Quizás la evidencia más incriminatoria de apoyo a la colonización ilegal e inmoral del apartheid israelí de Palestina es la recomendación de que la UE desarrolle "nuevas directrices que diferencien entre Israel y sus asentamientos ilegales", según el observador de la UE.
Una vez más, Israel está haciendo un gran esfuerzo para evitar la discusión de un documento de la UE entre las instituciones europeas. El informe interno, redactado en diciembre de 2015 y luego respaldo por todos los estados miembros de la UE, atribuye el desarrollo de la Intifada (levantamiento) en Jerusalén contra “la ocupación israelí”. Se incluyó una referencia a las condiciones de vida de los ciudadanos palestinos y la falta de aplicación del paradigma de los dos estados.
El observador de la UE, que revisó el informe de 39 páginas, ha declarado que el documento pretende ser una referencia para los ministros de relaciones exteriores de la UE y “de las propuestas presentadas por el Servicio Exterior de la UE.”
Si bien tiene una gran escasez de hechos, el informe está plagado de contradicciones que marcan el ciclo constante de la condena y el apaciguamiento de Israel a expensas de la retención de las narrativas palestinas. El Jerusalem Post, periódico israelí, ha considerado que el documento de la UE está lejos de la afirmación del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, que Israel y el resto del mundo se enfrentan a las mismas amenazas terroristas. Retóricamente, la UE se ha distanciado de las declaraciones generales de Netanyahu que generalizan cada incidente terrorista con el fin de normalizar la violencia del Israel contra la resistencia palestina. Sin embargo, como en otras ocasiones, la UE ha desarrollado sus propias estrategias que sostienen la narrativa de Israel a nivel regional e internacional.
El informe es ambiguo en extremo. “Algunos autores palestinos de ataques individuales”, explica, “aparentemente, han muerto por disparos en situaciones en las que ya no suponen una amenaza.” A pesar de que Netanyahu ante sí mismo refrende públicamente tales ejecuciones extrajudiciales, la UE ha preferido someter los hechos a la hipótesis a través el uso de terminología como “aparentemente”, “aparecido” y “equivalentes quizá en algunos casos de homicidios ilegítimos” al no condenar tales homicidios ilegítimos de forma explícita, el discurso sugiere la aprobación tácita de la UE de la violencia estatal y de los colonos israelíes. Esto se ilustra con más detalle en la cláusula estándar de equivalencia del informe de que “ambas partes” han incurrido en “retórica inflamatoria”, lo que anula el hecho de que la resistencia palestina es una respuesta legítima a la violencia colonial israelí.
La jefa de Relaciones Exteriores de la UE, Federica Mogherini, se ha opuesto a la propuesta de que “los colonos violentos conocidos y los que piden los actos de violencia” se deben poner bajo la prohibición de obtener visados de la UE. De acuerdo con Mogherini: “No hay actualmente ninguna posibilidad de sancionar a nadie. La cuestión es más bien la forma de motivar a la gente a… reiniciar las conversaciones de paz. “Tal indulgencia trabaja en concordancia con la política de Israel hacia los terroristas entre los colonos que están protegidos en su mayoría por el estado colonial, lo que les permite actuar con impunidad”.
Quizás la evidencia más incriminatoria de apoyo a la colonización israelí es la recomendación de que la UE desarrolle “nuevas directrices que diferencien entre Israel y sus asentamientos ilegales”, según el observador de la UE. Esta distinción ha sido un beneficio interminable para Israel y sus implicaciones son muchas, incluyendo la negativa a reconocer el hecho de que Israel es una entidad colonial y que su manifestación es contraria a los principios consagrados en el derecho internacional. La referencia a Israel como “potencia ocupante” sin ninguna referencia a la colonización de facto absuelve a Israel y a la comunidad internacional de la responsabilidad a la hora de reconocer el derecho de los palestinos a la resistencia y la liberación. A menos que se rectifique esta anomalía, todos los informes emitidos por la UE serán inherentemente sesgados hacia Israel, independientemente del contenido. El tratamiento de la expansión colonial como un fenómeno reciente es una transgresión de la verdad y un impedimento para la lucha palestina, aunque estasea, después de todo, la aparente intención internacional detrás de este engaño flagrante.
Ramona Wadi
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