A pesar de hallarse entre dos fuegos, atacados simultáneamente por los refuerzos terroristas provenientes de Idlib y los terroristas del este de Alepo, los combatientes del Hezbolá lograron mantener sus posiciones en el oeste de Alepo e impedir la ruptura del cerco.
Impresionados por esa hazaña, representantes de las fuerzas armadas rusas solicitaron un encuentro con el Hezbolá para estudiar sus métodos de lucha. Un primer contacto entre los rusos y el Hezbolá libanés había tenido lugar en ocasión de la batalla de Deraa.
Como resultado de este segundo encuentro, las técnicas de lucha del Hezbolá serán incluidas en los programas de estudios de las academias militares rusas y se establecerá una coordinación entre las fuerzas armadas rusas y la resistencia libanesa.
Rusia no mantiene actualmente ningún contacto permanente con los partidos políticos libaneses, exceptuando únicamente el Partido Democrático del príncipe Talal Arslane –aliado del Hezbolá. Por el momento, la influencia sobre la vida política libanesa está compartida entre Arabia Saudí, Estados Unidos, Francia e Israel.
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