Según la Agencia Noticiosa Ahlul Bait (ABNA) - Este domingo ha fallecido a los 83 años el expresidente iraní Ayatulá Alí Akbar Hashemi Rafsanyani tras ser hospitalizado en Teherán debido a un ataque cardiaco, según informa la agencia de noticias iraní Tasnim, que cita a un familiar de Su Eminencia, Hossein Marashi.
Marashi ha explicado en declaraciones a la prensa que "desgraciadamente los esfuerzos para reanimar al ayatolá fracasaron y se ha unido a la Gracia Divina".
Rafsanyani fue uno de los líderes de la Revolución Islámica de 1979 junto al Ayatolá Jomeini. Después fue el jefe 'de facto' del Ejército durante la guerra contra Irak (1980-88) y ocupó el cargo de presidente entre 1989 y 1997.
Ahora ocupaba el cargo de presidente del Consejo de Discernimiento del Interés Superior de la República Islámica, un órgano de notables nombrados para resolver disputas entre el Parlamento y el Consejo de Guardianes de la Revolución.
Rafsanyani, había sido ingresado hoy domingo de urgencia al hospital de Mártires de Tayrish, en el norte de Teherán, la capital, donde falleció a los 82 años.
El ayatolá Husein Marashi, exparlamentario y un familiar del fallecido, ha explicado en declaraciones a la prensa que "desgraciadamente los esfuerzos para reanimar al ayatolá fracasaron".
El cuerpo del fallecido clérigo ha sido trasladado desde el hospital a Yamarán, una localidad en el norte de la capital. De acuerdo con los medios oficiales, el funeral del prominente clérigo se celebrará el martes en la capital.
Nació el 25 de agosto de 1934 en la aldea Behraman en la provincia suroriental de Kerman. De joven se mudó a la ciudad santa de Qom, en el sur de Teherán, para los estudios superiores en la Escuela Teológica.
El influyente político y escritor iraní desempeñó un rol clave, junto con el Imam Jomeini (la paz sea con él), tanto durante las luchas contra la monarquía de Pahlavi antes de la victoria de la Revolución Islámica (1979), como en la fundación de la República Islámica de Irán tras la Revolución.
El destacado clérigo fue elegido presidente de la Asamblea Consultiva Islámica de Irán (Mayles), entre 1980 y 1989. Luego asumió el cargo del presidente del Consejo de Conveniencia en 1989.
Rafsanyani fue también una figura clave durante los ocho años de la guerra impuesta por Irak a Irán (1980-88), sirviendo como sustituto del comandante en jefe de las fuerzas armadas.
Rafsanyani fungió como el cuarto presidente de la República Islámica de 1989 a 1997. También fue nombrado por el Líder de la Revolución Islámica de Irán, el Ayatolá Seyed Ali Jamenei, como presidente del Consejo de Discernimiento del Sistema de la República Islámica de Irán en 1997, el cargo que mantuvo hasta su partida física. Presidió también, la Asamblea de Expertos desde el comienzo del cuarto mandato del organismo en 2007 hasta 2011.
Rafsanyani, una figura clave de la Revolución Islámica
El ayatolá Hashemi fue una de las principales figuras del país durante las luchas por la Revolución Islámica, así describía oportunamente el Líder de la Revolución Islámica de Irán, el Ayatolá Seyed Ali Jamenei.
“Yo le conozco de cerca, desde el año 1957. El señor Hashemi fue una de las principales figuras del movimiento (de la Revolución Islámica), durante los tiempos de la lucha (anti-Shah, el monarca)”, recordaba el ayatolá Jamenei sobre el recién fallecido presidente del Consejo de Discernimiento del Sistema de Irán, el ayatolá Ali Akbar Hashemi Rafsanyani.
El Líder comentaba que durante las batallas de la Revolución en la década del 70, el ayatolá Hashemi Rafsanyani corrió serio peligro de muerte en múltiples ocasiones, y donó buena parte de su fortuna personal por los ideales de la Revolución.
Asumió muchas responsabilidades tras la victoria de la Revolución Islámica (1979), argumentaba el Líder en referencia al ayatolá Hashemi Rafsanyani. “Asumió la presidencia del país durante ocho años, antes fungió como presidente de la Asamblea Consultiva Islámica de Irán (Mayles), y luego ejerció otros cargos. Durante todos estos años jamás intentó malversar fondos y enriquecerse”, destacaba.
Para el ayatolá Jamenei, el prominente clérigo sirvió a la República Islámica y a la Revolución, incluso cuando el Sistema islámico vivía sus momentos más sensibles.
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