Según la Agencia Noticiosa de Ahlul Bait (ABNA) - Fuentes de Europol alertan de que muchos de estos menores podrían estar cayendo en las garras de mafias de tráfico de órganos.
La comisaria para los Derechos del Niño en Reino Unido, Anne Longfield, ha advertido que al menos 129 menores de los campos de refugiados de Calais se encuentran ahora mismo en situación de "desaparecidos".
Ya a principios de año, Europol alertó de que desde que comenzó la llamada crisis de los refugiados se ha perdido la pista de unos 10.000 niños nada más llegar a Europa.
Muchos se preguntan cómo es posible que miles de pequeños desaparezcan sin dejar rastro. ¿Dónde están? ¿Quién se los lleva? Y, sobre todo, ¿qué les ha pasado?
Fuentes de Europol confirman a lainformacion.com que se ha notado un incremento de la actividad de las mafias criminales de Europa del este, muchas con estructuras consolidadas en Hungría, Alemania, Italia y Suecia.
Vendidos por conocidos a 200 euros
Los niños, comentan estas fuentes, implican pocos riesgos porque son fáciles de mover y de retener, y a la vez están muy cotizados por las redes criminales ya que obtienen un gran beneficio económico por ellos.
Suelen secuestrarlos en pequeños grupos, de dos o tres como mucho, para no levantar sospechas. Aprovechan un descuido de los padres, aunque cada vez es más frecuente que alguien del entorno acceda a entregarlos por una pequeña cantidad de dinero que, a menudo, no supera los 200 euros. Suelen rondar zonas como parques, campos de refugiados, estaciones o pueblos fronterizos.
Una vez tienen a los niños, les asignan un pasaporte falso y amenazan a los pequeños para que permanezcan en silencio e, incluso, afirmen que son familiares directos de los criminales en caso de ser detenidos por la Policía.
Dedicados a la explotación sexual y a la esclavitud
Cuando llegan al punto de destino su situación se vuelve lamentable. Suelen estar en pisos aislados, a menudo en sótanos, sin apenas comida y en condiciones completamente insalubres, hasta que se decide su destino final.
Muchas de las niñas son forzadas a prostituirse o a trabajar en condiciones de esclavitud. También se utiliza a los pequeños para mendigar o para la comisión de delitos, ya que por su por su edad eluden en muchos países las penas de privación de libertad.
Así, por ejemplo, la ONG Business & Human Rights Resource Centre, denunció que varias compañías textiles en fábricas de Turquía están utilizando a los niños refugiados como mano de obra barata.
230 mil euros por un riñón
Sin embargo, cada vez más, reconocen estas fuentes Europol, podrían estar cayendo en redes de tráfico de órganos. Miles de personas en el mundo necesitan órganos cada día y hay pocos donantes.
Las mafias secuestran a estos niños y les hacen pruebas de compatibilidad en clínicas ilegales, muchas veces montadas en naves industriales abandonadas.
Una vez que se demuestran que su órgano podría valer, comienza la negociación. Estas mismas fuentes explican que un riñón puede alcanzar un riñón es de 230.000 euros o que un hígado se paga a 133.000 euros.
Por ello, numerosas ONG están lanzando proyectos para proteger a los menores y garantizar que, al menos en territorio europeo, no caen en manos de redes criminales.
POR BÁRBARA BARÓN
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