Toda alabanza es debida a Dios de cuya vista un cielo no puede ocultar a otro, ni un planeta puede actuar como mampara de otro.
Una persona (Sa’ad bin Waqqas) me dijo una vez: “¡Oh Ibn Abu Talib!, ansías este Califato”. Le repliqué que, por el contrario, él lo deseaba más que yo, y, lo que, es más, no tenía ninguna cualificación adecuada para el cargo mientras que yo soy suficientemente competente para él, digno de tenerlo, y más próximo a él en todos los sentidos. Él ha estado intentado constantemente lo peor de lo que era capaz para interponerse entre mi persona y mi derecho por lo que ha trabajado incesantemente para
privarme de él. Alguien que aspira a su derecho no puede -en justicia- ser considerado como codicioso; pero si aquellos que no tienen derecho ni las capacidades para obtener una posición tal, y la anhelan, se les puede consideran justamente como codiciosos de ella.
Y cuando expliqué totalmente la situación ante toda la gente -que se había reunido en la Mezquita- se sintió confundido y no pudo refutar mis argumentos. Solicitando la victoria sobre los Quraishitas
¡Oh Señor! Invoco Tu ayuda y protección contra la enemistad y antagonismo de los Quraish y quienes los apoyan. Han roto sus lazos y relaciones conmigo, han usurpado mis derechos, desdeñado mis aspiraciones, ignorando la eminencia de mi posición y mi propia superioridad. Se han reunido continuamente para luchar contra mí por algo que era mi derecho y sobre lo cual ellos no tenían derecho alguno. Ahora ellos me dicen que la verdad es que nadie sino yo merece el Califato, y al mismo tiempo me aconsejan que lo decline, que desista de hacer valer mis derechos.
En el mismo discurso, el Imam (P) habló así acerca del comportamiento de Talha y Zubair.
Esas gentes (Talha y Zubair y sus aliados) salieron de la Meca hacia Basora en tal manera que ellos conducían a la esposa (Aisha) del Santo Profeta (Bpd) de un lugar a otro, como los traficantes de esclavos llevan a las doncellas esclavas de un mercado a otro. Esos dos líderes han dejado a sus esposas sanas y salvas en sus hogares y han traído a la esposa del Santo Profeta (Bpd) para que sirva a sus motivos impíos y malvados. ¡Qué acción tan indeseable!, ella salió abiertamente dirigiendo a un ejército formado por aquellas gentes que al principio me habían jurado fidelidad sinceramente y fueron después instigados por los renegados para que se rebelaran contra mí. Cuando el ejército llegó a Basora ellos atacaron a mis oficiales, algunos de los cuales fueron hechos prisioneros, mientras que otros fueron matados despiadadamente, y luego ellos saquearon la Bait-ul-Mal (tesoro público). Los detalles de la brutal masacre que fue efectuada por ellos fueron horribles. Algunos de los musulmanes
fueron torturados hasta la muerte en prisión y algunos fueron matados carniceramente de inmediato.
¡Por Dios! si ellos hubieran matado a una persona inocente sin ninguna causa justificada, yo habría tenido razón y derecho para ordenar la pena capital para cada uno de ellos, ya que todos ellos unieron fuerzas en el crimen y cometieron el pecado a sabiendas. Mientras que la situación es que ellos han sacrificado despiadadamente a tantas personas indefensas e inocentes como soldados hay en un ejército.
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Fuentes : Nahyul Balagha
lunes
17 abril 2017
18:29:33
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NAHYUL BALAGHA – IMAM ALÍ (P)
“Cuando el Imam Alí (P) se Enfrentó a los Improperios de sus Enemigos”
QOM. (ABNA) – En el discurso 172 de la obra Nahyul Balagha se observan tres fragmentos -inconexos- de un discurso en el que el Imam Alí (P) ha discutido las observaciones de Sa’ad Ibn Waqqas, al igual que la acción de Talha y Zubayr al persuadir a Aisha a dejar su casa y su hogar, y salir al frente de un ejército. Como es habitual, este discurso comienza con alabanzas a Dios: