El primer ministro paquistaní, Nawaz Sharif, anunció un día de luto nacional y la concesión póstuma de la condecoración Nishan-i-Imtiaz, el mayor honor que puede recibir un civil en Pakistán.
"Hay pocos hombres que han hecho tanto bien y marcado tanto la diferencia en la vida y la subsistencia de los paquistaníes como Abdul Sattar Edhi" afirmó Sharif en un comunicado.
En un país dividido fue llamativo que el fallecimiento de Edhi ha unido la posición de las autoridades y la oposición pakistaní, ya que el líder opositor Omran Khan dirigió un saludo al alma del gran hombre y expresó su “profunda tristeza por la partida física de Edhi” que llevaba en sus entrañas un alma noble.
Nacido en una familia de comerciantes en el estado indio de Gujarat en 1928, Edhi llegó a Pakistán en 1947, tras la partición del subcontinente.
La incapacidad del Gobierno para ayudar a su madre, paralizada y con problemas mentales, supuso un punto de inflexión en la vida del que se convertiría en el mayor filántropo del país.
Lleno de idealismo y sin apenas medios, Edhi abrió su primera clínica en Karachi en 1951, semilla de lo que se convertiría en un imperio solidario compuesto por salas de maternidad, orfanatos, morgues, casas para los ancianos y hospitales.
El mayor símbolo de la Fundación Edhi son las 1.500 ambulancias y 3 helicópteros que rápida y eficazmente llegan a los escenarios de los abundantes ataques terroristas o catástrofes naturales que sufre el país.
Un aura de ascetismo rodeaba a Edhi, que solo tenía dos mudas de ropa y dormía en una habitación sin ventanas y apenas muebles en las oficinas de su fundación.
Símbolo de austeridad y humanismo en un país donde los políticos son acusados regularmente de corrupción y dividido por la violencia sectaria y religiosa, Edhi era considerado un "santo viviente" y una suerte de Madre Teresa por socorrer a los necesitados sin hacer distinciones y por su estilo de vida ascético.
"Quería ser enterrado con la misma ropa que solía vestir. También quería donar sus órganos"
Fue propuesto para el Premio Nobel en varias oportunidades, cuya última ha sido en el 2016, pero la obtuvo su coterránea la activista pakistaní por la Educación y particularmente de las mujeres Milala Youssef. El gran filántropo fue enterrado ayer sábado en Karachi.
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