Erik Gandini, director de origen italiano aunque con base de operaciones en el país escandinavo, ha convertido este interrogante en la suerte de un documental, La teoría sueca del amor, en el que explora las fisuras emocionales de uno de los representantes más exitosos del llamado 'estado del bienestar'.
La pasada semana, Gandini explicaba en el Festival Internacional de Cine Documental y Cortometraje de Bilbao, que el metraje sirve para explorar " si una sociedad económicamente acomodada es sinónimo de sociedad feliz".
Teoría sueca del amor ahonda en las consecuencias más acuciantes de un manifiesto titulado La familia del futuro: una política socialista para la familia (1972). Olaf Palme fue el cerebro de aquel documento a través del cual se pretendía poner en la mesa las directrices de la política estatal en cuanto al concepto tradicional de la familia. " Toda relación humana verdadera se tiene que sustentar en el principio de independencia entre las personas", rezaba firme una de sus líneas.
Sin embargo, es posible que Palme no fuera consciente de que pasadas unas décadas su documento llevaría a la construcción de una "sociedad de individuos incapaces de socializarse".
En 2016, según los representantes del ciclo cinematográfico, "Suecia tiene una estadística devastadora: la mitad de su población vive sola".
Y todavía hay más: "el 25% de la gente muere sola sin que nadie reclame su cuerpo".
De hecho, en uno de los pedazos del documental, Gandini se hace eco de un caso alarmante y aún así común en el país escandinavo: el cadáver de un hombre rico yació dos años en su casa antes de que alguien lo descubriera.
La producción muestra de la forma más humana posible estos datos y grietas de un sistema "perfecto". A través del paseo del director por el estilo de vida sueco, La teoría del amor sueca nos muestra un país con el menor nivel de pobreza en el mundo, según la ONU, pero con multitud de vacíos existenciales en sus habitantes.
Aunque el análisis es grave, el metraje de Gandini, que se estrenará en cines a lo largo de todo el mes de noviembre en toda España, hace gala de un particular humor para mostrar los daños colaterales de la cuna del verdadero Estado de Bienestar: mujeres que paren solas y hombres que eyaculan en un vaso; la ciencia que inventa dispositivos para producir citas virtuales con olores, sabores y finales felices para los que están solos...
Si algo saca a relucir en el documental, es que Suecia está agotándose a sí misma y su fallo, su gran patología es, precisamente, el monstruo de la soledad.
En Teoría del amor sueca se lanza una cuestión importante: ¿cuál es el verdadero secreto de la felicidad?
Gandini profundiza en ello y explica que "lo que empieza como un viaje interno por Suecia analizando experiencias extremas termina en uno de los rincones del planeta socialmente más diferentes respecto del país escandinavo: Etiopía, donde el nivel de pobreza económica es inversamente proporcional al grado de felicidad de su población".
Quizá la respuesta al interrogante sobre la receta para felicidad se trate, como descubre el realizador, "en el sentido de comunidad y la superación de las dificultades". Y de esto, Suecia aún tiene mucho que aprender.
Por Andrea Bescós
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