Según la Agencia Noticiosa Ahlul Bait (ABNA) – Centenares de construcciones en los pueblos de la minoría musulmana rohinya en Birmania fueron incendiadas intencionalmente, revelan imágenes satelitales.
El norte del estado de Rakáin, fronterizo de Bangladés y poblado por la minoría musulmana rohinya, está en estado de emergencia desde que ataques sorpresa en puestos fronterizos dejaron nueve policías muertos el mes pasado. Las autoridades birmanas culparon a los musulmanes rohinyas, mientras que otros acusan a grupos armados de Bangladés.
Los soldados birmanos masacraron a varias decenas de esta comunidad discriminada y detuvieron a montones en la búsqueda de los responsables de los ataques. El sábado, se registraron nuevos incidentes violentos que dejaron dos ocho muertos, entre ellos dos militares.
La crisis y los informes de graves abusos a los derechos humanos que se han cometido en este periodo de estado de emergencia aumentó la presión internacional sobre el nuevo gobierno birmano y plantea interrogantes sobre su capacidad para controlar a los militares.
Las autoridades restringieron el acceso al área, lo que dificulta la constatación independiente de los informes del Gobierno o de las acusaciones de abusos de los militares.
El Observatorio de Derechos Humanos (HRW, por sus siglas en inglés), ha publicado este domingo nuevas imágenes satelitales que evidencian masivos incendios intencionados en pueblos rohinyas. Su análisis muestra más de 400 construcciones incendiadas en tres localidades rohingas en donde se registraron enfrentamientos.
El grupo ha indicado que el fuego y las marcas dejan señales que la mayoría de las destrucciones fueron causadas por incendios intencionados. Las últimas imágenes se registraron el 10 de noviembre. Brad Adams, el director para Asia de HRW, ha dicho que las nuevas fotos muestran "una extendida destrucción" que era "más importante de lo que creímos inicialmente".
El gobierno y los militares rechazaron las acusaciones que señalan como responsables de los incendios a las tropas birmanas, y acusaron a los rohingas.
Desde el año 2012 el estado de Rakáin ha sido escenario de violencia comunal a manos de extremistas budistas. El gobierno niega la plena ciudadanía a los musulmanes, y los considera como inmigrantes indocumentados de Bangladés, a pesar de que hayan vivido en Birmania por generaciones.
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