El jefe de la delegación gubernamental, Abdelmalak Al-Mejlafi, expresó su descontento por la conclusión de las consultas, sin lograr la paz aspirada por el pueblo yemení.
En su cuenta de Twitter, el también viceprimer ministro y ministro yemení de Relaciones Exteriores acusó al movimiento Ansarulá y al Congreso General del Pueblo de obstaculizar las conversaciones y persistir en continuar la guerra.
Indicó que el gobierno del fugitivo presidente Abed Rabbo Mansur Hadi presentó todo en nombre de la paz y aceptó el borrador de acuerdo que propuso el enviado especial de la ONU para Yemen, Ismail Ould Cheikh Ahmed, para resolver la crisis, pero la otra parte rechazó firmarlo.
Según Al-Mejlafi, Cheikh Ahmed proseguirá su misión destinada a hallar un arreglo definitivo y abarcador al conflicto y materializar la paz en Yemen, pero adelantó que este sábado no habrá ni reunión conjunta final ni comunicado final.
De acuerdo con el plan sugerido por Cheikh Ahmed, los rebeldes shiítas huzíes del Movimiento Ansarulá y sus aliados debían retirarse de las ciudades que dominan, entregar su armamento, restituir las instituciones del Estado y formar un gobierno de unidad y reconciliación nacional.
Los rebeldes huzíes consideraron que aceptar tales exigencias implicaría una suerte de capitulación y, por el contrario, este sábado nombraron el Consejo Político Supremo conjuntamente con las fuerzas de Saleh para gobernar Yemen.
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