El oficial general al mando de la 1ª división del Ejército de Nigeria, Adeniyi Oyebade, un general de división que autorizó el pasado diciembre la operación militar que masacró al menos a 347 miembros desarmados del Movimiento Islámico en Zaria, deberá ser perseguido criminalmente ha dictaminado en su informe final una comisión judicial de investigación de homicidios.
La comisión de investigación, establecida por el gobierno del Estado de Kaduna, acusó al Sr. Oyebade y a otros altos oficiales del ejército por el ataque.
El informe de la comisión fue presentado al gobernador Nasir al-Rufai el viernes, pero sus detalles todavía no se han hecho públicos.
La indisriminada masacre encendió los sentimientos de condenas en todo el mundo, y varios informes de investigación dijeron que cientos de personas fueron asesinadas por las tropas gubernamentales y enterrados secretamente en fosas comunes en Zaria, Estado de Kaduna.
Por su parte, el Movimiento Islámico de Nigeria declaró que perdió más de un millar de miembros en el ataque que tuvo lugar entre los días 12 y 14 de diciembre de 2015 en sus sede de Zaria. Ellos también dieron a conocer los nombres de los desaparecidos.
Un representante del gobierno del Estado de Kaduna dijo a la comisión de investigación que 347 cuerpos fueron entregados por el ejército para un entierro masivo en secreto.
Pero a pesar de las pruebas, el ejército afirmó que asesinó sólo a siete musulmanes shiítas que supuestamente habían bloqueado la vía pública y tratado de asesinar a su jefe, Tukur Buratai, un teniente general.
Éste reclamó que las tropas sólo utilizaron la fuerza después de que quedó claro que la vida del señor Buratai ¡estaba en peligro!
El líder del Movimiento Islámico de Nigeria, Sheij Ibrahim Zakzaky, quien fue arrestado por soldados durante la operación, sigue prisionero después de siete meses de ocurrida la masacre.
Los ataques nunca fueron condenados por la jerarquía del ejército o la administración de Muhammadu Buhari, actual presidente de Nigeria.
Después de su silencio inicial, el Sr. Buhari sugirió durante una entrevista televisada el 30 de diciembre que las víctimas invitaron a la ira de los militares sobre sí mismos por ‘golpear en el pecho a los generales’.
El informe no aportó ningún tipo de culpa al gobierno federal ni a la dirección del ejército, encabezado por el Sr. Buratai.
Aún así, sus detalles vislumbran de lo que claramente fue un uso letal de desproporcionada fuerza militar en la represión de un malestar social. El informe confirmó que desde todo punto de vista, las ejecuciones se llevaron a cabo en una escala horrorosa.
Jalil SAHURIE (@alsahurie)
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