los takfiríes y los seguidores del wahhabismo, sepan que los seguidores de las otras escuelas islámicas, como los hanafíes, los malikíes, los shafi’íes, los hanbalíes o los shi'íes. No son incrédulos ni son hipócritas, pues ellos proclaman los dos testimonios de fe (shahadatain) se adscriben a ellos de todo corazón, se adhieren a la inspiración divina del Noble Corán, a la Unidad Divina (Tawhid) y a la creencia en la otra vida. Asimismo, actúan según las leyes y mandatos islámicos como realizar la oración, ayunar, entregar el quinto, el zakat y la peregrinación y sus diferencias con los wahhabíes existen en torno a la legalidad de algunas prácticas religiosas como visitar la tumba del Profeta (swa), la intermediación o la intercesión de los Profetas y los íntimos de Allah o awliya' (as). Incluso si tuviéramos que polemizar con ellos porque tuvieran el criterio confundido, éstas son diferencias de interpretación respecto al entendimiento de los textos religiosos que no devienen en incredulidad ni en quedar fuera de la religión.
No se permite la guerra ni el combate entre los seguidores de las diferentes escuelas islámicas causadas por las diferencias en los fundamentos o la jurisprudencia. La guerra entre musulmanes según la ley religiosa es ilícita (haram). El siguiente principio “para el muytahid (sabio que deduce las normas) acertado, dos recompensas, mientras que para el errado una sola”, que se asienta sobre la base legal en la que existe consenso de todos los juriconsultos de la Umma islámica; todos los seguidores de las diferentes escuelas jurídicas islámicas están recompensados por parte de Allah Altísimo. ¿Y cómo según esto, va a estar permitido matarles?.
Según la visión de los wahabbíes takfiríes y Da’esh que consideran criminales a los shafi’íes seguidores del imam al-Shafi'í, pecadores a los hanafíes seguidores del imam Abu Hanifa, a los malikíes seguidores del imam Malik y a los shi'a seguidores del Imam Ya’afar al-Sadiq (as) por cuestiones diversas; el crimen o pecado no sería otro que seguir a alguno de estos Imames. Este “pecado” no serviría de justificación nunca, y es imposible que sea la base para permitir el takfir (anatema) y matar a los seguidores de los diferentes madhahib (Escuelas jurídicas), más aún, estamos obligados a respetar la vida, la propiedad y el honor de los demás, así como es inexcusable debatir en torno a las diferencias con métodos intelectuales para aprender el conocimiento de la realidad del Islam.
EL RESULTADO
En base a las aleyas que hemos recordado del Dhikr al-Hakim (Recuerdo Juicioso, uno de los sobrenombres del Sagrado Corán), lo que realizan las corrientes takfiríes, matando y exterminando musulmanes, sunníes y shi’íes, no tiene ninguna base o indicación coránica. El propósito de la advertencia de la noble aleya 123 de la Sura al-Tawba,hacia los incrédulos cercanos que se encuentren próximos a los musulmanes, se refiere a los incrédulos que no tienen fe en el Islam, el Corán ni en la profecía de Muhammad (swa) y éstos son quienes planean y fomentan las luchas internas entre los musulmanes y viven en medio de ellos.
Estos incrédulos a combatir a día de hoy, están representados por los sionistas agresores en la Palestina ocupada; pues es imposible que los musulmanes shi’ís o sunnís se asimilen a kufar o a los destinatarios del propósito de la aleya 123 de la Sura al-Tawba, jamás.
Mientras que los takfiríes que asesinan a musulmanes inocentes, son sobre quienes se advierte en esta noble aleya: وَمَن يَقْتُلْ مُؤْمِنًا مُّتَعَمِّدًا فَجَزَاؤُهُ جَهَنَّمُ خَالِدًا فِيهَا وَغَضِبَ اللَّـهُ عَلَيْهِ وَلَعَنَهُ وَأَعَدَّ لَهُ عَذَابًا عَظِيمًا “Y quien mate a un creyente premeditadamente su recompensa será el infierno donde estará eternamente y Dios se enojará y lo maldecirá y le incrementará el castigo inmensamente”.
Wa Salam.
Traducido por Seyed Anuar Ben Abderrahman
Edición y corrección Violeta Amina Benavides
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