Al hablar en un acto de conmemoración del Día del Estudiante, Rouhani subrayó que la república islámica no fue ni será una amenaza para la paz internacional, y consideró que la reciente renovación de sanciones por parte de Washington prueba que sigue siendo un enemigo.
Señaló que al fomentar y capitalizar las disputas por el programa nuclear iraní, la Casa Blanca intentó persuadir a otros países de Occidente de que la República Islámica constituía un peligro para la seguridad y la estabilidad de sus vecinos, así como para Europa y la paz global.
'Ellos remitieron el asunto nuclear iraní al Consejo de Seguridad de la ONU e identificaron a Irán como la llamada amenaza a la paz y la seguridad internacionales bajo el capítulo VII de la Carta de la ONU', recalcó el mandatario.
Enfatizó que la prolongación por otros 10 años de la denominada ley de Sanciones a Irán, por decisión del Congreso norteamericano, desatará una dura reacción y probó que Estados Unidos es enemigo de Irán.
Si el presidente Barack Obama la sanciona -como todo indica-, la aplicación de dicha normativa sería una flagrante y clara violación del acuerdo nuclear suscrito en julio de 2015 por Irán y seis potencias mundiales, incluido Estados Unidos.
Rouhani aclaró que en las tratativas nucleares su gobierno no actuó solo y contó con la cercana supervisión e implicación del Líder Supremo de la Revolución Islámica, Ayatolá Alí Jamenei, en varias etapas.
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