La tercera huelga general del año en Grecia, convocada por los principales sindicatos contra la reforma laboral que planea el Gobierno de Alexis Tsipras junto a organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Comisión Europea (CE) se desarrolló este jueves en distintos sectores.
Durante la jornada el transporte público quedó muy mermado, sobre todo por el paro total del metro y del enlace ferroviario con el aeropuerto Eleftherios Venizelos, desde las 16:00 hasta el fin del día.
La organización de la huelga general fue principalmente llevada a cabo por los comunistas del KKE junto al sindicato marxista-leninista PAME y asociaciones de profesores de secundaria y de médicos de la seguridad social, entre otros.
En el centro de Atenas unas 15.000 personas se manifestaron en diversas marchas que confluyeron frente al Parlamento, en la céntrica plaza Syntagma.
Yorgos Papaguikas, arquitecto de 30 años, aseguró a Efe que se manifestaba “contra la austeridad, contra la merma de los derechos y condiciones laborales” y “contra la troika, contra el Gobierno y contra todos los que eliminan nuestros derechos y destrozan nuestra vida”, aseveró.
“Mi futuro personal es inestable, sin perspectiva, y será peor con las políticas que se aplican”, concluyó.
Por su parte, Tonia Katerini, la presidenta de la Asociación Panhelénica de Arquitectos, comentó a Efe: “Vivimos un periodo de ataque sin precedentes contra los derechos laborales”.
Katerini subrayó que “la gente cada día se empobrece más, y ya el 50 % de la sociedad vive en pobreza”.
“Sabemos muy bien que las huelgas de 24 horas no son una respuesta al problema, pero a pesar de todo debemos dejar claro que no estamos de acuerdo con lo que pasa”, apostilló.
“La esperanza se ha perdido, la mayoría de la gente cree que no hay alternativa”, añadió Katerini, a quien, si pudiera, le gustaría decirle al primer ministro, Alexis Tsipras, que “recuerde” que en el referéndum del año pasado el pueblo dijo “no” a las medidas neoliberales propuestas por los acreedores.
Esta huelga tiene lugar mientas se debaten en el Parlamento los presupuestos generales de 2017, que contemplan aumentos de impuestos y recortes adicionales por un total de 3.300 millones de euros.
El ministro de Finanzas, Euclides Tsakalotos, en una reunión del consejo político de Syriza el miércoles, rechazó categóricamente que el Gobierno pueda dar marcha atrás en sus líneas rojas en materia laboral y descartó recortes adicionales mas allá de 2018, el año en que termina el tercer rescate.
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