Según la Agencia Noticiosa Ahlul Bait (ABNA) – Los defensores la laicidad la definen como la desesperada necesidad de querer escapar de las manos de los gobiernos feudales y de la doctrina de la Iglesia Católica Romana. Esta separación de la Iglesia y el Estado se implementó en 1905 con el fin de validar a Francia como un poder individualista, en lugar de un servidor del catolicismo. Durante el rápido avance de un siglo en conjunto con algunos cambios ocurridos en el camino, vemos el énfasis de Francia en lo relativo al secularismo; graficado en la imagen de un oficial de policía forzando a una mujer musulmana a sacarse su burkini en una playa, al estar “expuesta al público”. No son sólo los franceses los que no han entendido la frase tantas veces traducida de "liberté, égalité, fraternité" [Libertad, igualdad y fraternidad].
Aunque el decreto de "laicidad" de Francia había sido puesto en juego al inicio del siglo XX, su primer acto extremista contra la vestimenta musulmana fue en 1989 con el caso llamado "l'affaire du foulard".
Este incidente, donde se suspendieron a tres estudiantes musulmanas por llevar hiyab en la escuela, provocó la discusión por lo que realmente implicaba la "laicidad". Pero […] ¿Por qué entonces? ¿Por qué tomó casi un siglo para que la discusión comenzara? La verdad de la cuestión detrás de la preferencia de Francia por insistir en la vestimenta de las mujeres musulmanas no ejemplifica su dedicación a crear una república igualitaria, sino más bien una respuesta a sus crecientes temores después de los actos terroristas.
Aunque la prohibición de burkini fue levantada hace algunos meses [el 26 de agosto de 2016], las verdades que surgieron tras las protestas del pueblo francés contra la suspensión de su uso no sugieren una relación prometedora entre Francia y sus 7 millones de musulmanes. La mera suspensión de la prohibición no erradicó la discriminación que enfrentan los musulmanes en Francia.
A pesar de que los debates y las tensiones estallaron nacionalmente, también van aumentando a medida que pasaba el tiempo, los recientes comentarios del presidente de Francia, François Hollande, sobre las mujeres musulmanas es una preocupante evidencia de que nada se ha resuelto. Hollande declaró que si se les daba la opción, las mujeres musulmanas no usarían hiyab, sino que preferirían la “libertad a la esclavitud”.
Siendo una joven musulmana estudiante de francés, con el sueño crónico y doloroso de viajar a Francia, me encuentre en una posición muy frustrante. Después de pasar los últimos cinco años de mi vida aprendiendo el idioma, practicando las etiquetas y explorando el abanico cultural de Francia. ¿Cómo se descarrila una nación tan rica en cultura, dignidad y belleza por temor? Las excusas del gobierno ha proporcionado para justificar sus acciones son ridículamente transparente y defectuoso. Cuando defienden sus faltas al afirmar que protegen a la nación y crean imparcialidad, en realidad están generando una atmósfera de hostilidad.
Los terroristas wahabíes es con quienes se está luchando, y ellos alimentan de las angustias de los ciudadanos musulmanes maltratados. Lo que alguna vez fue visto como una matanza sin sentido [las invasiones a países musulmanes], ahora es visto como una venganza [de occidente contra los países musulmanes]. Así afirma Francia que puede neutralizar esta situación, lo que es falso.
Otros han afirmado que sus escrúpulos contra el hiyab y el burqa están relacionados con el feminismo y su posición contra la “supuesta opresión”. El problema con esto es que la idea de la “opresión” en la sociedad occidental no es algo certero del todo. De hecho, la noción de su propia definición de la opresión es tan concreta en sus mentes que van tan lejos como para asumir que liberar a las mujeres musulmanas depende de cambiar sus vestimentas religiosas de alguna manera; lo que ellos definen que es "liberarlas".
Lo que la sociedad, así como el presidente Hollande, no se dan cuenta es que decirle a una mujer que lo que no debe usar es tan perjudicial como decirle qué debe usarlo. La elección de una mujer de llevar hiyab es privada, emocional y espiritualmente. Es su declaración de modestia y fidelidad al Islam. Cuando le quitas la conexión con su espiritualidad, tú eres quien la oprime, no el velo que usa para cubrirse el pelo.
Pero el gobierno de Francia no ve esto. En cambio, interpretan la imagen de una mujer con hiyab como la desviación de la identidad francesa, y en lugar de abrazar la individualidad de sus ciudadanos, Francia elige ahogar sus libertades individuales en un excesivo intento de apagar sus propios miedos. A su vez, el verdadero enemigo de la estabilidad de la república acaba siendo la misma república.; y a eso el presidente Hollande, no puede culpar a los hiyab.
Syeda Khaula Saad es una estudiante de segundo año de la Facultad de Artes y Ciencias.
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