El Imam al-Kazim (P) dijo a uno de los seguidores:
"¡Oh, Hisham! Luqman le dijo a su hijo: '(¡Oh, hijo mío!) Sé humilde frente a la verdad y sométete a ella; así serás el más juicioso entre la gente. Por cierto, que la inteligencia es algo insignificante comparada con la verdad. (En consecuencia, el hombre inteligente siempre debe estar junto a la verdad y marchar en su camino; de lo contrario, solamente con su inteligencia, no posee nada de valor.)
¡Oh, hijo mío! Por cierto, que el mundo es un mar profundo en el cual mucha gente se ha ahogado. Allí tu barca debe ser el temor a Dios, su carga la fe, su velamen la encomendación (a Dios), su capitán el intelecto, su guía el conocimiento y su timón la paciencia.
'¡Oh, Hisham! Para cada cosa existe un signo (una señal que la indica). El signo del intelecto es la reflexión, y el signo de la reflexión es el silencio. Para cada cosa hay un vehículo (un medio de transporte; literalmente una montura o cabalgadura). El vehículo del intelecto es la humildad, y es suficiente para ti como ignorancia que montes lo que ha sido prohibido para ti.
¡Oh, Hisham! (Dios) no ha enviado a Sus Profetas y Mensajeros (P) hacia Sus siervos sino para que mediten sobre El. Por consiguiente, quien tiene más conocimiento es el que mejor responde (a la convocatoria de los Profetas y Mensajeros); el más sabio en los Mandatos Divinos es el de intelecto más perfecto; y el que tiene el intelecto más perfecto es el más elevado en grados en este mundo y en el otro.
¡Oh, Hisharn! Dios tiene entre la gente dos Evidencias: una externa (pública o manifiesta) y otra interna (privada, individual, secreta). La externa son los Profetas, los Mensajeros y los Imames (P), mientras que la interna la constituye el intelecto.
¡Oh, Hisham! El juicioso es aquel a quien las mercedes lícitas no le impiden ser agradecido y en quien lo ilícito no triunfa sobre su paciencia (respecto de la abstención de las prohibiciones)
¡Oh, Hisham! Quien deja que tres cosas dominen sobre otras tres, es como si estuviera ayudando a destruir a su propio intelecto: aquel que oscurece la luz de su reflexión con sus largos deseos; aquel que borra la exclusividad de su sabiduría con palabras vanas y sin sentido, y aquel que apaga la luz de su prestigio con la concupiscencia de su alma. Quien realiza esto, es como si ayudara a sus pasiones a destruir a su propio intelecto, y quien destruye su propio intelecto se rebela contra su religión (su modo de vida.) y su mundo (y, en definitiva, pierde a ambos).
¡Oh, Hisham! ¿Cómo va a purificarse tu obra ante Dios mientras tu corazón se distrae de la orden de tu Señor y en la puja del deseo sobre el intelecto tú has obedecido a tu deseo (permitiéndole triunfar sobre tu intelecto)?
¡Oh, Hisham ! La paciencia en la soledad (causada por seguir la Causa de Dios) es señal de que se posee un intelecto fuerte.
Luego, quien recibe la inteligencia de parte de Dios, se aparta de la gente, del mundo y de quienes lo desean, anhelando lo que está ante Dios, entonces Dios será su Intimo en el momento de miedo, su Compañero en la soledad, su Reserva (o Riqueza) para el tiempo de carestía y su Gloria cuando no le queden parientes ni familia.
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