Según la Agencia Noticiosa Ahlul Bait (ABNA) - Los campos de refugiados están repletos y solo se le suele permitir la entrada a los niños y mujeres, esto provoca que los hombres busquen refugio en almacenes deshabitados en el centro de Belgrado, capital serbia.
La mayoría de los hombres en Belgrado viajan a la frontera con Hungría una o dos veces por semana para intentar cruzar pero cualquiera que sea localizado a 8 kilómetros de la frontera es devuelto, informó el afgano Burhan Zadran.
Estas personas procedentes de Afganistán, Irak o Siria, países agredidos por el imperialismo occidental y sus aliados, conforman las 7.000 que están en Serbia, país que hace frontera con Hungría.
Las tiendas construidas con mantas solo reciben el calor de unas escasas brasas introducidas en el interior de la precaria vivienda al caer la noche.
Los refugiados sobreviven a temperaturas de 20 grados bajo cero. En campamentos improvisados viven mientras trabajadores humanitarios les proveen alimentos.
Unas 30.000 solicitudes de asilo en 2016 fueron recibidas por el Gobierno húngaro pero menos de la mitad fue aceptada. Cerca de 20.000 refugiados renunciaron al proceso inicial y decidieron intentar pasar de forma ilegal.
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